Derek estaba totalmente fuera de si, el hecho de que Zamira haya bajado del auto lo hacía sentir desafiado. —Te quedaste en el hospital para ver a tu amante— Decía mientras se quitaba la corbata. —Patrick no es mi amante, y si así lo fuera, no tendría porque enojarte— Le reclamaba. Derek no superaba aquella respuesta, Zamira le había dado una gran estocada. —Zamira, no me importa lo que hagas, pero de mi cuenta corre que no serás feliz jamás, espero que te quede claro. Le respondía mientras la tomaba por las mejillas y las apretaba con fuerzas. Zamira sentía como un gran dolor se apoderaba de su corazón, su único pecado había sido enamorarse a primera vista de él. Su sufrimiento por aquel amor era desde mucho tiempo atrás, prefirió hacerse a un lado para que su amiga fuera feliz. A