-¿Clases de baile?- Jordan repitió sus palabras admirando lo astuta que era al decirle de su nueva incursión mientras descansaba sobre su pecho desnudo. -Sí, ya me inscribí. Sólo son dos días a la semana para no intervenir con tus planes, es tan sólo un ejercicio que quiero hacer, me ayudará a despejar mi mente y mantenerme activa. -Sé lo que es el baile, Emira- dijo él con las manos sobre las nalgas de su esposa- también sé que bailarás con hombres. ¿Qué no piensas en cómo me hará sentir eso? Ella lo miró a los ojos. -Te hará sentir cómo me siento yo al saber que te comparto con otras, Jordan, pero no será igual y lo sabes- él no dijo nada mientras miraba a esos ojos de acero que lo observaban con rudeza pero prudencia a la vez. Esta nueva versión de su mujer aún le intrigaba. -Está