Ambos se sentaron en el comedor que nunca usaban, de hecho, era la primera vez que lo hacían. Emira miraba a Jordan sin saber qué decir. Notaba su aspecto demacrado y eso le sorprendía, en un hombre que siemrpe estaba pulcro e impecable había una sombra de vello facial, el cabello sin recortar, unas ojeras de color púrpura debajo de sus cansados ojos. ¿Era causado por su distanciamiento o a la agitada vida que había llevado los últimos días? -Jordan -Emira Ambos se interrumpieron justo cuando iban a hablar, ella sintió sus mejillas encenderse, él hizo un gesto con la mano para que continuara. -Habla tú- pidió -No, hazlo tú- replicó ella y él bufó. -Creo que nunca vamos a estar de acuerdo en algo, ¿No?- dijo él irónico. -Jordan, creo que debes volver, aunque así como no te eché, no t