-Emira, hija, Dios, qué hermosa estás- dijo Eliza maravillada con su retoño mientras la conducía dentro del recibidor. -Gracias, mamá, ¿Crees que hay espacio para Justin y Damian? Felicia puede quedarse conmigo- se sentó en los muebles de la sala, esos de madera donde tantas veces jugó de pequeña. -¡Qué va! Hay espacio para todos, lo sabes- dijo Saúl sentándose a su lado en el mueble de dos plazas- Dime, ¿Quién es esta princesa, mija?- él sonreía anonadado con Zairy. Emira tragó grueso y miró a su padre, sintió miedo de que la rechazara al decirle quién era Zairy realmente por lo que optó por no ser mentirosa, pero sí ocultar la verdad, aunque fuese momentáneamente, a su padre. -Se llama Zairy- dijo sonriendo con nerviosismo y su papá abrió la boca asombrado- Yo… Lamento no haberles con