Una semana y media después se embarcaron de vuelta al apartamento, Emira sonreía a la pequeña Zairy quien había conseguido un nuevo amigo en su viaje: Un peluche de gota de agua blanca con el logo de la cadena hotelera, estaba feliz con eso y nadie se atrevía a quitarselo por lo que mientras las puertas del ascensor se abrían Emira le hablaba con voz infantil atrayendo su atención. -Vamos a tu nueva casa, ¿Qué te parece eso?- Jordan sonreía tiernamente mirando a ese par mientras Felicia compartía el reducido espacio con ellos. Se mudaría a casa para ayudar a Emira en su nuevo rol materno sin descuidar sus labores de mujer independiente, cómo ella misma decía. A Jordan se le hacía difícil ver cómo lidiaría con tantas cosas pero conociendo a esa testaruda chica se las arreglaría de alguna