SADIE Esta noche el bar estaba abarrotado de gente, me senté en una mesa alta, sorbiendo ya un Martini y golpeé con mi pie de tacón una versión de una canción que no conocía, Rosie había llegado después que yo y estaba en la barra, pidiendo su bebida, me alegré mucho de que fuera una noche de chicas. Hacía ya varios de días que no la veía y, con todo lo que había pasado, quería un poco de normalidad. La noche del sábado con ella era perfecta. La vi abriéndose paso entre la multitud hasta nuestra mesa, llevaba el cabello suelto, con gruesas ondas que le enmarcaban la cara y un vestido n***o corto y unos tacones rojos monísimos; el conjunto le quedaba magnífico, tomo asiento y dejo su Martini sobre la mesa. ― ¿Qué se supone que es eso? ― preguntó señalando mi anillo. Suspiré. Había pensa