25.

1771 Words
El desastre Alejandro corrió sin parar y al ver que estaba tan tomado, sabía que esto podía ser muy peligroso, que podría no acabar bien al no estar en sus cinco sentidos y más, al llorar de la manera en que lo hacía, así que corrí tras él, pero me costaba. No podía alcanzarlo por más que lo intentaba, él tenía las piernas largas, era más alto y por supuesto más ágil y rápido que yo, pero aún así, fui tras él todo el tiempo y fue toda una odisea. Corrió por los campos que se encontraban completamente vacíos y oscuros por la hora, es que era demasiado tarde y no sé siquiera si era permitido estar aquí a estas horas, podrían salir perros gigantes a atacarnos o vigilantes, pero él no se detenía y no tenía idea de qué planeaba hacer, me preocupaba demasiado. Todo fue en cuestión de minutos. Se desvió cuando llegamos a una de las calles del club, la cual estaba sola y oscura por supuesto, pero siguió huyendo sin parar hasta que llegó al estacionamiento, supongo que buscaba donde estaba aparcada su camioneta, pero le costaba encontrarla porque estaba completamente ebrio. Logré alcanzarlo por un momento, pero cuando me vio, volvió a huir de inmediato, pero se desvió por una zona oscura, más oscura aún donde hay una especie de mirador o eso parecía, no podía saberlo con exactitud porque no conozco este lugar, pero él siguió corriendo hasta que en un momento, no midió que había una especie de borde al final, porque esta era una zona alta y ni alcancé a advertirle cuando cayó y me quedé helada. Corrí de inmediato a ver, aterrada y afortunadamente no cayó de la parte más alta, fue como la altura tal vez de un segundo piso. Como pude logré bajar y lo vi en el piso. Salía sangre de un costado de su cabeza y creo que se había roto el brazo derecho. -¿Por qué tienes que ser tan impulsivo?-Me quejé, completamente preocupada por él al ver que se había herido bastante en serio, pero él no me miraba. Me levanté y miré alrededor, logré encontrar a dos tipos de seguridad y estos llamaron a emergencias. Alejandro fue trasladado a emergencias casi a las cuatro de la mañana y nadie de los que estaba en la fiesta presenció esto que pasó y creo que era lo mejor, sé que lo habría avergonzado y no se encontraba en sus cabales en este momento. Una ambulancia llegó y fuimos hasta el hospital, pero pensé que él pediría que no me fuera con él o algo así, pero no dijo nada, es que no pronunció ni una sola palabra en todo el camino. Cuando llegamos y por supuesto al tener medicina prepagada, la atención era mucho mejor a la regular y le hicieron unas radiografías en que dictaminaron que se había roto el brazo justo como pensé, tenía una fractura completa y es por eso que tuvieron que ponerle un yeso, aunque no hubo que operarlo y fue algo fortuito, pudo ser peor. También tenía una contusión en la cabeza y golpes en general en todo el costado derecho porque cayó en esa posición y se había lastimado bastante, pero estaría bien, no fue nada grave y suspiré aliviada al saberlo. A eso de las seis los doctores nos dejaron solos y él, tenía una habitación privada, que parecía más un cuarto de hotel que otra cosa, pero el pelinegro no me miraba, lucía muy triste, avergonzado, enojado, todo junto y no tenía idea de cómo remediar esta situación. Me acerqué a él, quién estaba en la camilla y solo miraba sus manos con el ceño fruncido, se le notaban aún un poco los tragos, pero más aún que… seguía triste, mucho y que probablemente no me quería cerca en este momento. Me senté a un costado, cerca, aunque sin tocarlo, porque no quería que me gritara de nuevo. -Oye… ¿cómo te sientes? ¿estás muy adolorido?-Pregunté y no me respondió. Parecía que ni siquiera había reaccionado a que le hablase.-Alejandro… sé que lo de ahorita… pudo dar para pensar lo peor, lo sé, pero… sabes que yo no soy de coquetear. Te aseguro algo, que aún si te pedí no tener una relación, no es porque haya sido contigo en específico, no es así, es en general, pero aún así, de una u otra forma estoy contigo, en todo momento lo estoy y te aseguro que no buscaría a otra persona. Contigo me basta y me sobra, en serio. -Yo no te importo ni siquiera un poco.-Dijo cabizbajo, reprimiendo el deseo de llorar y me sentí horrible al verlo así. -No digas eso, no es así. -No te importo ni un poco Irina, no me mientas.-Dijo y me miró a los ojos.-Si te importara, no me habrías dejado en vergüenza, ni le habrías dado tu teléfono a él si yo “te bastara” como dices. -No le di mi número con intenciones de nada, es que sí él las tuviera de igual forma nada pasaría, es en serio. -¿Y por qué se lo diste entonces? -No sabía de él hace muchos años, sabes la forma en que nos separaron y pasó de igual forma hace muchos años, no siento algo por él ahora mismo, pero sí quería saber que fue de él, si la pasó mal. Fue una persona que me importó por mucho tiempo, pero hasta ahí. -Yo… no sé. No quiero estar más tiempo aquí. -Está bien, nos podemos ir si quieres.-Le dije y a regañadientes aceptó. Su escolta nos esperaba afuera y Alejandro se subió primero al auto, porque yo aproveché para pedirle que por favor no le contara sobre esto que sucedió a su familia. Podrían mal interpretarlo, pensar lo peor o que el estar conmigo puede estarle trayendo problemas o cosas así, y sabía que él tampoco quería que sus padres ni nadie en el planeta supiera sobre lo que le pasó. Le avergonzaba, era comprensible. Ya era de día e íbamos en el auto, pero él no hablaba, no decía ni una sola palabra y lucía tan mal que me dolía. Me acerqué a él. -Oye… después de todo, me subí en tu auto y no sé si eso querías.-Dije avergonzada.-Puedo bajarme si lo deseas. -Sí, bájate mejor.-Dijo y bajé la mirada, sintiéndome aún peor de lo que ya me sentía. Le pidió a su escolta que se detuviera, lo hizo e inhalé fuertemente. Quería llorar. -Perdón por lo de esta noche, lo arruiné.-Le dije y Alejandro no dijo nada, ni me miraba. Abrí la puerta y me bajé, la cerré y de inmediato el auto aceleró. No pude evitarlo, no me sentía bien y es por ello que mis ojos se llenaron de lágrimas, es que… todo esto se pudo haber evitado, el pelinegro terminó lastimado y yo me sentía horrible por ello. No sabía qué hacer ahora, él me había dejado aquí, en medio de una autopista y no es fácil cruzar. Esta es mayormente transitada por vehículos particulares, no autobuses ni taxis o algo así porque esta era una zona alejada. Supongo tendré que caminar por un largo rato a ver si consigo algo. Pasaban muchas cosas por mi cabeza. En verdad yo no había actuado con mala intención, pero sí sé que… no debí decirle a Mauricio que no tenía novio, esto no era cierto, no sé ni por qué lo hice. Aun cuando no quisiera estar en una relación, era más que evidente que lo estaba, tenía una relación con Alejandro por más que quisiese evitarlo y lo negué, cuando solo horas antes nos habíamos besado con tanto deseo y yo, lo sabía, sentía que lo quería y… negué estar con él, no debí hacerlo, estaba arrepentida de haberlo hecho, pero… no lo hice porque quisiera que él intentase conmigo algo ni nada así, es porque todo el tiempo me he negado a decirlo en voz alta por miedo, me he rehusado a tener una relación con él por no herirlo ni involucrarlo en cosas malas, también porque considero que puede tener algo mucho mejor que yo, pero… sí, pinta demasiado mal que lo haya negado, para cualquiera sería así y me daba miedo haberlo jodido todo ahora por eso. No me moví del lugar porque no dejaba de pensar y en verdad no me estaba sintiendo bien, me sentía angustiada, sin saber qué hacer y no sé por cuánto tiempo duré ahí, sé que fue un corto tiempo, minutos, no lo sé, pero se sintió eterno y al fin reaccioné cuando escuché el fuerte sonido de un camión de carga, así que reaccioné. No podía seguir aquí de pie, podría atropellarme algún vehículo y esta era una autopista de alta velocidad. Empecé a caminar por un rato, pero no tenía idea de a dónde debería ir, no conozco esta carretera, aún desconozco bastantes partes de la ciudad y no sabía para donde debería moverme. Mi teléfono murió anoche y no se veía ningún lugar en el que pudiese preguntar, es que era solo autopista y terrenos vacíos a los lados, no tenía idea de dónde estaba o para donde moverme, así que eso me hizo angustiar mucho más. Caminé esta vez por un largo rato esperando ver si encontraba algo más adelante, quizá un restaurante, gasolinera o algún lugar donde pudiera llamar, pedir un taxi o lo que sea, pero nada aparecía y el sol se estaba tornando fuerte, lo cual en nada mejoraba mi horrible situación, ¿qué debería hacer? Dios. Creo que pasaron casi dos horas y media, en que me sentía agotada porque no había dormido, el sol no ayudaba en nada y me sentía muy triste. Al final, una patrulla de la policía se detuvo extrañado al verme y fueron ellos quienes me hicieron el favor de darme un aventón hasta mi casa, porque dijeron que si me quedaba sola allí me podrían asaltar y creo que era bastante posible en un lugar tan solo y remoto. Les agradecí y me dejaron en mi casa casi a las diez de la mañana. Apenas entré, tomé una ducha, me aseé por completo y me metí a la cama, porque estaba agotada por completo y no, no me sentía bien. Nunca me había sucedido algo similar a esto antes, nunca me habían dejado tirada en medio de la nada. Entiendo que estuvieras molesto, tienes toda la razón en estarlo, pero… podrías haberme dejado al menos en una tienda o algo, ¿no crees? ¿merecía eso que me sucedió?  
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