—¿Qué estás haciendo aquí, Gerardo? —pregunta ella intrigada. —Alguien me recomendó a tú abuelo y le traje mi moto para que me le haga mantenimiento —le dice Gerardo mostrándole la moto— por cierto, me comentaba tu abuelo, que tú eres la que maneja esa moto; no te imagino sobre ella por esas calles. —Pues, aunque no lo creas, salgo en ella a hacer mis diligencia —afirma ella algo retadora— ¿crees que solo un hombre se ve bien manejándola? —Nada de eso Susan, debe ser un hermoso espectáculo, verte sobre esa moto —le dice Gerardo con una amplia sonrisa. —Yo le enseñe a conducirla, desde muy pequeña —le explica Albert— desde entonces ella es quien más la ha usado. —Por cierto abuelo; déjame la moto afuera —le pide Susan— porque dentro de unos momentos , iré a entregar un currículum. —¿E