El príncipe Hans hace reverencia a la reina Emma en cuanto va a buscarla, ya que todo el mundo está demasiado ocupado y él no tiene problemas en ir de un lado a otro, después de todo, está cansado de no salir del palacio. —¿Está lista, su majestad? —cuestiona, notando el ostentoso y elegante vestido azul de Emma, mientras algunas sirvientas del palacio Hamilton la ayudan con retoques finales. —Lista es poco —responde esta, viendo su reflejo en los grandes espejos, emocionada. Hace mucho tiempo que no se sentía tan motivada en este sentido. Así que en cuanto sale de la habitación que le han dado, junto al príncipe Hans camina y aprovecha hablarle. —Tu madre, la reina Madeline, ¿se encuentra bien? No la he visto el día de hoy… —habla, fingiendo naturalidad. —Mi madre partió a Inglaterra