Mientras tanto en el palacio real, María en compañía de una de las criadas termina de arreglar el dormitorio matrimonial para la consumación de amor de la nueva pareja. Una vez que todo queda prolijamente arreglado, va por la princesa para llevarla hasta su nueva habitación. Elisa, en su habitación, se prepara para lo que será su luna de miel con el príncipe Rodrigo. El momento en que finalmente pasará de ser una niña a convertirse en mujer. Aunque desconoce mucho sobre esos temas, sabe que debe cumplir con su deber como esposa del príncipe. Se coloca el camisón azul y peina su larga y rubia cabellera. María toca a su puerta, ella le contesta: —¡Puede pasar! —con su peculiar tono agudo y melódico. La criada abre la puerta, entra y se aproxima a ella. —Su majestad, vengo a buscarla pa