La reina Emma regresó a su dormitorio, algo pensativa y cansada. La coronación del Rey Juan Carlos, la llenaba de satisfacción pero a la vez despertaba en ella, sus sentimientos del pasado. Cuando Emma era apenas una adolescente, trabajaba como criada en el palacio real de Escocia. Rodeada de la opulencia, pero sin tener derecho a ella, admirando a la Reina Margaret y a su esposo el Rey Guillermo. Siempre soñó con casarse con un rey, con emular la elegancia y sostificación de la hermosa mujer cuyos ojos verdes y profundos eran exactamente a las del príncipe Juan Carlos, quien también para ese momento era un joven adolescente al igual que ella. Tanto Emma como Juan Carlos compartían gustos similares por la música, el era un ejecutante prolijo de la lira y ella del piano. Los padres de E