La princesa respira con dificultad e intenta calmar los latidos de su corazón. El mayordomo está ahí parado en la puerta, sin moverse después de su petición, y ella no sabe qué está pasando consigo. ¿Por qué tuvo el estúpido impulso de besarlo y devorarlo como nunca lo ha hecho con nadie? Ese hombre puede ser fácilmente su padre, bueno, al menos en edad, pero es algo que ella realmente no ve así. No puede verlo como un padre, como un mayordomo más. Ella ya lo había notado antes, sí, había captado su atención antes de que la salvara. Que el hombre usara ese uniforme siempre de por sí le es bastante tentador. El frac n***o que combina tan bien con su piel y ese cabello, el chaleco del mismo color, la camisa blanca de botones tan limpia, el pantalón recto ajustado tan bien a su cuerpo alto