Camila se probó el vestido y llevó varios màs. Emmanuel pagó por todo, salieron y fueron a una joyería. —Cómprate aretes, anillos, collares, luego iremos a comprar bolsos. Ella le mirò perpleja. —Te arruinaré. El hombre sonriò, negó. —Toma esto como una terapia contra la depresión. —¿En serio? Necesito muchas terapias así. Emmanuel sonriò. Camila observó las joyas, le mostró brazaletes, anillos, aretes. Emmanuel Harp asintió a todos, ella los llevó. Más tarde, volvieron a casa. —Irás a mi club, quiero que te encuentres con esas personas, serás nombrada CEO. Camila se quedó perpleja. —Pero… —No hay peros, Camila, enfréntalos, solo un poco, disfrútalo, y no hables màs con ellos, porque después de eso, iremos a la playa, tomaremos algo de fuerza, y luego, volveremos poderosos