Los ojos de Camila se abrieron enormes, las lágrimas se aferraron a sus cuencas, se sintió triste, como en el pasado, cuando descubrió la traición de Fernando. Su corazón estaba adolorido, y perdió el aliento, su cuerpo sintió escalofríos. Estaba por irse, no pudo, sus pies parecían pesados, dispuesta a ver esa escena como una tortura. De pronto, Emmanuel empujó a la mujer, aunque no lo hizo muy fuerte, Estefanía dio un traspié y cayó de espaldas golpeándose los glúteos, estaba visiblemente sorprendida, no esperaba un rechazo tan enérgico de parte de ese hombre, que siempre fue un caballero con ella. Sin embargo, Emmanuel había tenido suficiente de ella, limpió sus labios y escupió a un lado con asco. —¡No vuelvas a tocarme, ni a besarme en tu vida! No toleró siquiera verte, menos se