CAPÍTULO VEINTICINCO

1480 Words
ABIGAIL   “No,”   “¿A qué te refieres con ‘no’? ¿Qué clase de respuesta es esa?” le inquiero a Ezra tan pronto como él muestra su renuencia a la invitación de mi madre a su cena de cumpleaños.   “Me refiero a que no voy a ir,” él dice y yo frunzo el ceño.   “¿Por qué no?” Le pregunto, empezando a enojarme con su actitud.   “Porque todo esto es… demasiado,” él responde y yo enarco una ceja hacia él.   “Si piensas que soy demasiado, entonces eres bienvenido a irte y buscar otra que sea poco,” le respondo con tono mordaz y él se pasa la mano por el cabello en un gesto exasperado.   “No me refiero a ti, estoy hablando de la situación, ¿no te parece que es demasiado apresurado?” él me dice y yo ya estoy demasiado molesta para aceptar que él tiene razón al pensarlo.   “Vas a conocer a mi familia, no al presidente, así que no exageres,” le respondo.   “Tu mamá es casi como el presidente, al menos en esta ciudad lo es,” él me dice y yo entrecierro mis ojos hacia él.   “Mira, Abby, sé que quieres que tus padres me acepten y yo también lo quiero, pero apenas se acaban de enterar sobre nosotros, me parece que es demasiado apresurado conocer a toda tu familia, y peor aún, en el cumpleaños de tu madre, es demasiada presión y no sé si vaya a ser capaz de lidiar con ello, probablemente termine haciendo el ridículo y echando por la borda nuestras posibilidades de que tu familia esté de acuerdo con nuestra relación,” él me dice y sé que tiene razón, pero también hay algo más que él no me está diciendo, pues por alguna razón parece casi ansioso porque yo cambie de opinión y no le pida ir a conocer a mi familia.   “¿Es esa la verdadera razón por la que no quieres ir o hay algo más que no me estés diciendo?” le pregunto y él parece sorprendido por un segundo, pero luego se recompone rápidamente.   “No, es sólo que no quiero apresurar esto y que salga mal, creí que tú también pensabas igual,” él me dice y yo frunzo el ceño.   “No entiendo por qué estás tan decidido a no ir, sé que mi familia y especialmente mi madre parecen aterradores, pero no lo son, ellos son buenas personas, y estoy segura de que no van a tratar de desollarte para sacarte todos tus secretos, es simplemente una cena en la que habrán más invitados por lo que la atención no estará puesta solamente en ti, como sí lo estaría si fuera una reunión a solas con mis padres,” le digo, tratando de convencerlo para que asista a la cena y él aprieta los labios, mientras parece ponderar mis palabras.   “No lo sé Abby, no me parece buena idea,” él dice, pero puedo ver que su resistencia ha disminuido considerablemente.   O tal vez es el hecho de que mi mano se resbaló lentamente por debajo de su pantalón mientras él consideraba mis palabras, y noto con satisfacción como su erección crece debajo de la palma de mi mano, la cual se está moviendo arriba y abajo con lentitud.   “Si vas a la cena podemos comernos el postre aquí en mi habitación después de que todos se vayan,” le susurro en el oído mientras empiezo a bajar su pantalón junto con su ropa interior.   “Eso no es justo, estás jugando sucio,” él me dice con la voz afectada y veo sus ojos abrirse cuando mi mano rodea su erección con firmeza y yo me acomodo encima de su regazo mientras lo ajusto para que quede posicionado de tal forma que sólo haga falta bajar un poquito para quedar unida a él.   “Abby…” él jadea cuando empiezo a mover mis caderas en círculos.   “¿Qué?” le pregunto fingiendo inocencia.   “Por favor,” me suplica en un suspiro mientras sus manos tratan de parar el movimiento de mis caderas y empujarla hacia abajo sobre su m*****o.   “¿Irás a la cena?” le pregunto con malicia.   “No,” él responde juguetón y yo hago un intento por levantarme, pero sus manos me detienen.   “Esto es chantaje,” él se queja.   “¿Está funcionando?” le pregunto y él entrecierra sus ojos hacia mí.   “Sí,” jadea cuando empiezo a bajar lentamente sobre él.   “¿Irás?” le pregunto de nuevo.   “Sí,” responde y luego rueda sus ojos cuando con un movimiento rápido bajo por completo, y se me escapa un gemido.   “Ahora tendrás que recompensarme,” él me dice mientras toma mis caderas para dejarlas en su lugar y empieza a mover las suyas con fuerza.   “¿Por qué?” gimo.   “Porque me estás chantajeando, y eso no es justo,” él me dice y yo no puedo ni siquiera articular una frase coherente cuando él está moviéndose dentro y fuera de mí en esa cadencia.   “Sólo es una cena,” le respondo y él me gira hasta quedar sobre mí.   “Pero esto no será solo sexo, así que mejor sube el volumen de la música,” él me dice con voz ronca antes de realmente empezar a moverse.   ----------------------------------   “Abby, para ya,” mi madre me regaña cuando ve que no paro de mover el pie de forma nerviosa.   “Lo siento,” murmuro y mi padre la mira con desaprobación.   “No, yo lo siento, no debí gritarte porque sé que estás nerviosa y no tienes por qué estarlo, no vamos a espantarlo, no te preocupes,” mi madre me dice y yo le doy una mirada de incredulidad.   “Nos comportaremos, no te preocupes cariño,” mi padre me dice en tono tranquilizador y yo le sonrío de forma tensa.   Los invitados empezaron a llegar hace un rato ya y Ezra no aparece por ninguna parte, le he enviado ya una docena de mensajes pero él no responde ninguno, incluso lo llamé un par de veces pero se fue directo al buzón de voz, y yo paso la mirada por todo el salón, casi como si esperara verlo en algún rincón, pero es inútil, sólo están los amigos cercanos de mi madre y algunos de sus colegas, mis tíos, la abuela, quien decidió por fin salir de la cabaña en las montañas en donde está viviendo desde hace años, y mis primos, quienes parecen también ansiosos de conocer a Ezra.   Y cuando estoy empezando a creer que él no va a venir, lo veo entrar por las puertas dobles con una botella de vino en una mano y un pequeño ramo de flores en la otra, él está vestido con un pantalón n***o perfectamente planchado, camisa blanca y blazer n***o, pero sin corbata, sus zapatos negros están brillantes y su cabello peinado hacia atrás, es evidente que él se esforzó por verse presentable hoy y yo sólo puedo pensar en lo atractivo que se ve con su rostro apenado mientras él entra a la sala y se dirige directamente hacia mí.   “Toma,” me dice Edward mientras me da una servilleta y yo lo miro con confusión.   “Para que te limpies la saliva que se escurre de tu boca abierta,” él explica en tono burlón y yo le arrojo la servilleta por la cara.   “Ed, deja en paz a tu prima, no está mal admirar a tu pareja, además es un chico muy guapo,” mi tía Lucy dice con una sonrisa dulce hacia mí, pero por la forma en que el rostro de Edward se retuerce es evidente que ella le acaba de dar uno de sus famosos pellizcos, algo que aprendió de su propia madre, y yo no puedo evitar la risa que se me escapa al ver su rostro molesto.   “Abby,” Ezra dice cuando llega a mi lado y sonríe de forma incómoda hacia mi tía y Ed.   “Hola, mucho gusto, yo soy la tía de Abby, Lucy, este es mi hijo mayor, Edward,” mi tía se apresura a decirle mientras extiende su mano hacia Ezra y él se queda paralizado por un momento antes de recomponerse y tomar su mano.   “El gusto es mío,” él responde tímidamente, y luego escucho a alguien aclararse la garganta y me giro para ver a mis padres detrás de mí, así que me hago a un lado para que puedan ver a Ezra, y en ese momento los ojos de mi madre se abren con sorpresa y su boca forma una O perfecta mientras ella estudia el rostro de Ezra.
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