ABIGAIL
“¿Cuántos años tienes?” le pregunta mi madre a Ezra cuando ha salido del shock.
Yo la miro con el ceño fruncido pues ni siquiera se molestó en saludarlo primero antes de empezar con su interrogatorio, Ezra también parece sorprendido y me mira por un breve momento antes de responderle a mi madre:
“Veintiún años, señora Arlington,” él responde con cortesía y mi madre inclina la cabeza hacia un lado con curiosidad.
Mi padre parece tan confundido con su actitud como lo estamos todos, y pasa la mirada de ella a Ezra y luego a mí, claramente preguntándose, al igual que yo, qué estará pasando dentro de la mente de mi madre en este momento; y en un intento por aliviar la tensión en el ambiente, él estira sus manos hacia Ezra para recibirle el vino y las flores, y le dice en un tono amable:
“Mi nombre es Thomas, soy el padre de Abby, bienvenido a nuestra casa, y gracias por tus regalos, no tendrías por qué haberte molestado,”
“Muchas gracias a ustedes por invitarme… y feliz cumpleaños, señora Arlington,” Ezra responde con timidez.
“Yo soy la Señora Arlington, mi hija es ahora Arlington-Smith, aunque antes era Arlington-Graham, en fin, no nos molestaremos con esos apellidos compuestos, hoy vinimos a celebrar, ¿así que tú eres el novio de nuestra princesa?” Mi abuela dice, acercándose a nosotros y mirando a Ezra con interés, luego frunce ligeramente el ceño y le arroja una mirada a mi madre, quien sigue de pie y en silencio mirando a Ezra como si hubiese visto un fantasma.
“Oh, lo siento mucho, un placer conocerla señora Arlington,” Ezra le dice a la abuela, claramente apenado por el pequeño error.
“Conmigo no te tienes que preocupar, yo no cambié mi apellido cuando me casé, así que no me tienes que llamar señora Arlington también,” mi tía Lucy le dice a Ezra mientras se ríe por la expresión confundida y apenada en su rostro.
“¿Por qué no?” él le pregunta con curiosidad.
“Soy colombiana, ¿lo sabías? Y allí no se acostumbra que las mujeres tomen el apellido de su esposo, así que cuando llegó el momento de decidir, simplemente preferimos continuar con las costumbres de mi familia y conservar mi apellido, además que hubiese sido bastante confuso si a las tres nos llamaran “señora Arlington”, no sabríamos a quien se están refiriendo la mayoría del tiempo,” ella le explica y él asiente con una medio sonrisa, mientras me da una mirada rápida que claramente indica que se está sintiendo incómodo con toda la atención puesta sobre él, así que en un intento por salvarlo, digo en voz alta:
“Estoy muy sedienta, ¿me podrías traer una bebida, por favor? El Bar está al fondo,” le pido a Ezra y él sonríe antes de preguntarme qué tipo de bebida.
Una vez se ha ido, me giro hacia mi madre con el ceño fruncido y le pregunto:
“¿Qué fue eso? Me dijeron que se iban a comportar,”
“Abby, ¿Estás segura de que él tiene veintiún años?” mi madre pregunta y yo ruedo mis ojos.
“Mamá, no vamos a empezar con el interrogatorio, él mismo te dijo que esa es su edad, ¿quieres pedirle su licencia de conducción para comprobarlo tú misma?” le pregunto mientras me cruzo de brazos.
“Cariño, ¿qué sucede?” mi padre le pregunta con preocupación.
“¿No lo notaste?” ella le pregunta y yo miro a todos a ver si alguien entiende lo que está pasando, pero todos parecen tan confundidos como yo.
“No, ¿de qué hablas?” mi padre le responde.
“El chico es idéntico a Dominic,” ella dice y mi abuela asiente, mientras mi padre y tía Lucy miran hacia el bar sin ningún ápice de sutileza.
“No lo sé, no veo el parecido,” mi padre le responde.
“Pues se parece un poco, pero no sé si sea idéntico,” mi Tía Lucy dice.
“Yo sí lo noté desde que entró por la puerta,” Mi abuela interviene y mi madre asiente.
“¿Cómo no pueden verlo? Es la viva imagen,” mi madre dice.
“Oh, por favor, ¿quiere alguien explicarme qué está sucediendo? ¿por qué es tan importante si se parece o no a tu abogado?” le pregunto a mamá.
“¿No lo entiendes aún?” ella me dice y yo sacudo mi cabeza.
“Abby, el primer hijo de Dominic y Alice fue secuestrado y nunca pudieron encontrarlo, tu madre parece creer que es él, pero no podría serlo porque el niño nació unos meses después de ti, por lo que debería tener diecinueve años, no veintiuno,” mi padre me dice y yo arrojo mis manos al aire con exasperación.
“Dios mío, no puedo creer que ustedes sigan con eso, Ezra no es ese niño, y no se parece a él, estás tan desesperada por buscar una excusa para investigarlo que inventas cualquier cosa, pero no lo vas a hacer, me lo prometiste mamá,” le digo con firmeza y ella frunce el ceño.
“No me hables en ese tono, Abigail, y ya sé que te lo prometí, pero si hay al menos una pequeña esperanza de que él pueda ser el hijo de Dominic y Alice, ¿no crees que deberíamos confirmarlo? Si la situación fuera al revés ellos lo harían por nosotros sin dudarlo,” mi madre me dice en tono molesto.
“Mamá, no es él, su madre falleció cuando él era un bebé, vive con su padre y su hermana pequeña, han vivido en esta ciudad toda su vida, si fuera el hijo desaparecido de ellos ¿no crees que esa persona que se lo llevó lo tendría escondido al otro lado del mundo?” le digo y ella parece ponderar mis palabras.
“El tipo era un conocido traficante de niños, pudo haberlo vendido,” mi madre trata de defender su argumento, pero puedo ver en su rostro que ya no parece tan decidida como antes.
“Sí, a una familia rica tal vez, pero los padres de Ezra no eran ricos en absoluto, su padre trabaja diariamente como conductor de camiones grandes y viaja constantemente, él tiene que hacerse cargo de su hermana pequeña, dime, ¿cómo podría un conductor de camiones comprar un niño? No tiene sentido,” le digo y ella mira de nuevo a Ezra, pero se abstiene de decir nada más.
“¿Por qué no dejamos que Dominic y Alice se formen su propia opinión una vez lleguen? Pueden verlo con sus propios ojos y decidir si se parece o no, mientras tanto nosotros podemos terminar esta conversación ya mismo porque el chico viene de vuelta hacia aquí,” mi padre dice.
“¿Cuándo llegan Dominic y Alice?” mi tía Lucy pregunta.
“Ya deben estar en camino, ellos nunca llegan tarde, en cualquier momento estarán aquí,” mi padre responde antes de que Ezra regrese con mi bebida y nos mire a todos con confusión, mientras nosotros tratamos de fingir que no hemos estado hablando de una loca teoría conspirativa sobre su origen.