ABIGAIL
Todo pasa tan rápido que en un principio no soy plenamente consciente de que ya Alec no está frente a mí con sus labios en los míos, sino que está en el suelo intentando evitar los golpes de Ezra, escucho gritos y hay gente corriendo a separarlos, pues Alec, quien es tan alto como Ezra, pero más musculoso, se logró poner de pie con rapidez y está devolviendo los golpes con la misma fuerza, yo siento que he quedado petrificada en el sitio y no es sino hasta que escucho a Chloe decir:
“¿Es malditamente en serio, Ezra? ¿Te estás peleando por esa idiota?” con tono de indignación, que logro salir de mi shock y me acerco a ellos para tratar de separarlos también.
“¿Qué hacen? Basta, por favor no peleen,” les digo, pero es en vano porque no me escuchan en medio de los gritos de las demás personas y por un momento veo a Ezra girar su mirada hacia mí, pero su rostro desaparece un instante después cuando siento mi cuerpo ser levantado en el aire, y miro hacia abajo para ver la espalda de Al, quien está apresurándose hacia la entrada y un segundo después me mete en el asiento trasero del vehículo.
“¡Conduce!” le ladra a Charlie, quien tiene su camisa mal abotonada y labial rojo en la comisura de su boca.
“No, no, para, tenemos que regresar,” les pido, pero Al solo sacude su cabeza con firmeza y me mira con una mezcla de desaprobación y pánico, mientras que Charlie me ignora y sólo se limita a mirar hacia adelante, pero noto que sus orejas se ponen rojas.
“Al, por favor, no podemos dejarlos así, se van a hacer daño,” le suplico y el exhala con exasperación.
“Abby, ese no es nuestro problema, sabes perfectamente que nuestro objetivo es mantenerte a salvo y no vamos a regresar para que te metas en medio de una pelea, si te llegas a lastimar así sea una uña tu madre nos despedirá a ambos, sé que te preocupa tu… amigo, pero había suficiente gente allí para separarlos antes de que la situación se ponga peor, ahora por favor entiende nuestra posición y coopera con nosotros para que ninguno se meta en problemas esta noche,” él me dice con toda la calma de la que es capaz, pero veo que está tratando en vano de contener la ira, aunque muy pronto noto que ésta no va dirigida hacia mí sino hacia Charlie.
“Y tú… a la próxima vez que hagas una tontería de esas yo mismo te reporto, ¿entendiste?” Al le dice a Charlie con molestia y éste asiente de inmediato.
“Sí señor, lo siento, no volverá a suceder,” Charlie le dice de inmediato y yo me siento más confundida que nunca.
“¿Qué está pasando?” les pregunto, mirando de uno al otro con el ceño fruncido.
“Tu amiga, la morena, parece ser más persuasiva de lo que creí,” Al responde, lanzándole una mirada molesta a Charlie.
“¿Emma?” le pregunto y me es imposible contener la risa ante lo absurdo de toda esta situación.
“Lo siento, Abby, no volverá a suceder,” Charlie responde avergonzado.
“Oh, no te preocupes, si te gusta Emma y tú también le gustas a ella, por mí no hay problema…” le empiezo a decir, pero al ver la mirada de desaprobación de Al, añado: “Siempre y cuando no sea en horario laboral,”
“Sí, por supuesto,” Charlie responde de inmediato y parece relajarse un poco, pero Al aún sigue bastante molesto.
“Al, ¿de casualidad viste lo que estaba pasando antes de la pelea?” le pregunto, tratando de no sonar tan evidente.
“No, en ese momento estaba buscando a Charlie quien había ido al baño hacía ya mucho tiempo, luego escuchamos los gritos y volvimos a la sala de inmediato, ¿por qué? ¿Sucedió algo más?” él me pregunta con el ceño fruncido.
“No, no, claro que no, sólo tenía curiosidad por si habían visto lo que sucedió antes, pues yo no pude verlo,” miento y noto que Al me mira con suspicacia, pero se abstiene de decir nada más.
Así que saco mi teléfono y le envío un mensaje a Alec primero:
“Hola, lamento haberme ido así, pero mis guardaespaldas entraron en pánico y me sacaron de allí, ¿estás bien? ¿necesitas atención médica?”
Y luego le envío un mensaje a Ezra:
“¿Cuál es tu maldito problema? ¿Estás demente?”
Alec me responde casi de inmediato: “Abby, yo estoy bien, no te preocupes por mí, ¿tú cómo estás? Siento mucho haberte puesto en esa situación, espero que no te metas en problemas con tus padres,”
“No, claro que no, soy yo quien lo siente, arruiné tu fiesta de cumpleaños, pero te lo compensaré, lo prometo,” le escribo.
“Abby, no es tu culpa, fue ese maldito imbécil, no tú, además no arruinaste nada, de hecho, gracias a ti tuve un gran cumpleaños, pero no voy a rechazar tu oferta, ¿te parece si vamos a cenar la próxima semana?” él me responde y yo tengo que pensar por un momento si realmente quiero continuar con esto.
Y entonces recibo la respuesta de Ezra:
“¿Por qué hiciste eso?”
“¿Qué?” le escribo de inmediato.
“¿Por qué besaste a ese imbécil en frente de todos?” él me responde y yo debo hacer uso de toda mi fuerza de voluntad para no gritarle al teléfono tras leer el cinismo de Ezra.
“Oh, disculpa, no pensé que hubieses visto eso ya que estabas bastante ocupado metiendo tu lengua en la garganta de Chloe, EN FRENTE DE TODOS,” le escribo y oprimo enviar con furia.
“¿Estás saliendo con él?” Ezra responde.
“Ese no es tu problema, además ¿a ti qué te importa? Pensé que yo sólo era la tonta con la que te sacas las ganas, así que, si estoy saliendo o no con Alec, no es asunto tuyo,” le escribo y su respuesta llega al segundo.
“Tienes razón, no es mi problema, haz lo que se te dé la gana,” él escribe y yo aprieto el teléfono con fuerza, pero al ver que tanto Al como Charlie me están mirando con curiosidad, trato de controlarme y en vez de arrojar el teléfono contra el suelo, simplemente decido bloquear el número de Ezra y luego le respondo el mensaje a Alec.
“Me encantaría ir a cenar contigo,”