CAPÍTULO VEINTISIETE

1825 Words
EZRA   “¿Cómo van las cosas?” Se puede leer en el mensaje de texto que mi padre acaba de enviarme, y frunzo el ceño de inmediato.   Cuando Abby me dijo que su madre me había invitado a la cena de su cumpleaños, en principio me negué porque realmente me parecía apresurado y sentía que iba a caer justo en una emboscada en la que me iban a hacer miles de preguntas sobre mí y especialmente sobre mi familia, preguntas que no estaba preparado para responder, y que sabía que iban a llevar irremediablemente a un rechazo de su familia hacia mí, una vez descubrieran la pobre vida familiar que tengo.   Y podría haberme continuado negando indefinidamente a las súplicas constantes de Abby para venir a la cena de su madre, si no fuera por el desafortunado hecho de que ella hizo algún tipo de mención al respecto mientras estaba cerca el bolso en el que mi padre instaló el micrófono, traté de remediar la situación de inmediato, pero era imposible simplemente pedirle a Abby que dejara de hablar al respecto, y como estábamos en el parqueadero, no podía deshacerme de mi bolso sin causar una reacción por su parte.   Así que cuando llegué a casa ese día, estaba rezando internamente porque mi padre no hubiese escuchado nada y que no revisara las grabaciones al menos hasta después de la cena, pero por supuesto que la suerte nunca está de mi lado, y tan pronto como entré por la puerta lo ví sentado en la sala esperando por mí con una sonrisa maliciosa en el rostro, y fue en ese momento que supe con certeza que no podría negarme a venir aquí hoy.   Traté de hacerlo, realmente lo traté, usé cada uno de los trucos que conozco para hacerlo cambiar de opinión, traté de razonar con él, traté de usar psicología inversa, busqué decenas de argumentos del por qué venir hoy aquí era una pésima idea, pero nada parecía funcionar y cuando finalmente recurrí a la última opción: amenazarlo con contarle todo a Abby si me hacía venir, él simplemente sonrió y llamó a Stella, no tuvo que hacer nada más, no tuvo que decir una sola palabra, con tan solo hacer que ella viniera y se quedara de pie frente a mí fue suficiente para entender su muy clara amenaza.   Así que aquí estoy, nuevamente escogí el bienestar de Stella por encima del de Abby, y eso me hace sentir terriblemente culpable, pues sé que lo que sea que mi padre esté planeando hacerle a su familia, eventualmente ello afectará a Abby también y no voy a poder perdonarme por haberle facilitado a él las cosas; pero Abby tiene muchas personas que se preocupan por ella y que harían cualquier cosa por protegerla y asegurarse de que esté a salvo, Stella sólo me tiene a mí, y si yo le fallo, ella sufrirá por mi culpa y eso es algo que no puedo permitir.   “Todo va bien, aún no han llegado todos los invitados, así que no ha empezado la cena,” respondo el mensaje de texto y miro hacia Abby quien le está frunciendo el ceño a su madre, lo cual es bastante extraño, considerando que es su cumpleaños.   Aunque es aún más extraño la forma en que su madre ha estado observándome desde el momento en que llegué, tal como lo está haciendo en este momento que ella está estudiando mi rostro con atención, y me pregunto si tengo algo en la frente, ¿tal vez me quedaron restos de comida? No debí haber comido tantos entremeses, pero es que estaban absolutamente deliciosos, sus nombres eran extraños y por un momento dudé si debía o no probarlos, pero Abby me aseguró que no iban a estar asquerosos sino todo lo contrario y tenía razón, nunca había probado comida tan rica, y eso que aún no empieza la cena.   A pesar de las constantes miradas extrañas y murmullos de parte de su madre y a veces de su abuela, la familia de Abby ha sido muy amable conmigo, su padre es excepcionalmente amable y también es muy cariñoso con ella, es evidente que su hija es la luz de su vida, su abuela también es amable aunque un poco extraña, y su tía Lucy parece ser la más sencilla de todos, ella parece estar constantemente preocupándose del bienestar de los demás, se mueve de un lado al otro de la casa asegurándose de que todos estén bien, y su esposo, aunque parece aterrador con su altura, los músculos y los tatuajes, sin mencionar el hecho de que tan pronto me vió comenzó a hacer el papel de padre enojado sobreprotector que su cuñado no había hecho, pero no le duró mucho, pues en cuando notó mi expresión de asombro estalló en risas y desde entonces ha estado haciendo bromas acerca de lo que me hará si le rompo el corazón a su sobrina favorita.   “Soy tu única sobrina,” le dijo Abby con indignación y eso sólo logró que él se riera aún más.   Sus dos primos también han sido amables, aunque el mayor parece más concentrado en su teléfono que en el resto de personas, y el menor es un poco extraño, pues parece disfrutar con la expresión en el rostro de las personas cuando él les dice exactamente lo que piensa de ellas, incluso después de que su hermano lo reprendiera por decirme que me había visto en el balcón de la habitación de Abby, y le hiciera prometer que no iba a volver a decir algo parecido frente a sus padres o tíos, el chico parecía incapaz de filtrar las palabras que salían de su boca, pero afortunadamente no volvió a mencionar el tema en el resto de la noche.   “¿Quiénes están en la cena? ¿Sólo familia o también amigos?” recibo otro mensaje de texto de mi padre y ruedo los ojos.   “Familia, amigos y colegas del trabajo,” respondo simplemente.   “Pensé que sólo iría la familia,” mi padre escribe en otro mensaje un par de minutos después.   “Yo también creí que era solo familia, pero hay más personas y aún faltan otros por llegar,” le respondo.   “¿Quiénes?” mi padre pregunta casi de inmediato.   “No lo sé, no conozco la lista de invitados,” le respondo, empezando a molestarme con sus mensajes.   “Ve a la mesa y mira los papeles sobre los platos con los nombres de las personas, ¿quiénes están ahí?” él escribe.   “No puedo hacer eso, son demasiados y lo notarían,” le respondo.   “Sólo hazlo,” él escribe y yo exhalo con fastidio, haciendo que Abby me mire con extrañeza.   “¿Estás bien?” ella me pregunta.   “Oh sí, es sólo que estoy dándole indicaciones a la niñera para la comida de Stella,” le respondo y ella me sonríe con ternura, haciendo que me sienta aún más culpable por estar aquí espiando a su familia.   “¿Aún faltan más invitados?” le pregunto, fingiendo desinterés.   “Faltan los padres de Lucy y los mejores amigos de mi madre, los Pemberton,” ella me responde y yo asiento.   “Sólo faltan por llegar la familia de su tía Lucy y los amigos de su madre, los Pemberton,” replico la información que Abby me acaba de dar y envío el mensaje.   Un par de segundos después mi teléfono comienza a vibrar y veo con extrañeza una llamada entrante de mi padre, me pregunto ¿qué le pasará?, él nunca me llama, a veces ni siquiera escucho de él por varios días seguidos; dejo que la llamada pase al buzón de voz mientras me concentro en la conversación con Abby, pero el teléfono no para de sonar, así que me disculpo con ella y salgo a un pasillo para contestar la llamada.   “¿Qué sucede contigo?” respondo con fastidio.   “Ven a casa ahora mismo,” mi padre me dice con tono tenso y yo frunzo el ceño.   “Pero si tú mismo me obligaste a venir, no puedo irme ahora, la cena aún no empieza, sería grosero,” le respondo.   “¿No me escuchaste maldito idiota? ¡VEN A CASA EN ESTE INSTANTE!” él me grita y yo frunzo el ceño, confundido por su repentino enojo.   “¿Por qué debería hacerlo? Irme antes de la cena es extremadamente grosero, ella se enojará conmigo si lo hago y eso no nos conviene,” le respondo, y de inmediato escucho un golpe y el llanto de Stella.   “Si no sales de esa casa ahora mismo, encerraré a esta maldita mocosa en el sótano por tres días,” él me dice antes de colgar y yo me paso la mano por el cabello con exasperación.   Pero sin más tiempo que perder, entro de nuevo al salón y me acerco a Abby para decirle en el oído que hubo una emergencia en casa con Stella y debo irme de inmediato.   “¿Está todo en orden? ¿Quieres que te acompañe?” ella me pregunta de inmediato con tono preocupado.   “No, tienes que quedarte aquí, es el cumpleaños de tu madre, por favor excúsame con tu familia,” le digo y ella asiente antes de acompañarme hasta la entrada en donde un chico flacucho me trae el auto, y veo en su rostro que está preguntándose qué hago yo aquí con ese auto desvencijado en una cena de ricos, pero lo ignoro por ahora y me subo al auto de inmediato, me despido de Abby con un beso rápido y contesto la nueva llamada entrante de mi padre.   “Voy saliendo de la propiedad en este instante, deja de llamarme ya,” le digo con molestia y cuelgo.   Justo cuando voy dando la curva para dirigirme a la salida de la propiedad, veo por el retrovisor que un auto acaba de llegar y de él se baja una mujer pelirroja, un hombre alto y dos adolescentes, por un momento siento que parecen familiares, como si los hubiese visto antes, y cuando voy a mitad de camino hacia la casa recuerdo que es la misma familia que ví el día que me colé a la fiesta de cumpleaños de Abby hace diez años, los recuerdo porque ese día pensé en lo feliz que se veían los niños junto con sus padres y por un momento me encuentro sonriendo al pensar en lo afortunados que son de que aún sigan juntos, pero luego sacudo la cabeza y me concentro en manejar tan rápido como este viejo auto lo permite, pues no quiero que mi padre pierda aún más los estribos y se desquite con Stella, aunque más le vale que tenga una buena explicación por su comportamiento extraño de hoy, o de lo contrario me negaré a seguir haciendo su trabajo sucio. 
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD