Boleto de ida pero no de vuelta.

1138 Words
Capítulo 18: Aiden Estábamos llegando a donde Ryder pero en el camino nos encontramos con él y el grupo que tenía designado, lo malo de ello, era que había menos guerreros que los que envié. -¿Qué pasó? -pregunté volviendo a mi forma humana- -Nos tendieron una trampa... -murmuró Ryder- Los muy cabrones de la Los Oscuros estaban ahí, no nos dieron tiempo a dar el aullido de auxilio, nos atacaron sin aviso previo. Fue una masacre, logramos huir los pocos que ves aquí. -respondió y asentí- Gruñí internamente, estaba furioso molesto. En el momento en que iba a decir algo, sentí extrañamente un dolor punzante en mi cabeza. Un vampiro está intentando entrar en tu mente. Me aviso Seth, miré con mi visión lobuna para encontrar al vampiro pero no lo podía encontrar. -¿Qué buscas? -preguntó Samir- -Alguien está intentando entrar en mi mente. -respondí- En eso sentí el aire del ambiente más pesado, denso. Observé con detenimiento a cada uno, algo no iba bien. En ese momento una densa oscuridad comenzó a envolventes, eran esos malditos desgraciados, Los Oscuros. -Debemos irnos a territorio lycantropo, aquí estamos desprotegidos. -habló Eliana, la hermana de Samir- -Andando. -murmuré- Volví a mis cuatro patas y corrimos sin parar hasta llegar a mi territorio. Suspiré el rico aroma de mi hogar. Eran las cuatro de la madrugada, habíamos tardado una hora y media en volver a casa. -¡Aiden! -gritó Rushel corriendo hacía mí- ¡Zafiro! ¡Ella empeoró! -exclamó rompiendo en llanto- En dos horas la noche culminaría y yo no había logrado dar con el bastardo que dejó en ese estado a mi mate. Las lagrimas se acumularon en mis ojos y sin vergüenza las deje salir, estaba agotado física y mentalmente. Habia fallado, le fallé a mi manada, a los míos, a mí y al amor de mi vida. Dije que la protegería, que la cuidaria y ahora ella está inconsciente con su vida pendiendo de un hilo. -Yo debería estar en su lugar. -susurré- ¡Maldición! Zack colocó una mano en mi hombro, caí de rodillos al suelo. Mi rostro estaba bañado en mis lágrimas, me sentía inútil, era un fracaso. -¿Alpha Aiden? -habló alguien apareciendo ante mí- Levanté mi vista y me encontré con la Alpha de la manada más peligrosa de la zona, "Sangre Nueva". Vestía de n***o. -Soy yo. ¿Qué sucede? -pronuncié- -Uno de tus lobos fue a mí territorio, he oído lo que te ha ocurrido. Decidí ayudarte, claro si tu aceptas mi ayuda. Miré sorprendido a la chica, asentí a pesar de los riesgos que conlleva tener una alianza con su manada. Todo sea por Zafiro. Ella miró detrás de sí e hizo una seña con su mano, inmediatamente aparecieron miles de guerreros ante nosotros. Cabe mencionar que su manada además de ser la más peligrosa era la más numerosa. Era increíble ver la cantidad de guerreros. -Sé que mi manada no es la que tiene mejor fama pero ayudándote cobraré mi venganza. Aquellos que se hacen llamar Los Oscuros hace poco mataron a mi cachorro. Sentí la dureza y el dolor oculto luego de mencionar aquello. Comprendí su posición y no soy quien para negar su ayuda cuando la realidad es que la necesito. -Acepto tu ayuda y no soy quien para negar que cobres tu venganza. -hablé firme y me puse de pie- -Déjame ver a tu Luna. -pidió- Debo acercarme a ella para hacer notar el aroma de quien la envenenó. -Lo siento pero eso no funcionará. -mencioné apenado- -Hay algo que no sabes de mi Aiden, soy una loba mitad bruja. Permiteme ver a tu mate. Sorprendido asentí y la hice seguirme. Así nos encaminamos a mi casa y a la habitación donde Zafiro reposaba. Mi corazón se encogió al verla aún más pálida y delgada. -Cierra la puerta. -pidió- Trata de no memorizar las palabras que yo mencione. Por cierto mi nombre es Reah. Asentí y ella se acercó a mí mate, tocó la marca del vampiro y comenzó a murmurar palabras raras. Intenté no prestarle atención para así no memorizarlas. Luego de unos minutos, ella soltó a Zafiro y me miró con temor en sus ojos. Suspiró y se decidió hablar. -Ella ha sido sometida a éste estado por uno de ellos... -¿Quién? -pregunté- ¡Reah dime! -Su nombre es Gregorio, le dicen Greg. Es el cabecera de Los Oscuros. Apenas pronunció la última frase, mi respiración comenzó a fallar. ¿Era una broma? Mi pulso se aceleró y juro que sentí que mi corazón iba a estallar. -¿Cómo? Yo... Mierda. -murmuré- -Podemos encontrarlos. Aiden necesito que busques su aroma en Zafiro. Olfateala. -ordenó- Suspiré y me acerqué a mi amada, aspiré su dulce aroma y rápidamente otro aroma desagradable y putrido llegó a mí. Seth aulló en mi interior y comprendí el por qué, ya sabía dónde se encontraba el malnacido. -Por el color rojo de tus ojos, deduzco que ya lo encontraste. Andando. Me miré en el espejo ante lo que dijo Reah y noté mis ojos color rojo, no eran negros como cuando Seth me controlaba, eran rojos sangre. -Ese es el lado negativo y malo de tu lobo, no dejes que te controle del todo. Esta bien que sientas ira y quieras venganza pero puedes herir a los tuyos. -murmuró Reah mientras bajamos a la planta baja- Cuando quieras salimos en busca de ellos. -dijo y salió de la casa- Al salir ella vi que en la sala de estar estaban Rushel pero ¿y Alekey? También vi a mi madre junto a mi padre y hermana. -Iré en busca de Los Oscuros, si para el mediodía no he vuelto y Zafiro ya ha despertado... Diganle que la amo y que hice todo por ella. -pedí- -¿No piensas volver? -dijo mi madre horrorizada- ¡Pelea por ella y sobrevive! ¡No hables como si fueras a morir! Suspiré y baje la vista, ir a luchar con ellos era una muerte segura. Asentí y me.despedí de ellos. Al salir todos esperaban con paciencia nuevas órdenes. -Quiero que ya me digan quienes se retractan y prefieren quedarse. Nos enfrentaremos a Los Oscuros y tenemos un boleto de ida pero no les aseguro uno de vuelta. -hablé con voz alta y clara- Sí tengo que ir sólo iré, debo luchar por mi Luna, nuestra Luna. No puedo seguir perdiendo tiempo así que díganme... ¿Quiénes están conmigo? Todos se pusieron firmes ante mí y se transformaron, una vez todos en su forma lobuna aullaron dándome a entender que todos iban a luchar. Sonreí con orgullo en eso llegó Alekey, venía del bosque y me sorprendí ante eso. -Tua... -pronunció Samir y sus ojos brillaron- ¿Qué? Oh no, olvidé ese detalle. Continuará...
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