Capítulo 16:
Aiden
Ante nosotros teníamos a cuatro vampiros traidores. Su pena por quebrantar el tratado e incluso traicionar a los suyos, era la muerte.
El conde Samir llevaba una estaca de plata en su mano, estaba preparado para acabar con esas escorias pero primero debía interrogarlos.
-Saben bien lo que han hecho. -murmuré con furia- ¿Por qué atacaron mi manada?
Uno de ello que era albino sin duda, levantó la vista y fijó sus ojos en los míos. Inmediatamente comencé a oírlo en mi mente, me hablaba y explicaba detalladamente.
- Hicieron el llamado de sangre, lo oí y fuí. Llegué a un pueblo algo alejado juntó con algunos compañeros de este y otro clan. Caminabamos entre muchos vampiros todos con túnicas negras. De repente aparecieron ellos, Los Oscuros estaban ante nosotros. -pronunció, lo miré y asentí para que continuara- Pronunciaron unas palabras en hebreo que pocos entendieron, yo sí y no causó efectos. Es un viejo hechizo de sumisión, muchos cayeron dispuestos a ello y otros fueron obligados a hacerlo. -gruñí- Muchos de los míos han atacado a tu manada bajo un hechizo y ni siquiera se han enterado de ello, otros sí saben su pecado. Yo no ataqué a los tuyos, fuí médico y ayudé a los que eran heridos de gravedad. Estuve en tu pueblo, antes del ataque. -explicó- Podría haber ocultado mi aroma pero supe que tu y tu loba son la de la profecía.
Dicho eso dejó de mirarme fijamente y sus ojos volvieron al tono amarillento que tenían anteriormente. Samir me observó y decidí que debía comentarle aquello.
Miré al albino y sentí pena, definitivamente Zafiro había causado mucho en mi.
-¿Tu nombre? -pregunté y el me miró sorprendido-
-Nathan. -respondió-
-A el no lo matarán, lo necesito vivo. En un momento continuaré con los demás. -pronuncie firme y alto- Conde, sígueme.
Salir apresurado siguió mi paso y nos alejamos de los demás. Me miró con impaciencia esperando que hable.
-Muchos vampiros han actuado bajo un hechizo de sumisión. -expliqué y sus orbes se abrieron sorprendidos- Algunos estuvieron de acuerdo con eso y otros fueron obligados a hacerlo.
-¿Qué quieres decir? -preguntó-
-Algunos vampiros ni siquiera saben que han cometido. Los que estaban dispuestos y sabian del hechizo si, pero otros cayeron sin siquiera saber que cada palabra que oían era un maldito hechizo en hebreo. -conteste-
-¿Cómo es posible? ¡Maldita sea! -vociferó molesto- Ésto es la guerra.
-La guerra es contra los hombres lobos, Conde. -pronuncie-
-Ya no más, me uniré a tí y a todos aquellos que hayan sido afectados por esa mierda de clan. Pagarán. -gruño y noté un destello rojizo en sus ojos- ¡Malditos sean!
Asentí, emanaba un aura maligna, seguro se estaba controlando para no abalanzarse sobre cualquier cosa que viera para desatar su furia.
-Nos organicemos entonces. -murmuré- Debem... -fuí interrumpido por un aullido, era de dolor, agonía, mi beta, mi hermano- ¡Ahora no! -grité molesto- Mi beta necesita de ayuda, parece que han encontrado algo. Están en el Clan Meyer, debo ir.
Dicho eso deje que Seth tomará el control y ya en cuatro patas corrí seguido por mis lobos hacía el otro clan.
Luego de correr unos minutos, noté que por los árboles iban Samir y sus mejores guerreros al mismo ritmo que nosotros.
En prácticamente media hora estaríamos en el territorio Meyer, nuevamente oí el aullido de un lobo pero este no era Zack sino otro.
-Ya llegamos. -dijo Samir saltando desde uno de los árboles- Controla a tu lobo aún no sabemos que ha sucedido.
Asentí y nos adentramos en el pueblo. Todo estaba demasiado calmado para mi gusto.
-¡j***r hermano! ¿Dónde están? -hablé por el link-
-¡Ahí! -gritó Samir-
Corrí a la dirección que señaló y hallé a mi hermano moribundo en el suelo, estaba aún convertido en lobo.
Lamí su cara haciendo que abriera sus ojos, noté un brillo en estos al verme. Le ayude a parase y noté una herida en su pata trasera y otra herida, en su lomo. Donde claramente se veía la mordida de un chupa sangre.
-¡Me has dado un susto de puta madre! -le grité por el link y el sonrió-
-Debemos irnos, todos en este clan pequeño y asqueroso están bajo las ordenes de Los oscuros. -pronunció el a través del link-
Asentí y tomé mi forma humana. Miré a mis guerreros y a los heridos que seguían a Zack.
-Quemen todo. -ordené con frialdad-
-¿Qué? ¿Por qué? -preguntó Samir-
-Todos en este maldito clan están bajo ordenes de Los Oscuros. -expliqué breve-
El Conde hizo una mueca de dolor y asintió, sabía que le dolía el matar a los de su propia especie pero... los traidores no deben vivir para contarlo.
El pequeño pueblo comenzó a arder en llamas, los lobos mal heridos volvieron a casa, solo aquellos que estaban con heridas leves se quedsron.
-Debemos volver a tu pueblo. -dije a Samir- Esperaremos más noticias de los míos.
Samir me dió la razón, me transformé y volvimos por donde vinimos, todo el camino cargué a Zack en mi espalda lobuna, pues mi terco hermano no había querido dejarme sólo.
-Eres testarudo como la mierda ¿eh? -le hablé por el link-
-No puedo permitir te diviertas tu solo, idiota. -respondió y reí-
...
-¡Ella está tomando temperatura! ¡Debemos bajar la fiebre! -exclamó Rushel preocupada- j***r, Zafiro por favor resiste.
-Es difícil que lo logre niña. -murmuró la sanadora de la manada- Van a ser ya cuatro días desde que la engendraron, el alpha debe apurarse.
Rushel sintió pavor de perder a su hermana mayor, ya la habían perdido por seis meses y no toleraría una vida sin ella.
Pronto ella y Alekey cumplirían dieciséis años, claramente deseaban tener a Zafiro en esa fecha.
-Resiste hermanita, por favor... -susurró conteniendo las lagrimas-
-Pide paños fríos y tráeme algunas hierbas. -pidió la sanadora- Apresúrate.
Rushel asintió y fue a por lo que le pidió. Suspiró nerviosa, debía comunicarse con Aiden pero no sabía como. Mierda.
Continuará...