PRÓLOGO

1045 Words
RENZO VOLKOV 8 AÑOS ATRÁS… El puño que impacta en mi cara me hace tambalear, la sangre rueda por mi frente, logrando que me obstaculice la vista.. El hombre que está frente a mi sonríe al pensar que me tiene acorralado. Nunca hay que subestimar al oponente. -levántate Bestia. acaso la nena se rinde- escupe sangre al piso. El público aclama mi nombre una y otra vez. Los gritos no cesan, lentamente me pongo de pie listo para atacar. Mis manos piden sangre. -¡Al parecer el combate sigue! ¡La Bestia está de pie!- los gritos no cesan. Recorro con la mirada a los malditos que aprecian la pelea clandestina. Millonarios, gente que apuesta cantidades exuberantes. Por ver, como dos animales se matan en el ring. -Voy a matarte hijo de puta- sonrío. Mi oponente levanta el puño para volver a golpear mi rostro, pero esta vez soy más rápido y conecto un puño en su costilla mandándolo hacia las rejas. Te tengo Los gritos no cesan, conectó un puño tras otro hasta que la sangre baña mis manos. Levanto la pierna y pateo incansablemente a mi oponente que se cubre el rostro. El sudor baña mi frente. Sangre. -¡beast! ¡beast! beast!- conecto el último golpe. La campana suena dando fin a la contienda. Dos personas me sujetan cuando intento acercarme al sujeto. Su cuerpo inmovil solo puede significar una cosa. Una persona se acerca al cuerpo inerte solo para decir lo que ya intuía. -está muerto- los aplausos no cesan y corean mi nombre una y otra vez. Empuño las manos queriendo arrancar la garganta a cada uno, pero no puedo. Soy un maldito prisionero en esta fosa. Donde su único trabajo es pelear. -lo hiciste bien muchacho. Ganamos millones- Zarate palme mi hombro, feliz, por haber ganado millones. Me esposan las manos llevándome lejos del cadáver que recogen como si fuera un simple animal. Pasamos por unos túneles para terminar en un bar donde ciento de mujeres me determinan con una sonrisa. Cuando cumplí los 17 fui capturado por esta gente, me entrenaron para convertirme en una máquina de aniquilación fatal. Junto con mi hermana que apenas era una niña indefensa. Tres años después me convertí en lo que soy ahora. Una bestia humana. Paso de las personas para encontrarme a la única luz que hace felices mis días. -Ren. Ren. Me dijeron que estuviste increíble. Ganaste ¿ahora si puedo tener la cámara que tanto pedí?- Nana me mira completamente feliz. Lleva una toalla y los analgésicos que uso después de cada pelea. Me sueltan las esposas pero no pierdo de vista la mirada que le da el asqueroso de Zárate a mi hermana. Tomo la mano de Nana llevándola junto conmigo. Una vez en nuestra pequeña habitación, tomo la toalla enojado. -¿qué te he dicho Nana? No debes salir de aquí cuando no estoy- se tensa ante mis palabras y baja la mirada apenada. -lo lamento Ren, es que quería..- doy un paso pero una punzada me hace detener. -¿estás bien?- asiento. Corre al baño por los implementos de limpieza. Me ayuda a sentarme y empieza a limpiar. -lo lamento. No volverá a suceder- desinfecta las heridas. recojo su mechón castaño. -sabes porqué lo hago Nana- asiente. Es mi luz. -lo se Ren- suspira. No dice nada hasta terminar. Se levanta dejando todo en orden. Mi pequeña Nana. Cada vez crece más convirtiéndose en una mujer muy hermosa. Una que tengo cuidad. No pierdo de vista las miradas asquerosas que le dedican. Y más, los amigos de Zárate. Es mi niña, y debo cuidarla con mi vida si es necesario, porque ella es la Luz que guía mi vida. Sin ella solo quedaría oscuridad. ¿qué está sucediendo? veo cómo las personas están aglomeradas en el bar. Me desperté a las 3 de la mañana para dejar en la habitación de Nana la cámara que tanto me ha pedido. Al no encontrarla allí supe de inmediato que estaría en el bar con Musa. Se han hecho muy amigas y a parte de mi, es la segunda persona que más la cuida. -oh por Dios, es solo una niña- no me importa lo que está pasando así que solo paso de largo. Me ubico en la barra encontrándome con Antonio. -Musa- baja la mirada al verme. -lo siento hermano- -¿sentir qué?- apunta hacia la aglomeración. Me levanto enseguida pasando por todo el gentío. -llamen una ambulancia- el grito de una mujer me descontrola. -¡Dios, es solo una niña!- Mientras avanzo veo el cabello de Musa. Cada paso que doy me causa una sensación extraña en el pecho. La escena que aprecian mis ojos logra que la respiración se me detenga. La opresión que siento en el pecho crece más. El mundo se vuelve nada en segundos y solo puedo ver como Musa sostiene el cuerpo de mi hermana. respiro por la boca mientras avanzo. Mi cuerpo tiembla y se me seca la boca al ver a mi hermana cubierta de sangre entre las piernas. Su ropa está desgarrada mostrando los hematomas que tiene en el cuello y partes del cuerpo. Su mirada sonriente es reemplazada por una sombría. No… NO…Es mentira, ES mentira… -¡¡Renzo llama a una ambulancia por favor, es Nana!!- Musa llora desconsoladamente. Me arrodillo tomando el cuerpo de mi hermana. Está frío, y yo sé lo que significa. Lo he visto en mis oponentes de combate. Sé lo que significa. Lo sé, pero no puedo… La llevo a mi pecho abrazando su cuerpo sin vida. Grito su nombre mientras las lágrimas resbalan por mi rostro. -¡¡¡Nana!!!- uno mi frente a la suya. La violentaron. Me la destrozaron. ¡que hijo de puta se atrevió a hacerle esto a ella! Es solo una n/ña. Una n/ña sin rastro de malicia. Mi luz… Siento un silencio y no sé qué es lo sucede, cuando reacciono veo miles de cadáveres apilados y tirados en muchos lugares. Mi cuerpo está cubierto de sangre, que no es mía. Mi respiración es pesada. Tomo el cuerpo de Nana y salgo con el ser que una vez fue mi Luz. La única Luz que me quedaba.
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