El Comienzo

1082 Words
-       Coleguita ¿Cómo has estado? –es Ingrid quien me llama a un teléfono satelital que Gelys me facilitó y por el que normalmente nos comunicamos-. -       Amiga bien, pero ya sabes cómo es, lo tengo todo –hago una pausa suspirando profundamente-, pero la sensación de vacío es una constante, no desaparece por nada. -       Te entiendo amiga ¿y mi maravillosa sobrina dónde anda que no la escucho atormentándote? –le pregunta entre risas-. -       Ahora está en el jardín, le dio por plantar algunas flores, sabes cómo es cuando se le mete algo en la cabeza, y para que no comience a discutir porque no la dejo relacionarse con otros niños, prefiero que se bañe de tierra si eso le hace sentirse mejor. -       Se parece a alguien que tú y yo conocemos –me recuerda-. -       Así es, sino supiéramos quien contribuyó en su formación biológica rapidito darían con él –hago una pausa buscando las palabras adecuadas-, es tanto o peor, me vuelve loca, y eso que no lo conoce. -       Para que tú veas el efecto de la sangre amiga, yo la adoro, me encanta su personalidad, a tan corta edad sabe lo que quiere y como conseguirlo, siempre tendrá mi apoyo mi zanahoria –me dice con orgullo en la voz-. -       Te ruego no se lo digas, sino quién la aguantará –le suplico-. -       No vengas tu a coartarme mi derecho a expresarme, eso con otros, conmigo no Rangel –me habla en tono fuerte-. -       Ay ya Ojeda, te dejo voy al Resort a trabajar un rato –le digo poniéndome de pie, estaba en el piso recostada un rato-, déjame ver como hago que esta niña acceda a que debemos volver al trabajo. -       Pobre niña, tan pequeña y ya la explotan –dice Ingrid en tono dramático-, hasta pronto amiga, las quiero y extraño muchísimo, la vida no ha sido la misma sin ti Rangel, sé que te lo hemos repetido hasta el cansancio, si pudieras olvidar todo y regresar –hace una pausa-, si quieres no con él pero regresa a vivir con nosotras, en la casa de Gelys estamos todas bien, solo faltas tú y mi chiquita. -       También las extraño, pero no creo que ello sea posible, sabes cómo es el personaje –hago una pausa mentalmente dándole una vista al futuro-, ¿te imaginas cuál será su reacción si descubre a Altair? -       La va a amar Rangel, ¿quién que la conoce no la ama al segundo después de ganarse una mirada de odio de esos ojos azules? –hace una pausa-, él la va a adorar, es su viva estampa, tienen el mismo carácter del demonio y la misma forma de observar a las personas. -       No sé amiga, tengo mis dudas, no soportaría que la maltrate con su indiferencia –le repito una vez más-, ahora si te dejo, me voy, se me hace tarde, besos, saludos a Gelys y a las chicas. Sin esperar respuesta de Ingrid, colgué la llamada, para la hora estoy retrasada. Hace media hora debía estar en el Resort, esta semana habrá una convención de empresarios y fueron reservados algunos espacios, entre ellos la sala de conferencias, el salón de fiestas, una de las áreas de la piscina, la discoteca, entre otros. Es mucho el trabajo que tengo por delante pero vale la pena, el ingreso que esta clase de eventos generan me ha ayudado a mantenerme en pie y poder mantener a mi chiquita, me toca hacer el doble de esfuerzo para mantenerla feliz. Por el riesgo que aún estamos corriendo no es conveniente exponerla a la vista en el pueblo, por lo que no va al colegio como cualquier otro niño, contraté una maestras que va a casa todos los días en la mañana a darle clases. Al principio no opinaba sobre esta modalidad de estudios, sin embargo desde hace dos años me viene acusando constantemente con que soy una madre castradora, que no la dejo vivir. “¿Dónde se ha visto una niña de su edad diciéndole a su madre castradora?, ¿Qué tanto podría hacer una niña de su edad para expresarse de esa manera?”, pienso sacudiendo la cabeza recordando sus palabras. -       Chiquita vamos a ducharnos –le grito desde la puerta que da hacia el jardín posterior-. -       ¿Ahora qué quieres Iliang? –me pregunta alzando la cabeza, dirigiéndome una mirada de odio, tiene el rosto bañado de sudor y lleno de tierra-. -       Debemos ir al Resort –le digo esperando sus alaridos de reproche, lo que antes para ella era la gloria, ahora pareciera el peor castigo, no termino de entender su negativa de ir al Resort-. -       ¿Será que puedes hacer de cuenta que yo no existo y te vas sola? –pregunta con tranquilidad-. -       No mi amor, no podría olvidarte –le digo mirándola con ternura-, eres mi vida, y uno a su vida no la olvida. -       ¡Dios mio que hice para recibir tal castigo! –responde dramáticamente mirando hacia el cielo-. -       Amor deja el drama, vamos, te prometo que comerás helados y chocolates –le digo para animarla-. -       Siendo así, no me queda más opción que acompañarte, sino, no me dejarás en paz –dice poniéndose de pie y sacudiéndose las manos-, mañana las continuaré atendiendo –le dice a las flores que logró plantar. Me hice a un lado para dejarla pasar. No puedo pedirle nada más a la vida. Tiene siete años, pero su mentalidad es la de un adulto, su capacidad de razonamiento supera a la de cualquier niño de su edad, me sorprende cada día con sus comentarios y hasta algunas sugerencias. Dado que no es mucho con lo que puede entretenerse en el Resort, según ella, en algunas ocasiones me ayuda con las cuentas. Es muy buena en estos temas. De hecho los disfruta. Dice preferir esto a perder el tiempo mirando dibujos animados. Verla con la calculadora y la libreta de montos es todo un espectáculo, adopta una actitud que la hace ver toda una profesional, nada que ver con la niña que mis ojos y mi corazón ven. PD: Estimados lectores, les reitero que los primeros capítulos serán cortos. No dejen que la ansiedad los abrume. Luego los iré adecuando. Le envío un abrazo desde la distancia, agradeciéndoles por la aceptación que le han venido dando a mis historias.    
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD