Min Yoongi no le dedicó más de un pensamiento al mensaje que había recibido ayer, no importara de que se tratase de uno de sus dos hermanos, digamos que con ello tenían aún más motivos para pasarlo por alto. Pero eso no quiso decir que su humor iba a ser bueno y estaría mostrando una sonrisa de oreja a oreja. No tenia buena cara. Jimin pudo percatarse de ello, el alfa estaba casi melancólico, ni siquiera enojado o de mal humor, lucía triste. Algo claramente estaba pasándole, ¿pero seria buena idea interferir? Oh bueno, el beta no estaría interfiriendo en lo absoluto si es que solo le hiciera una pregunta, o dos.
Además, pensó Jimin, que esto también le afectaría de alguna manera. ¿Cómo? la respuesta era simple, Agust no parecía querer escribir, hasta ahora él no había estado frente a la pantalla de su portátil. Lo cual, si, era un tanto extraño, y lo hacía mucho más extraño por el hecho de que no hace mucho, ayer, había estado con bastante energías para escribir. Uhm...
Yoongi dejó su taza celeste sobre la mesada de la cocina para nuevamente llenarla de café. Jimin supuso que este un buen momento para su pregunta, —¿Escribirás ahora?— Tonto, esa no era la primera pregunta que realmente quería hacer, era la segunda. Suspirando para sí mismo volvió a intentarlo:—¿Estás bien?— Le dió un sorbo a su bebida frutal sin dejar de mirar neutral al alfa.
—¿Preocupado?— Un poco más y Yoongi dejaba escuchar un risa, no lo logró. Para alguien que no le había dedicado más de un pensamiento a ese tema, él estaba bastante tocado.
El omega negó calmo —Realmente lo estoy— si estaba siendo sincero y Min lo sabía. —Ya sabes— Se encogió de hombros.
Yoongi ya tenía una idea hasta donde llegaba el fanatismo del mocoso para sus obras o para con Agust. El niño era tan ridículo, pero bien, de alguna forma lo lograba entender. —Asuntos de adultos— Fue lo último que dijo para luego regresar a su habitación, pero no con la idea de seguir narrando un nuevo capítulo. Jimin tontamente lo siguió, el mocoso se ganó un portazo a solo centímetros de su rostro.
Y por supuesto que aquello logró irritar al menor, vamos, ya todos sabían cómo de mal manejaba su humor. Pero no hizo nada, solo patear con rabia la puerta para nuevamente ir escaleras abajo.
—No pienso preocuparme por él de nuevo— Soltó ya solo de nuevo en el living, pero no pasaron siquiera dos minutos para cual él estaba preguntándose el que a quien quería engañar, estaba sintiendo esa cosa extraña en su pecho. Ugh, prontamente decidió que no le gustaba. El sentimiento era desagradable. Minuto después decidió por hacerlo desaparecer. Así que sus piernas se movieron nuevamente escaleras hacia arriba, rayos, ¿por qué el tonto alfa no tenía una ascensor? ¿No era millonario?...
—Abre— Jimin tocó la puerta calmadamente, con su pie. Lo importante es que no estaba arremetiendo contra la puerta, —¡Abre la puerta!— bien, ahora si era buen momento para golpear casi sin fin contra la madera brillosa. Algo en la boca de su estómago se revolvió, los pensamientos trágicos dieron de golpe en su cabeza. Tal vez el tonto alfa se había desmayado y golpeado su cabeza, o peor, estaba por cometer s******o. Jimin parpadeó varias veces ante la posibilidad, pues hoy el hombre había lucido tan melancólico.
Entonces una idea hizo que apresurará sus pasos hacia su habitación, para luego ir a su ventana. La abrió por completo y echó una mirada hacia abajo, trago saliva, sería un gran y doloroso golpe el que se daría si cayese, aunque él ya había caído una vez. Torció sus labios y pensó en una mejor idea, pero como no llego a nada rápidamente él solo salió por la ventana muy bien aferrado a la pared, suerte y esta tenia de donde podría agarrarse.
Unos pasos más y él dio con la ventana de la habitación al lado de la suya. Y gruñó cuando vio que esta permanecía cerrada. Vio a través de ella, claro, con cuidado de no soltarse. Ahora mismo él era tal cual como un felino de garras largas y temeroso.
—No mires hacia abajo, no mires- Sus párpados se cerraron con fuerza por unos segundos, respiró profundamente y dirigió toda su atención al interior de la habitación. Pudo dar con el alfa, pudo dar con su sutil aroma a bosque. Lo mareo un poquito, pero erizandose se sujetó con mucha más fuerza. —Al menos él no está muerto— Lo veía sentado al borde de la cama, dándole la espalda, se veían aún más perturbado. Diablos. —Estúpido fanatismo— Pero no dejó de observar con auténtica preocupación, dudando de que solo se tratara de solo su admiración.
Una brisa le heló la piel a Jimin, recordandole en donde se encontraba, recordadonle que debía de sujetarse con fuerza y que ya debería de volver a estar a salvo. Uno de sus pies resbaló, su gruñido fue bajo, pero el golpe que dio la palma de su mano contra el cristal de la ventana no lo fue. Dio con la mirada del alfa.
—Mierda— Y Yoongi ya estaba yendo con rapidez hacia su ventana, abriendola y salvando al mocoso estúpido de una caída de muerte. —¿Realmente quieres matarte?— Le gruñó al omega —Si es así hazlo cuando vuelvas a tu casa, mocoso—
Jimin cruzó los brazos luciendo como si él tuviera el derecho de enfadarse también —No abrías la puerta—
—Esa no es razón suficiente para que te matarás— Yoongi suspiró, este chico lo volvería loco y al parecer seguiría siendo su culpa. —No dejaré de escribir, ¿bien?—
—¿En serio?— Aun sabiendo aquello Jimin no se sintió satisfecho, —¿Por qué te vez tan miserable?—
Yoongi negó débilmente —No me veo así—
—Claramente aun no te has visto en un espejo— El mocoso/Jimin pareció estudiar las expresiones del alfa, pero luego se percató de que: ¿Qué diablos hacía él preocupándose de más por el alfa? Después ya había escuchado lo que quería, ¿o no?
El silencio entre ellos se prolongó hasta que ambos al mismo tiempo cayeran en cuenta en como se encontraban en ese momento. Prácticamente Min Yoongi estaba rodeando a son sus brazos a Jimin, y este no parecía querer alejarse, aun cuando se percató de ello.
Jimin respiró el aroma contrario, Se volvió un poco más intenso, aunque había algo desagradable en el. —Estas triste—
El alfa volvió a negar débilmente, ¿y qué si no quería hacer saber su melancolía por su familia? Era tema suyo después de todo.
—¿Es sobre tu familia?— El omega volvió a dar en el blanco. —Es tan obvio— Solo le basto una mirada neutral de Yoongi para saberlo. Jimin intentó alejarse, lo más seguro era que el alfa necesitaba estar a solas, pero su cuerpo no le obedeció. No quería irse, quería quedarse y ser una buena compañía, aunque no se dijesen nada. Aquel pensamiento lo sorprendió, no pasó mucho y su ceño ya se encontraba fruncido. ¿Qué loco pensamiento sin sentido había sido ese?
—¿También eres entrometido, eh?— Yoongi ladeó solo un poco sus labios —Pero no es asunto tuyo— le recordó.
Fastidiado Jimin lo empujo —Trato de ser amable ¿y esto es lo que recibo?— Rebotó contra la cama al tomar asiento de golpe —Acabas de perder tu oportunidad, solo ahogate solo en tu tristeza—
—Tan dramático. Siento decirtelo, pero no me manejo de esa modo— Caminó hacia su silla amueblada —Ahora fuera de mi habitación, eres una irritable distracción— Él decía aquello pero su sonrisa estaba volviendo a sus labios. —Me pregunto cuando tu hermano vendrá por ti, aunque siendo él yo no volvería— Sonrió un poquito más, siendo molesto.
Jimin le lanzó lo primero que encontró, su propia zapatillas. —Deja de hablar y ponte a escribir—
Esto no estaba siendo posible, ¿ahora recibía órdenes de un mocoso negado a ser omega? Era tan gracioso. Yoongi estuvo por hacer escuchar su carcajada pero lamentablemente alguien toco el timbre de la casa. Tanto él como el mocoso fueron escaleras abajo.
—Deja de empujarme— El alfa se quejó.
—No estoy empujándote— El omega negó —Tú te mueves como un anciano—
Yoongi bufó —Soy más joven de lo que crees—
Jimin le dio una mirada para nada impresionada.
Cuando la puerta se abrió lo último que Yoongi se esperó era ver a Yongsun, su hermana mayor. Fue un acto reflejo el que tuvo al querer cerrar la puerta en cara de la chica, no lo logró, ella fue un tanto más rápida al ingresar a la casa.
—Fuera— Yoongi no tuvo piedad y no lo iba a tener, ni aunque se tratase de su hermana. —Ahora—
Yongsun siguió en su semblante serio y recto, —Yo no tengo nada que ver con tu pelea con ellos— Y a ellos se refería a sus padres y hermanos, —Deja de ignorarme—
Si, ella tenía razón pero Yoongi ya había decidido hace tiempo que los olvidaría a todos, a todos dentro de su familia. Y él tenía buenas razones para ello, se lo recordó a su hermana —Fuiste tú la que desaparecio primero sin decir nada—
—Tenía motivos para hacerlo, lo sabes—
—Aun así no debiste solo irte y desaparecer— Yoongi había sido muy apegada su hermana y su desaparición, su huida, le había malditamente dolido. —Vuelve a hacerlo, desaparece— La mirada dirigida era oscura.
—San tuvo un accidente, si, habré permanecido lejos pero nunca les perdi el rastro a ninguno— Ella no estaba mintiendo, Yoongi lo sabía. —Está en su segunda cirugía ahora— No dejó la casa sin antes decirle la dirección del hospital donde se encontraba su hermano y de dar una mirada de reojo al niño en las escaleras.
El silencio era un acompañante tan cruel en este momento. Jimin dio unos cuantos pasos, y así tambien Yoongi. El alfa no pareció verse afectado por la noticia, él ahora mismo ya se encontraba bebiendo algo de café.
—Deberías ir—
—Gracias por el consejo— el tono del alfa fue frío. No quería pensar eso, ya no parte de esa familia hace años, lo mejor era que las cosas siguieran como estaban. Una sonrisa sin humor cruzó en su rostro, ¿tanto daño le habían hecho para ni siquiera sentirse preocupado por su hermano? —No es nada que no pueda olvidar— Dijo aquello más para sí mismo.
Jimin tomó asiento a su lado, de alguna forma y por alguna razón no quería dejar solo a este hombre. ¿Por qué? Una voz en su cabeza preguntó. La ignoró. —¿Realmente los odias tanto?—
Yoongi ya no sabía si era enojo u odio, o solo olvido. —Ve a tu habitación—
—No quiero— En cierta manera de todas formas no se podía mover, al parecer hoy su cuerpo no quería obedecerle en lo absoluto. —Creo que deberias ir y saber como se encuentra tu hermano, la cirugía podría no ir del todo bien— trataba de empujar al alfa. —Es tu hermano después de todo—
Él era tan insoportable... Yoongi tal vez se arrepentiría luego, pero ahora tenía a un lugar al que ir. Diablos, ¿estaba nuevamente obedeciendo al mocoso? Y resoplido con frustración y habló:—No salgas de la casa, no hagas nada— Y cuando le dirigió la mirada se encontró con el omega saliendo por la puerta con las llaves de su auto en mano.
—¿Qué acabas de decir?— Jimin no estaba atento al alfa —No importa, ¿nos vamos ya?—
¿Irnos? Yoongi casi rió —Tu no iras conmigo— Una idea pasó por su cabeza —De hecho, ve a la casa de Ki—
Otra vez, Jimin ya estaba dentro del auto de alfa ocupando el asiento del copiloto. Hizo sonar la bocina para apresurar al tonto alfa. —¡Rápido!— Gritó desde adentro.
Bien, no había tiempo para nada ahora, solo llevaría al mocoso consigo pero no lo dejaría bajarse del auto cuando llegaran al hospital. —Eres descriquiante, ¿lo sabías?—
Jimin sonrió —Es la primera vez que lo escucho—
Otra risa —Lo dudo—
...
El camino hacia el hospital fue un tanto largo, pues la zona donde estaba ubicada su casa no era especialmente un lugar cercano al cual ir. En fin, cuando el auto del alfa se detuvo frente al hospital ambos bajaron, por supuesto Jimin había hecho caso omiso a la orden del alfa, nada nuevo. El omega se estaba comportando como todo un chico adulto, si, era un tanto contradictorio.
Ambos dieron con Yongsun, ella lucía un tanto sorprendida de ver a Yoongi, no era la única. Ahí estaba sus padre y su otro hermano. Vaya locura, estaba casi toda la familia reunida.
—¿Qué fue lo que le ocurrio?— Yoongi se ahorró saliva en no saludar a ninguno.
Matthew, el hermano mayor fue el que le respondió:—Accidente automovilístico, su auto volcó a ser embestido por otro, él conducía ebrio— Le dió una corta mirada a Jimin, —Él estará bien, está fuera de peligro. Su cirugía salió bien—
Correcto. Yoongi se giró, eso era todo lo que quería saber. Era hora de irse.
—Él vendrá a verlo mañana— Jimin les informó, logrando que Yoongi se detuviera y le diera una mirada a ceño fruncido —¿Qué?—
Realmente, el mocoso se estaba metiendo demasiado en su vida. Pero se encontró no importándole, era otra locura...