Narra Blanca Lo miré con incredulidad, sin saber qué sentir cuando mi mirada fue encontrada y sostenida por el hombre para el que no era lo suficientemente buena, el hombre que me había roto el corazón hace una vida. Parecía diferente a cuando lo conocí. El joven despreocupado ya no estaba, en su lugar había un hombre mayor, más duro, más triste, con secretos en los ojos. Se hizo a un lado para permitirme entrar a la casa. No me moví ni un centímetro. No pude. —¿Tú? — jadeé. — Sí, soy yo—su mirada buscó intensamente mi cara y mi cuerpo —¿Estás bien? ¿Tienes alguna herida? —¿Lesiones? Este hombre me rompió el corazón. Sacudí la cabeza aturdida—.Entra y hablaremos. Su voz sonaba exactamente igual. Escuchar su voz de nuevo fue un shock diferente. Me trajo de vuelta todo el dolor del pas