—Mis hermanos me están cubriendo, además, tenía que refrescarme, atender a los clientes sudado no está en mi cultura y también porque quise darte una vuelta, verificar si estabas bien, me gusta estar con vos. —Besa su frente. —Entiendo, ¿Puedo ayudarte atenderlo? —ofrece y él se niega. —No, para eso estamos los empleados. —Vuelve a besarle la frente. —Eres un amigo raro. —Niega su cabeza riendo. —Me viste desnudo, me comías con la mirada y, ¿Aun así me ves cómo amigo? —Arquea su ceja. —Yo he visto a mis amigos desnudos. —Se ríe. —Pero yo soy diferente, yo no quiero ser tu amigo, quisiera intentar algo con vos. —Le sonríe. —Tendría que pensarlo. —Agacha la cabeza incomoda. —No lo pienses, si te dejo pensarlo, habrá menos tiempo de un sí, se dice que mientras más lo piensas, no te ar