Capítulo 1
Samantha estaba indecisa en su respuesta, ¿A qué se refería Alessandro para una oportunidad? ¿Para estar juntos? ¿Juntos de qué forma? ¿Cómo amigos con derecho nuevamente o para intentar tener una relación seria? Entiendo que todos merecemos una segunda oportunidad pero, ¿Alessandro sufrió lo suficiente para poder valorar a Sam? No lo sabemos, sin embargo, Sam no confía mucho en él así que lo pondría a prueba.
Ella ha tomado una decisión, se arriesgara pero, cualquier mal movimiento y negaría todo ara no volver a ser humillada ante sentir estas emociones hacia él, se ha valorado lo suficiente como para dejarse pisotear, tanto que si él falla, no tendría compasión y le pagaría con la misma moneda, primero está que los demás.
Aún estaban en aquel lugar alejado de la ciudad, pues Alessandro no iba a hacer ningún movimiento hasta que este fuera respondido para bien o para mal.
—Bueno, claro que sí, te daré otra oportunidad, intentémoslo. —Alessandro celebra esa gran noticia tomando sus manos y besándola varias veces.
—Créeme que no te arrepentirás Sam, de verdad. —Estaba muy feliz.
—Pero, hay un problema. —Él se alarme y la ve muy atento a sus palabras—. Pronto me tendré que regresar Alessandro, tengo que seguir mis estudios. —Aunque deba aceptarlo, él se niega, dentro de él siente temor de ser dejado.
—Sé que ya me lo habías mencionado antes pero no me dijiste cuando. —Junta sus cejas y estaba angustiado, esto no le podía estar pasando, justamente cuando acepta sus sentimientos, ella debía irse.
—Me iré en unos días… —declara finalmente.
Él suelta sus manos con delicadeza y golpea el volante, estaba frustrado y quería encontrar una solución para pasar más tiempo con ella.
—Entonces me iré contigo.
La vuelve a mirar y ella queda sorprendida, ¿Tanto así quería esta oportunidad? Entonces Alessandro quería algo serio pero, sin embargo, no dejara de ponerlo a prueba.
Había que entender a Sam, no podía arriesgarse a que le lastimen su corazón.
—No Alessandro, tu nonna aún está aquí y está enferma, no la puedes dejar solo para irte conmigo. —Él la ve confundido.
Se había desaparecido tanto que ni se había enterado de la enfermedad de su abuela. Alessandro arranca el auto y sigue a su destino.
—Está bien. —Lo acepta a la fuerza—. Me quedare pero, en cuanto ella mejore, me iré contigo. —Concluye muy decidido.
—Pero, ¿Y tu trabajo? ¿Tu sueño de ser actor?
No quería sentirse egoísta por aceptar que se vaya con ella y dejar sus objetivos de lado.
Alessandro toma una de sus manos sin despegar la vista de la carretera y vuelve a plantarle un beso.
—Princesa, puedo manejar las empresas desde cualquier lugar, solo que viajaría de vez en cuando para supervisar, y mi sueño de ser actor, por los momentos tendrá que esperar, solo quiero estar contigo. —Sonríe con la mano pegada en sus labios.
—Está bien. —Suspira y lo acepta, tal vez desconfiaba de sus emociones pero no significa que no disfrutaría lo que él la hacía sentir.
Sam saca su teléfono y busca un nombre en su contacto, una vez encontrado, lo presiona y coloca el teléfono cerca de sus labios, el celular repica y Alessandro puede escucharlo ya que ella lo ha puesto en alta voz.
Se podía escuchar cada bip y él no entendía a que se debía esa llamada pero al menos confiaba en Alessandro para dejarlo escuchar aquella conversación, él ve el celular de reojo y logra ver el nombre de aquella persona, y no es muy lindo al saber de quien se trataba, él la ve enfadado, no podía estar haciéndole esto después de por fin darle una oportunidad, ella ha notado su expresión pero simplemente le dedico una sonrisa para que este confiara en ella.
—¿Aló? —Contesta finalmente el chico del otro lado—. Sam, ¿Dónde diablos estas? Llevo esperándote media hora. —Se escuchaba furioso.
—No me hables así. —Exige respeto—, Además, no te llamo para decirte donde estoy, solo quiero informarte que como no te amo, entonces terminamos. —Era muy crudo pero así se había vuelto Sam de decidida, las cosas se tenían que hacer de inmediato para que todo funcionara.
—¿Qué? Pero, ¿Por qué? Podemos intentar que te enamores de mí, por favor. —Suplicaba algo dolido—. Seguramente estas con él, ¿Verdad? Te lavo el cerebro, no vuelvas a caer en su juego Sam, él nunca querrá algo serio, saldrás lastimada otra vez. —Ella le pone los ojos en blanco irritada.
—Creo que soy lo suficientemente grande para decidir eso por mi cuenta, ¿No crees? Así que adiós. —Corta la llamada antes de que Esteban vuelva a decir otra cosa para manipularla.
Alessandro sonríe victorioso y hace la misma acción pero con María, esta no contestaba así que le dejo en buzón de voz y luego la bloqueo para no dar explicaciones. Parecían dos locos enamorados haciendo lo que le hace feliz, ya cada quien estaba disponible para el otro.
—¿Es muy lejos a dónde vamos? —Besa por última vez su mano y se la regresa con delicadeza.
—Ya vamos llegando princesa pero antes, necesito que te coloques esto. —Saca un lazo de su bolsillo y se lo entrega.
—¿Por qué? —Ella recibe el lazo muy confundida.
—Se arruinaría mi sorpresa si te digo o no te la pones. —Sam asiente y se ríe pero hace caso vendándose los ojos.
—Bueno, entonces, ¿No hay nada que aclarar? —Gira su cabeza aunque no pueda verlo.
—No creo, pero si tienes alguna duda, puedes confiar en mí y decirme, responderé con toda sinceridad. —Maneja cuidadosamente para encontrar el lugar.
—¿Desde cuándo planeaste esta sorpresa? —Él la ve de reojo y se asegura que aun tenga vendado los ojos.
—No sabes la rapidez que puedes conseguir las cosas gracias al dinero, esto fue algo improvisado, una demostración para recuperarte y hacerte entender que voy en serio. —Ella ríe nerviosa y niega su cabeza como si estuviera demente, pero lo acepta.
Era increíble lo que Alessandro había hecho tan rápido, actuó de forma rápida para estar con ella.
Sam está satisfecha que por los momentos no le ha mostrado interés al sexo, ya que si iban a comenzar algo nuevo, en este momento eso era lo menos importante, ahora es cuestión de aprovechar esta oportunidad y decidir si vale la pena o no, ella lo ama, pero más se ama ella misma.
***
—¡Listo! Hemos llegado pero no te bajes, yo te ayudare.
—De acuerdo.
Alessandro sale del auto y se dirige al lado del copiloto para luego abrir la puerta, la ayuda a salir y luego cierra la puerta, se pone al lado de ella, coloca las manos en su cintura y la guía. Sam logra sentir grama en sus pies pues traía sandalias.
—Princesa, subiremos unos pequeños escalones así que pendiente. —Avisa y luego la ayuda a subir ciertos escalones ya mencionados.
Se detienen y Alessandro desliza una puerta, caminan un poco más y vuelve a deslizar otra puerta, otros pasos más y se detienen.
—Listo, puedes quitártelos. —La abraza por detrás enrollando sus brazos en su cintura y besa su mejilla.