—No importa, eres hermosa como sea. —Le guiña el ojo muy encantador. Podía ser un buen comienzo de la noche, a Sam le ha gustado como se ha preocupado por ella estos dos días, estuvo muy pendiente y la había cuidado como dijo que lo haría. Espero que disfrute sus días con él como si fuera cenicienta en una noche, pues pronto se iría y se han dedicado a tener algo imposible. Alessandro abre la puerta principal como todo caballero y antes de salir dice—. Nos vemos más tarde.
—¡Está bien, suerte! —Micaela alza un poco la voz, ¿Suerte? ¿Por qué? Alessandro había planeado unas cosillas, cierra la puerta detrás de él y mira a Sam.
—¿Estás lista? —Ella asiente, camina hacía Sam, la toma de la cintura y se dirigen al garaje, se montan en el auto y se ponen en marcha a su destino. Alessandro colo
