—¿Qué solución? No somos nada Sam, tu misma lo has dicho, no hay nada que solucionar, solo podemos follarnos y ya —se explica como si no hubiese otro modo. —Tienes razón, solo somos sexo, es lo único que podemos hacer. —Raramente estaba de acuerdo—. ¿Qué posición me harás esta vez? —Una gran posición para estimular tu punto G. —Vuelve a su cuello. —Se escucha interesante, proceda a tomar a acción. —Sonríe algo forzosa pues todavía su enojo estaba presente. Tal vez necesitaban esto para liberarse. —Entonces quédate quieta. —Besa por última vez su cuello. La ve y quita un poco de cabello de su cara para luego besar sus labios, muerde un poco su labio inferior, desliza su mano por su cuerpo hasta donde termina el vestido y se lo sube, se separan por un momento y ella se quita el vestido,