—Bueno, si te lo hace tan bien y mejor que yo, entonces vete con él. —Se da la vuelta en la cama como un pequeño. —Debería hacerlo. —Esto le resultaba gracioso pero estaba jugando con fuego. —¡Bien! ¡Haz lo que quieras! —Se ha enojado demasiado y Sam muta su risa, estaba siendo un poco bromista y hasta mala se podría decir. —Ale, era broma, por favor no te molestes. —No le responde y lo abraza desde atrás pero se suelta de ella. —Anda a follar con Esteban. —Se sienta, ella también se sienta y lo abraza de nuevo por detrás comenzando a acariciar su pecho con sus manos. —Bebé, chiquito, nene, papi —lo llamaba pero la ignoraba—. ¿Mi amor? —Besa su mejilla y él se voltea rápidamente, sus ojos estaban brillosos al escuchar esa palabra, él estaba esperanzado. —Te perdono. —Ella no entendía