—¿Estás lista? —pregunta Alessandro detrás de mí, mientras me miraba en el espejo cuerpo completo—. Te ves hermosa. —Me sonríe a través del espejo, se acerca un poco más y me besa en la mejilla.
—Gracias. —Le devuelve la sonrisa.
—Nos vemos bien juntos. —Toma sus manos, las entrelaza y las besa.
—Lo sé. —Nadie podía quitarle esa felicidad.
—¿Nos vamos? —Ella asiente, toma su bolso y se van. Cada uno tenía un atuendo muy sexy y a la vez cómodo.
Entran a la fiesta y se encuentran con sus mejores amigos sentados cerca del bar, llegaron a ellos y les invitaron unos tragos.
—Mi amor, te controlas. —Sam advierte antes de que su novio se vuelva loco con las bebidas.
—Si nena. —La toma por la cintura y besa sus labios.
—No seas aguafiestas Sam, déjalo que disfrute —comenta Agustín.
—Sí, de igual forma, lo que importa es que sepan cuál es su límite y que respeten, todo estará bien —apoya Lourdes con una sonrisa.
—Está bien. —Sam confía en su novio—. Puedes bailar con otras, pero solo bailar. —Él rueda sus ojos y asiente sonriendo. Lourdes queda impresionada del gran permiso que le había otorgado al famoso mujeriego de Alessandro. Por mucho que ella lo quiera, tenía que probarlo, aunque quisiera, su corazón no confía él, por muchos «Te amo» que diga, eso no contará, él tenía que demostrárselo.
—¿Estas segura? —Lourdes no está de acuerdo con aquel permiso, tal vez eran celos de que él pudiera estar con otra choca o simplemente meter cizaña, hacer que su amiga desconfié de él.
—Por supuesto, en las parejas no hay secretos y yo confío en él. —Sonríe mirando a su amado, aunque era mentira para una prueba y que no tenía moral, debía hacerlo, y seguramente Alessandro entendería.
—Tienes razón, Agus, yo también te doy mi permiso. —los dos chicos miraron a las mujeres como si estaban locas, se rieron y se fueron—. Esto es una locura, y te lo volveré a preguntar, ¿Estas segura de lo que haces?
—Si Lou, ya relájate, él esta aprueba. —Su amiga la ve extrañada—. Quiero saber si me dice la verdad.
—¿A qué te refieres? —Arquea una ceja y bebe de su copa.
—Saber si cambio Lou, si ya no es el mismo mujeriego de antes, hay cosas que no encajan, siento que no tiene sentido, que todo está siendo muy bueno para ser cierto, quiero saber si realmente me ama como dice —se explica y Lourdes asiente.
—Entiendo.
—A veces siento que todo es un pretexto para conseguir sexo. —Su dedo comenzar a jugar con el borde de su trago.
—No lo sé, sería un pretexto súper arriesgado, no lo creo, hay muchas chicas Sam. —Le pone los ojos en blanco—. Él podría estar con cualquiera para satisfacerse, es tonto que pienses eso. —Lourdes actuaba muy bien para hacerse la buena.
—Tienes razón. —Se lamenta un poco.
—Aunque, él es muy mentiroso y para decir la verdad, da muchos rodeos —agrega para dejar mal a Alessandro, se sabía que de un comentario bueno podría sacar algo malo.
Sam se siente mal, su amiga era el ángel y a la vez el diablo dándole consejos, pero era su amiga y obviamente se quieren, sabe que lo hace para que ella no salga lastimada. Sam ve a Alessandro entre la multitud en la pista de baile, él bailaba muy a gusto con una chica bastante reconocida para Sam pero, lo hacían de forma respetable, ella se acerca a la pareja para identificar mejor a la chica y alguien la detiene.
—Tenemos que hablar, necesitas saber la verdad. —Ella se voltea para ver quien la había detenido.
—¿Esteban? —Este patán, ¿Qué hacía ahí? Habrá demasiados problemas si Alessandro lo ve con Sam—. ¿A qué te refieres? ¿Cuál verdad? —Estaba disgustada por su presencia e intrigada por lo que dijo.
—Será breve, solo te robaré unos minutos, por favor, es urgente, te contaré toda la verdad. —Suplica con la mirada y Sam lo ve insegura, ella voltea para ver a su chico y este seguía bailando pero con María, ¿Qué estaba sucediendo?, ¿Qué hacia ese par en esa fiesta? Samantha está enojada, esos dos bailaban muy felices juntos, aunque Sam no sabía si su novio la estaba pasando bien, pues estaba de espaldas y solo veía la cara de felicidad de María, esta enemiga se da cuenta de que Sam los miraba así que sin previo aviso, tomo las mejillas de Alessandro y lo besó, al ver ese beso se siente destrozada, cierra sus ojos con fuerza y trata de pensar en positivo, fue la estúpida, o él, pero, no se sabía como tal, tal vez él le pidió ese beso. Para Sam esto era imposible de creer, aún estaban juntos y se veía que Alessandro no reaccionaba de ninguna manera.
—¡Ven! —Esteban insiste en el oído de Samantha, ella al estar en shock lo permiten y él la saca de ahí.
Salen de la discoteca, sería bueno que ella tomara aire fresco, y aunque no deseaba escuchar a alguien, necesitaba una explicación antes de idearse cosa que no son.
—¿Estás ahí? —Esteban agita su mano al frente de cara para ver si reaccionada.
—No, y la verdad no entiendo nada, toda mi cabeza esta echa un revoltillo. —Ella lo ve.
—Entenderás cuando te diga toda la verdad. —Sam lo mira sin entender, ¿Qué tenía que ver todo esto con el beso ese? Que hable de una vez.
—No tengo de otra, serás el primero en aclararme lo que sucede aquí. —Alza sus hombros y se cruza de brazos. Mientras este busca las palabras correctas y expresarse, Sam se preparaba mentalmente para recibir cualquier noticia sin vaselina.
—Sam, Alessandro no te ama, él te mintió. —¿Debía creerle? Esteban también podría mentir para estar cerca de ella.
—Eso no es cierto, y no me mientas porque nada hará que regrese contigo. —Podía existir esa posibilidad y ella estaría molesta, Esteban tiene muchas razones para separarlos.
—¿Ah sí? Tengo pruebas, ¿Me creerías? —Ella alza sus hombros con desinterés y él saca su celular, oprime algo y comienza a escucharse un audio.
Sam ahora no sabía que pensar, Alessandro la estaba usando para lastimar y vengarse, él nunca dejara de ser su amigo con derecho, ella sentía que todo era una mentira, pero, ¿Esa era su voz? Y si no era, pues coincidían demasiado, ¿Él no la ama? Ella no puede creerlo, es mentira. Camina hacia unos banquitos y se sienta a pensar, Esteban con toda felicidad por dentro por haber logrado su objetivo se acerca a ella y la abraza.
***
María quería bailar con Alessandro y él solamente trataba de esquivarla pero parecía como si bailaran juntos, Ale no quería bailar con ella obviamente, él ama a Sam, la quiere y obviamente la desea, sus ganas de cogerla nunca se acabarían aunque sabe que el sexo no es demostración de amor, sin embargo, sus ganas de vengarse eran más grandes y lamentablemente Sam estaba de por medio. Alessandro solo mata dos pájaros de un tiro, si ama a Sam pero aprovecha que Esteban la quiere para vengarse, aunque sabe que está mal, además, eso lo planeo antes de hacerse novio de Sam, cuando eran amigos con derecho y Esteban quería estar con ella pero Alessandro trataba de mantenerlos alejados.