Capítulo 7. La recepción y la decepción
La recepción y la decepción.
Narra Nahia Anderson.
Salimos del lugar donde se realizó la ceremonia, y el fotógrafo nos llama para una sesión de fotos privada, en un área del jardín preparada para nosotros, mientras los invitados se acomodan en medio de una gran carpa.
Después del incómodo episodio entre Noah y Ryan, este momento de tranquilidad, solo entre nosotros dos, me reconforta un poco, me permite al fin mirarlo a los ojos y calmar esos nervios absurdos que sentí durante la ceremonia.
«¿Te das cuenta Nahia? Todo eran simples paranoias tuyas» me repito cuando él me da un beso apasionado y me siento más tranquila.
La sesión de fotos pasa, y nos vamos juntos, tomados de la mano hacia la carpa. Ryan no me dice nada, pero supongo que aún está superando los nervios de todo lo que acaba de suceder.
Nos paramos antes de entrar e intercambiamos miradas.
—¿Listo? —le pregunto y él me devuelve la sonrisa.
—Siempre.
Las solapas de la carpa se abren para darnos paso y escuchamos al maestro de ceremonias anunciarnos como el señor y la señora Smith.
Me río porque siempre me burlé de Ryan por esto, suena a esa película de Brad Pitt y Angelina Jolie y él me mira mientras sonrío entendiendo todo.
Nuestros amigos y familiares nos reciben en medio de aplausos y vamos tomados de la mano hasta el centro del lugar para bailar nuestra canción, perfect de Ed Sheeran.
Entre risas y besos bailamos hasta que su madre nos interrumpe, pidiéndome bailar con su hijo y mi padre hace lo propio.
Bailo con mi padre un sencillo Vals, y así pasamos de mano en mano, el baila con mis hermanas y madre, lo veo sonreír con ellas y eso me hace sentir bien.
Tocan a mi hombro y volteo, no puedo creer que mi jefe, el señor Noah Ferguson se haya atrevido a acercarse para bailar conmigo.
—¿Me permite bailar con usted señora Smith? —mis ojos viajan hacia mí esposo pero está bailando con mi mejor amiga, me parece extraño eso ya que Marie no lo soporta, pero lo paso por alto sabiendo que tengo a este hombre frente a mí esperando una respuesta.
No me queda más remedio que aceptar, y siento su brazo puesto en mi espalda baja, la cercanía es extraña, se siente hasta un poco incómodo.
—Nahia, no estás obligada a bailar si así no lo deseas —me mira a los ojos y es evidente que estoy más incómoda o nerviosa de lo normal.
Se detiene y me suelta, pero no se va, creo que ambos llamamos demasiado la atención, aquí, simplemente de pie en la pista de baile, mirandonos el uno al otro.
—Señor… —intento inventar una excusa, pero el me interrumpe cuando hablo.
—Te he dicho que no me llames señor —me pide.
Respiro profundo antes de mencionar su nombre.
—Noah —llamarlo así se siente tan personal, y yo no quiero nada personal con él—, lo siento, es que…
—¿Sucede algo? —una vez más soy interrumpida, pero esta vez por mi marido.
—Nada Señor Smith, una vez más felicidades a ambos—, Noah se retira y Ryan me toma de la cintura, marcando territorio.
La noche transcurre entre risas, tragos y algunos bailes.
Sirven el plato fuerte y Ryan, sentado a mi lado, me da de comer, preocupado porque no me ha visto probar nada en toda la noche, y solo ingerir copas de champagne.
Él no entiende, que se supone que uno se casa una sola vez y quiero disfrutar al máximo de este día. Lo veo mirar su reloj a cada rato y supongo que ya está ansioso por irnos a la luna de miel.
—Cariño, voy a revisar que todo esté listo antes de irnos, ¿Me esperas aquí? —pregunta y asiento. Se despide dándome un casto beso.
No tardo ni un minuto sola, cuando mi mejor amiga se sienta a mi lado.
—¿Cómo está mi amiga la señora casada? —sonrie y le devuelvo el gesto.
—Cansada —me quejo—, no aguanto los pies Marie.
—Lo sé —vuelve a sonreir—, ¿Te parece si cambiamos de zapatos? —me muestra sus pies puestos unos tenis.
—¿En serio harías eso por mi? —pegunto mientras hago pucheros.
—Eso y más tonta, vamos ya— me alienta—, igual ni se notará mucho.
Le hago caso y como dos adolecentes, nos agachamos y bajo la mesa intercambiamos calzado.
El fotógrafo se acerca y me pide una foto familiar, con ambas familias, y mi madre viene estresada detrás de él.
—¡Nahia! Vamos a tomarnos fotos para guardar los recuerdos, ¿Dónde está Ryan? —mira a mi lado— tampoco encuentro a tus hermanas— se queja.
—Yo puedo buscar a Ryan—, se ofrece mi mejor amiga y se acerca a mi oído— ya sabes que no soporto a tus hermanas— susurra.
Sonrío y camino hacia el set de fotos, mi madre me ayuda a retocarme un poco y mis suegros, un poco pasados de copas, se están impacentando.
—¿Dónde están los que faltan? —se queja mi madre tras unos minutos de tomarnos fotos solas mientras esperamos.
Marie fue a buscar a Ryan hace un buen rato ya y aún no regresan, y tampoco sé dónde carajos se han metido mis hermanas.
—Mamá ya vuelvo, voy a buscar a mi esposo— le digo y ella gira sus ojos.
—No vayas a desaparecer tu también por favor —me pide y le lanzo un beso antes de irme.
Camino más cómoda con los zapatos que me prestó mi amiga y puedo ir en búsqueda de Ryan por toda la casa.
Alzo mi vestido y lo busco por toda la casa. Este lugar es ma grande de lo que imaginé, he venido pocas veces y solo me sé de memoria el camino hacia la habitación de mi ahora esposo.
Subo las escaleras, buscandolo apresurada, mi madre debe estar echando chispas y mis suegros, aún más ebrios de lo que estaban.
Camino directamente hacia la habitación de Ryan y tomo el pomo de la puerta, lo giro y me detengo al escuchar una voz que reconozco gemir.
«No…» es lo único que puedo pensar.
La mano me tiembla, no quiero sacar conclusiones apresuradas y sin pensarlo demasiado, abro la puerta de un empujón.
Lo que encuentro me deja helada. No sé cómo reaccionar, no sé que pensar.
Siento como la garganta se me cierra, como mi respiración se hace más pesada, como si tuviese un gran bloque sobre mí pecho, quiero gritar,quiero hacer algo, pero mi maldito cuerpo se niega a reaccionar.
—¿Nahia? —escucho su voz, la voz del supuesto amor de mi vida, y tres pares de ojos me miran esperando a que haga algo.
«Esto debe ser una pesadilla»
***
Hola, hola.
A ver... quiero saber con quien creen ustedes que encontró Nahia al "amor de su vida".
leo sus comentarios...