De nuevo él

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CAPITULO 3: De nuevo él ═══════ • ♥ Sienna ♥• ═══════ —Necesito que refuercen la seguridad del lugar —digo al jefe de seguridad, luego de bajarme del escenario, corrí directamente hacia él luego de contarle con rapidez a Gio lo que creía acabar de ver. Haber visto a Matteo en este lugar me causo pánico, recordar los últimos momentos con él me da demasiado temor. Tengo que hablar con mi abogado mañana para que revise la orden y mirar las cámaras de seguridad para estar segura de que no lo he imaginado. —¡¿Acaso no revisaron las invitaciones?! —exclama Gio y yo miro a los guardias. —Claro que lo hicimos señor, si ese hombre entró, no lo hizo por la puerta principal. Voy a revisar yo mismo las grabaciones porque no entiendo como ha podido entrar. —O entró como invitado de alguien y no se dieron cuenta o el tema de seguridad de ustedes deja mucho que desear. Yo, siendo la implicada en todo este asunto y la única a quien realmente le afecta, soy la única que no dice nada, la razón principal es porque estoy cagada del miedo, realmente Matteo ha sido ese peor error en mi vida y el solo hecho de pensarlo ya me genera mucho estrés y mucha ansiedad, nadie quiere recordar sus momentos mas horribles, menos cuando es algo que pasó de un paraíso a un infierno en cuestión de meses y no quiero que me pase nada en manos de ese sujeto. —No se preocupe, estaremos doblando la seguridad en lo que acaba a la fiesta y enviaré a dos guardias con usted para que estén vigilando su hogar también. Cuando haya revisado las cámaras le haré saber. —Gracias. —Espero que esto no vuelva a suceder. Gio engancha su brazo con el mío y me lleva nuevamente hacia el hall en donde están la mayoría de los invitados. —Cariño mío no quiero que estes preocupada el día de hoy, si realmente viste a ese malnacido, no creo que intente nada y menos cuando hay tantas personas, simplemente quería causarte temor y lo ha logrado, pero no vas a amargar tu noche, es un día para celebrar y… —No quiero que él vuelva, me hizo mucho daño y temo porque esta vez intente algo peor —el miedo es muy notorio en mi voz. —No lo hará, no te preocupes, la seguridad se ha doblado y nada malo va a pasarte, confía en mí. Me gustaría poder hacerlo, pero entonces no puedo porque yo sé que Gio solamente dice aquellas palabras para tranquilizarme y porque él realmente no le da tanta importancia como yo porque él no lo vivió¸ él no conoce el infierno por el que yo pasé junto a Matteo, solo sabe una pequeña parte que yo conté, así que no espero que me entienda y sepa como me siento porque no puede hacerlo ni aunque se pusiera en mis zapatos. —Sonríe. —¿Qué? —lo veo en cámara lenta, Gio levanta sus hombros en una posición mucho más alta y elegante, muestra una sonrisa gigante de dientes perfectos y muy blancos mientras mira tras de mi, doy media vuelta buscando que lo ha hecho abandonar su papel y convertirse en ese ser que tengo al frente y entonces lo veo de nuevo: Alexander Wright. —Señor Wright, es un placer tenerlo con nosotros esta noche, me da gusto que haya aceptado la invitación de la señorita, ella tenía mucha ilusión de verlo al fin. «¡¿Qué yo qué?» Siento que me pongo pálida cuando sus ojos me miran directamente, esta a tan solo un metro de mí, frunzo mis labios y miro a Gio esperando que haga algo, ¿cómo se le ocurre decir eso? —Muchas gracias por la invitación… —¡Oh, déjeme presentarlos! —exclama Gio emocionado —. Ella es la inigualable Sienna Thompson, la única dueña y señora de este lugar en el que hoy nos encontramos, una estrella de la moda como ninguna otra —mis mejillas se ponen muy rojas —, y cariño, él es Alexander Wright, supongo que sabes quien es, todo el mundo lo conoce, él es socio de más de 15 casas de alta costura y dueño de un sinfín de negocios independientes, fundador de varios centros de enseñanza para niños especiales y también tiene una fundación para ayudar a quienes lo necesiten. Cualquier tipo de ayuda. Es usted un gran hombre, déjeme decirle que yo lo admiro demasiado. «Impresionante» —Gracias —responde Alex con una sonrisa tímida, me tiende la mano y yo la estrecho con fuerza ignorando el nerviosismo que me causa que este tan cerca e igualmente haciendo caso omiso a esa corriente que pasa por mi espina dorsal. —Mucho gusto… —digo yo. —Ya nos conocíamos. —Dice él. Decimos al tiempo y Gio nos mira varias veces al uno y al otro como si estuviera en un partido de tenis, mis mejillas están a punto de explotar del calor. —Lo siento, creí que no me recordaba —comento con sinceridad. «¿Lo recuerda todo» Claro que lo hace, si se acuerda de mi es porque se acuerda de eso, no hay nada más que nos una en nuestra primera vez que nos vimos. —¿Cómo no? ¡Imposible olvidar ese día! —exclama con una sonrisa y ríe al final. —¿Qué día fue eso? —Ufff, fue hace años. —Exactamente hace tres años —lo dice él y yo suspiro muy fuerte, Gio me mira con curiosidad. —Siento que no me están contando algo importante —comenta y yo aprovecho de tomar una copa de champagne cuando un mesero pasa por mi lado, le guiño un ojo como agradecimiento cuando vuelvo a poner la copa en su bandeja, no he tardado ni tres segundos en tomar toda esa copa. La necesitaba con mucha urgencia. —Vaya… —Es solo que hace tres años, como ya sabrás, fue mi primer show y mi debut como diseñadora, hoy hace tres años comenzó esta hermosa historia y el señor Wright era uno de los presentes, nos presentaron ese día. —Y hasta hoy no habíamos tenido la oportunidad de coincidir nuevamente. —Es correcto. Aun cuando el mundo de la alta costura es bastante exclusivo, en estos tres años jamás hemos coincidido en el mismo lugar a la misma hora, he visto gracias a los medios de comunicación que ha asistido a muchas galas y eventos, pero jamás coincidimos en el mismo evento, hasta hoy. —Entonces es un honor que usted este acá el día de hoy para ver que esa joven que estuvo allá ese día hoy es esta increíble mujer. —Eso se noto desde ese día —sus ojos son tan, pero tan hipnóticos que yo no respondo nada, solo lo miro fijamente y creo que duramos varios segundos así hasta que una mujer carraspea a nuestro lado sacándome de mi transe. La observo disimuladamente de arriba hacia abajo, es simplemente hermosa, la he visto en muchas revistas de moda, incluso hace algún tiempo, tal vez dos años o más, cuando no era muy conocida, hizo una sesión de fotos para mi marca. Y ahora es una famosa modelo reconocida internacionalmente, Billie Morales, una hermosa Mexicana residente en Londres que con su cuerpo y perfecto rostro logra cautivar a cualquiera y cuando veo la manera en la que su mano derecha toca el pecho de Alex y entrelaza su brazo con el de él, sé quien ha sido el último soldado caído. —Buenas noches, mucho gusto, soy Billie, es un placer por fin verla en persona —dice con una sonrisa amable y es mucho más que una linda cara, es educada y muy amable. —Hola, el placer es todo mío —le sonrío contagiándome de su emoción. —¿Ya le dijiste, cielo? —le dice a Alex y él la mira negando con la cabeza, me dirige una mirada extraña y veo que su pecho sube y baja en una fuerte respiración. —Aun no ha salido el tema. —¿Qué tema? —pregunto con interés. —Resulta que… ¡Nos vamos a casar! —un nudo se atasca en mi garganta, pero me esfuerzo por fingir estar sorprendida y emocionada, es decir, sorprendida si estoy, solamente debo fingir la emoción. —Felicidades cariño, pescaste muy bien —Gio le guiña un ojo y ella ríe con encanto. —Lo sé, muchas gracias. —Felicidades a los dos, me alegro por ustedes y espero que sean felices. —Muchas gracias, de verdad. Ha sido algo muy caótico y sorprendente, pero estamos muy felices y yo sería mucho más feliz si tu aceptas ser la diseñadora de mi vestido de novia. —¿Yo? —mi ceja esta enarcada y la miro como si no estuviera diciendo algo tan serio. —¡Claro! He visto los últimos diseños que han hecho y me han encantado, quiero poder lucirme en mi boda diciendo que Sienna Thompson ha hecho mi vestido de ensueño, tu estilo es todo lo que he soñado y realmente amaría llevar el día más importante de mi vida uno de tus diseños y el dinero no es ningún problema, ¿verdad, cielo? —Ninguno. —¿Qué dices? ¿Aceptas? Miro a Gio quien está sonriendo más que nunca y me anima a aceptar con un gesto de cabeza, volteo a mirar a Alex y él únicamente me observa fijamente con esos ojazos que tiene, se ve muy diferente sin barba, parece mucho más mayor y su mandíbula no es muy perfilada, cosa que no parecía así cuando tenía la barba. Vuelvo a tres años atrás, cuando una sensación de mil emociones se había apoderado de mi y eso me llevó a besar al primer desconocido que se me atravesó en el camino. No puedo ignorar el hecho de que durante meses después de ese día seguía soñando con ese beso, el cual hasta el día de hoy ha sido el mejor beso que me han dado en toda mi vida. En mi mente soñadora y empeliculada, me imaginé mil veces escenarios en el que el gran Alex Wright llegaba a mi puerta en un carrusel y me decía que no había podido encontrar a nadie como yo que diera besos así de inolvidables, sí, un estilo de cuento de la cenicienta con varias adaptaciones en la trama, más importante el cambio de un zapato por un beso, para mí, mi versión era mucho mejor… Excepto por tener que pensar que estaba besando a miles de chicas solo para encontrar mis labios, en fin, me estoy saliendo mucho de contexto. La cosa es que, volverlo a ver me revolvió cosas que hace mucho no sentía y yo realmente soy demasiado sensible en cuanto a sentimientos, así que no me sorprende cuando acepto la propuesta de Billie aun sabiendo que justo ahora no estoy teniendo pensamientos muy sanos por su prometido y que si pudiera y él estuviera soltero, le diría que me besara de nuevo, justo acá y ahora para saber si sigue besando tan increíblemente bien. Pero mi realidad me golpea con fuerza y en esta historia de mi cabeza, yo solo seré ¿el hada madrina? O tal vez seré los ratoncitos cociendo el vestido de novia para Billie. Bah, al menos soy un personaje de los buenos. —¡Muchas gracias, muchas gracias! —exclama abrazándome y al no haber soltado a Alex, yo termino en una especie de abrazo de tres bastante incomodo en el que la única que mueve los brazos es ella, pues los míos y los de Alex quedan fijos contra nuestros cuerpos. —Tenemos que programar la cita para las ideas y tomar las tallas —Gio es el segundo mas emocionado y digo segundo, porque a pesar de que Alex es el novio, no sonríe ni un poco. —Claro, claro. Tu solo dime cuando y acá estaremos. «¿Estaremos? Ay no» —Solamente es necesario que tu vengas, el novio no puede ver nada acerca del vestido —digo con rapidez. —Ay, no te preocupes. Nosotros no creemos en esas cosas. Además una de las condiciones que él puso para pagar uno de tus diseños fue estar siempre en las reuniones contigo —miró a Alex con una ceja levantada, lo escucho carraspear su garganta. Me hace sentir mal el hecho de que no confíe en mi trabajo, que haya dicho eso solo me hace creer que tiene que observar muy de cerca que todo marche a la perfección y dios, me ha herido el orgullo, eso es muy fuerte. —Siendo así, entonces no hay ningún problema —respondo con lentitud —. Le mostraré que mis pocos años de experiencia bastan para crear un diseño hermoso para su novia. —No es… —¡Si, eso quiero! —exclama ella interrumpiéndolo. —Sabía que tú eras la única elección correcta. No me alcanzará la vida para pagarte, cumplirás mi más grande sueño. —¿Cuánto tiempo tenemos para hacer el vestido? —Creo que eso podemos discutirlo en la reunión, por ahora es mejor disfrutar de la fiesta. Todos asentimos estando de acuerdo y yo soy la primera que pido permiso y me alejo de ellos. Tengo muchas cosas en la cabeza. Matteo apareciendo, el vestido de novia de Billie, la falta de confianza de uno de los inversionistas más grandes que prácticamente me vio nacer como diseñadora. Pfff… Tanto por demostrar aun.
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