CAPITULO 2: El reencuentro.
═══════ • ♥Sienna♥• ═══════
—¿Irás a la fiesta de hoy? —negué con mi cabeza a la pregunta de mi amiga y asistente, Wendy.
—Estoy cansada, ha sido el vuelo más largo de mi vida y solamente quiero dormir lo que queda de mi corta vacación.
—¡Pero si hoy es un día muy importante!
Y lo sabía, hoy hace tres años que vivo en Milán, después del gran éxito de mi presentación en el festival de moda, varios empresarios quedaron tan encantados con el estilo de mis diseños que me hicieron ofertas de trabajo.
No fue fácil escoger con quien me iría, realmente todas eran tan iguales que se me estaba haciendo imposible trabajar solo para una marca cuando yo quería todo, así que cuando recibí una generosa donación anónima, supe de inmediato lo que haría.
No firmé contrato con ninguna empresa de moda que quería reclutarme.
Yo firmé un contrato de compra.
Con el dinero que me dieron, que sobrepasó los millones, invertí en comprar un pequeño espacio en el cual hacer mi propia fabrica, conseguí comprar una casa a las afueras de Milán, a poco más de hora y media, el lugar me encantó desde que lo conocí porque esta muy cerca al Lago di garda, las vistas son increíbles, cada mañana salgo a hacer footing por los muelles y respirar el aire puro del lugar.
En estos tres años lo único que he visto son mis sueños cumplidos, estoy muy agradecida con la vida, con mi perseverancia y con las personas que hicieron esa donación a mi proyecto. Gracias a eso estoy en este lugar hoy en día.
La casa la equipé para hacer una zona industrial, compré las maquinarias necesarias para la confección de mis diseños, contraté personal idóneo para este trabajo, conseguí a un equipo excelente de mercadeo para que me impulsaran mi marca y así mismo, ofrecí mis servicios a las grandes empresas de alta moda.
Mi nombre ahora no estaría en el lado oscuro de las etiquetas, ahora estaba al lado de grandes, tanto como competencia como colaborador.
Poco a poco fui construyendo un imperio y tanto auge tuve que un año y medio después pude ampliar mi empresa y ser conocida también internacionalmente.
El dinero que me dieron lo invertí de la mejor manera y hoy he triplicado ese capital y mi rentabilidad es del 55%.
Pensarlo me pone una sonrisa de oreja a oreja, yo lo soñaba, pero lo veía tan lejano que no lo creía. Ahora es tan real que es tan difícil de creer.
El trabajo ha sido arduo, me levanto muy temprano y me acuesto muy tarde, ser la dueña de la empresa significa tener que hacer muchas cosas más por lo que ahora no me dedico mucho a los diseños sino más a la parte de administración ya que yo tengo que estar al pendiente de mis cuentas para que todo siga yendo profundamente.
He podido comprar un auto y una casa, también tengo una cabaña cerca al lago en una zona campestre, ese fue un regalo de mi ex novio así que ahora no voy mucho a ese lugar porque no me trae buenos recuerdos, creí que había encontrado el amor en aquel italiano que comenzó a trabajar como mi contador, me ilusionó rápidamente y muy pronto caí en sus brazos, al principio todo fue increíble, me trataba como a una reina y me daba muchos lujos y detalles que me encantaban, hasta que un día aquellos detalles pasaron a ser golpes y cuando me vi en urgencias debido a una fuerte golpiza, supe que debía terminar mi relación.
Sí, sucedió varias veces y lo perdone creyendo que yo era la culpable, me dejé humillar por un hombre que creía ser mejor que yo, hasta que mi psicóloga, la cual conocí cuando terminé en terapia, me hizo ver que yo estaba muy por encima de él.
Comprendí entonces que yo soy una mujer poderosa, que él solo era un empleado mío mientras yo era la dueña de una de las empresas más prosperas de la ciudad, que siendo tan joven estaba logrando mucho y mis ojos se abrieron aún más.
Le coloqué una orden de restricción y pagué millones por quitar de las redes las falsas noticias que él había hablado de mí, el tema me sentó como una patada en el culo, pero ahora lo he superado y la gente olvido muy pronto todo aquel alboroto.
Hace tres días tuve que viajar a Roma para un desfile muy importante, esta madrugada volví de viaje y sigo sintiéndome agotada, pero recordando todo esto, no puedo simplemente no celebrar que hoy hace tres años comenzó todo para mí.
—Olvida lo que acabo de decir, si voy.
Wen aplaudió y salió corriendo a mi armario, sabía que lo haría tarde o temprano, para ella mi armario es una especie de templo y eso que yo tengo mucha menos ropa que ella sabiendo que es compradora compulsiva.
—¡Yo escogeré tu outfit! —gritó desde allí y yo reí.
—Esta bien.
La fiesta será en la empresa, hoy podremos inaugurar el tercer piso del lugar, es para mi una especie de celebración que el mismo día de mi “aniversario” también sea el mismo día en el que mi empresa tenga un piso más, eso me demuestra lo mucho que nos vamos expandiendo, a pesar de que la locación no es muy grande, allí se hacen creaciones mágicas que viajan a lo largo del mundo y entre más grande consiga hacerla, será mejor.
—Gio ha dicho que logró convencer a varios prospectos importantes para que asistieran hoy —comentó saliendo del lugar con un vestido de satín dorado en sus manos y enseñándomelo, negué con la cabeza de inmediato, muy extravagante para hoy.
—Prefiero algo n***o. ¿Y quienes se suponen que son esos empresarios importantes?
Puedo decir que a lo largo de estos años me he regodeado por estar al lado de magnates de la moda y sentirme a la par de ellos, puedo considerarlos mis amigos y siempre amaré recibir visitas de las personas que me han tendido la mano.
Y es que desde que llegué a Italia, no he hecho más que amar a sus personas, son carismáticas, cariñosas, agradables, el idioma italiano es hermoso y ya lo hablo con fluidez; a diferencia de como fui tratada en New york, una ciudad que me vio nacer y para quien no fui suficiente, desde que estoy acá he sentido que por fin pertenezco a este lugar y no me pienso ir nunca, pero nunca.
Italia ahora es mi hogar.
—No me quiso decir, pero la cuenta fue exageradamente alta, contrató un catering de cinco entradas y los mejores cocteles del país.
Gio es el jefe de recursos humanos, para él el bienestar de los empleados es lo más importante y desde que lo contraté me advirtió que un buen porcentaje de las utilidades serían invertidas en el personal para darles más felicidad en las horas de trabajo y fuera de estas y hacer el ambiente de trabajo más ameno.
Así que no es para nada raro ver pantallas de tv gigantes y consolas de videojuegos, el salón de juego es un éxito y como la mayoría somos personas jóvenes, esta sala mantiene llena y realmente todos trabajan de manera más alegre y los diseños salen más que perfectos.
Sí, Gio gasta un dineral, pero en mi opinión vale totalmente la pena y si la empresa puede cumplir sus caprichos, no seré yo quien diga que no.
—¿Qué tal este? —Wen sale con un vestido n***o que tiene un gran escote en V en la parte delantera, este también es en satín, pero es mucho más lindo que el anterior.
Aparte del vestido trae consigo una cazadora de cuero de color rojo, en mi cabeza pasa con rapidez con que accesorios puedo combinar aquellas dos prendas y me gusta lo que planea mi mente.
—Ese es —respondo emocionada.
—Ve a darte un buen baño mientras yo preparo el maquillaje y unos cocteles.
Le doy un asentimiento de cabeza y me dirijo al baño, tengo tensión acumulada en mis hombros, no soy muy fan de viajar en aviones porque les temo un poco, casi siempre suelo usar mi auto para ir a Milán y eso que viajo allí bastante seguido, pero como el desfile era mucho más lejos, tuve que tomar un avión y ahora mis hombros están resentidos.
Dejo que el agua fría alivie esa tensión a la vez que mi piel agradece la frescura, este verano esta insoportable y las ganas que tengo de ir a nadar me superan, pero el tiempo a veces no me es suficiente y me gusta nadar en el rio cerca a la cabaña y justo ahora no quiero ir a ese lugar.
El agua fría hace su trabajo a la perfección, humecto mi piel con crema hidratante al salir y hago mi rutina de skincare, no soy muy fan del maquillaje, no me gusta sobrecargar mi piel con productos pesados como bases o polvos, casi todo lo que uso es en crema ya que me parece más ligero y mantiene mi piel con ese efecto glowy que me encanta.
Al salir Wen no está en mi habitación, pero si que hay un coctel junto con una nota en la que dice que tuvo que irse ya que su gato enfermó.
Espero que el señor pato este bien, es un gato precioso de color naranja. Ya es un poco anciano.
Busco en mi armario unas medias veladas color n***o, unos botines negros con tachos de punk, en mi mente he recreado un look bastante rockero, pero que a la vez me de ese toque de profesionalidad.
Mi maquillaje es bastante neutro y le doy más protagonismo al delineado n***o de mis ojos para que estos resalten más, mi mirada tiene que ser lo principal de esta noche.
Mi cabello rubio simplemente lo lleno de ondas desestructuradas, nada muy elegante ni muy trabajado, algo bastante sutil y natural.
El resultado me gusta y no tardo mucho más en salir, ya voy un poco tarde debido a que pasé mucho tiempo dejando que el agua fría me calmara el cansancio.
Decido que lo más prudente es irme en mi auto, un Jeep Wrangler color blanco, suelo irme en bici al trabajo ya que no me queda muy lejos, pero como es un evento importante y estoy usando vestido, simplemente se vería demasiado mal llegar en bici.
Amo mi auto, es uno que siempre quise tener y cuando tuve la oportunidad lo compré, me encanta el hecho de que sea tan versátil, amo viajar en el y poder quitar piezas para sentir que soy parte de la naturaleza mientras voy conduciendo es algo que realmente amo disfrutar.
Al ser verano esta sin puertas y se ve hermoso, siempre me voy a emocionar cada vez que lo veo, es de mis posesiones más valiosas y maravillosas que tengo.
Como dije antes, no tardo más de 10 minutos en llegar a mi empresa, desde afuera ya se puede ver el ambiente que hay, no es una reunión formal, la música suena alto, hay una zona para el desfile que se hará en unos minutos para mostrar mis mejores creaciones en estos tres años y luego hay una pista de baile para celebrar.
El lugar es bastante iluminado ya que la mayoría de sus paredes son de vidrio, me gusta que sea así ya que las personas tiene que ver lo que sucede allí adentro, hay maniquís por todos lados, trajes únicos y exclusivos solo para nosotros y los cuales nunca saldrán a la venta. Últimamente la línea de boda esta muy solicitada y mi ultimo diseño de vestido de novia fue un éxito y es el que se exhibe en el recibidor.
Los colores son claros, un juego entre el blanco, el dorado, oro rosa y n***o para todas las decoraciones, mi nombre brilla en letras neón de gran tamaño y el lugar simplemente inspira una presencia de alta costura.
—¡Llegó la reina! —Gio me saluda con dos besos —, creí que no vendrías y estaba a punto de llorar por ello.
—No podía perderme mi propia fiesta —le respondo con una sonrisa —muchas gracias, todo esta increíble.
—Gracias a ti por existir y crear esta maravilla —mi sonrisa es aun mas grande y me dejo guiar hacia las personas a las cuales saludo de una en una, será una noche muy largo.
El desfile de moda comienza y me apena no ver a Wendy, sabía la ilusión que tenía por verlo, así que decido grabarlo todo con mi iPhone, soy consciente de que hay periodistas y muchas cámaras de grabación, pero quiero hacer algo muy personal por mi amiga.
Dejo de grabar cuando mi presencia es solicitada en la tarima y subo a esta con una gran sonrisa, no me acostumbro nunca a ser el foco de la atención, mantengo mi timidez intacta, pero miento si no digo que aquello me sube el ego.
—Muchas gracias a todos por venir el día de hoy, para mi es un honor poder compartir con ustedes un nuevo año de esta empresa y de mi carrera como diseñadora, las palabras de agradecimiento simplemente se quedan cortas con todo lo que yo puedo decir sobre estar hoy acá de pie frente a ustedes, este país me ha dado una nueva vida y muy maravillosa por cierto y no puedo más que —mis ojos captan con sorpresa una persona inesperada entre el público, dejo de hablar porque he olvidado todas las palabras que tenía que decir, siento que palidezco y comienzo a temblar.
Él no debería estar acá.
—Sienna, cariño…
Gio me da un pequeño golpe por detrás, sacudo la cabeza y lo miro, él señala el micrófono y yo vuelvo a mirar el lugar en el que lo ví, pero ya no está.
Sin embargo, lo que si veo es otro par de ojos que me dejan con la boca muy, pero muy abierta.
Jamás podría olvidar aquel par de ojos que fueron mi celebración tres años atrás, esos colores que me recuerdan a los del lago frente a mi ventana, los veo casi todos los días de mi vida y me he encontrado pensándolos más de una vez desde lo sucedido hace ya tanto tiempo.
Me doy cuenta entonces que él ha notado que lo he visto y sonríe de medio lado como recuerdo que hizo aquel día, la única diferencia es que ahora no lleva barba, de resto sigue siendo completamente igual, como si el único cambio que habría pasado por su vida es la compra de una máquina de afeitar.
Carraspeo la garganta e ignoro aquel raro latido de mi corazón y continuo con mi discurso de agradecimiento. El lugar estalla en aplausos y yo lo sigo mirando fijamente.
Así que al final si volvería a ver a Alexander Wright, creí que jamás tendría esa oportunidad.