CAPITULO 5
LUCIANA
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He tenido una vida muy amorosa, mi familia es católica y nos regimos por los mandamientos de Dios todo poderoso, desde que era una bebe he escuchado una y otra vez repetirle a mi familia lo hermosa que soy físicamente, mi padre que en paz descansa tomaba esas palabras y esos halagos para mostrarme que la mujeres debemos ser mucho más hermosas por dentro que por fuera, así que mi físico no es algo por lo que me sienta especial. Cuando tenía 10 años empezó esta supuesta atracción de uno de los Hidalgo por mí. Sebastián Hidalgo alias el perro, en los últimos años desde que su cartel creció y se hicieron tan conocidos en el mundo del narcotráfico se ha encargado de llenarme de regalos, de mi parte jamás ha recibido aceptación de ningún tipo porque deseo mantenerme alejada de la maldad y el poder, no me importa haber abandonado mis estudios después de la trágica muerte de mi padre para colaborar en los gastos de nuestra casa.
Las cosas han cambiado desde que Andrés Felipe invito a Tiny a la finca del mal, mis amigas son parte importante en mi vida y si debo usar esa atracción que despierto en el perro para lograr estar cerca de una de ellas lo haría, anoche le hice una llamada que realmente le sorprendió, pero como siempre se mostró dispuesto y feliz de conversar conmigo, le pedí que viniera hoy al barrio para poder saludarlo en persona acepto encantado, frente a la plaza estaba su lujosa camioneta color amarilla, tan llamativa y escandalosa como su personalidad, escogí un vestido sencillo de color rosa con sandalias bajitas, el vidrio bajo y mientras cruzaba la calle podía ver sus ojos verdes clavados en mi inocencia, le regale una sonrisa y me acerque lentamente a su auto.
—Que hubo Sebastián —saludándolo —. Discúlpeme que llegue tarde, pero que pereza tuve que hacer desayuno para mis hermanitas. Usted se vacío el frasco de perfume o ¿qué?
—Que hubo princesita —lanzándome un beso —. Usted es que cada día le regala Diosito más belleza ¿sí o qué? Parece una diosa del olimpo «que chimba parce» usted sí que es bella mi princesa y no sabe lo feliz que me hizo su llamada oyó. Entre a la camioneta —abriendo la puerta.
Sus guardaespaldas estaban fuera protegiendo a uno de sus patrones, entre a su camioneta y le regale una sonrisa, la parte trasera estaba llena de rosas rojas.
—Qué bonito gesto —sonriendo.
—Verle esa carita sonrojada me manda a otro planeta princesa. Póngame cuidado ¿Cuándo es que usted me va aceptar una salida, una comida, un beso?
—¿Porque no me invita a la fiesta de Miguel Alejandro en la finca del mal?
—¿Usted como sabe que es la fiesta de Alejo? No haga que me ponga celoso. Mire que saco una de mis armas de fuego y mato a la mitad de calero.
—Hay deje sus locuras sebas. Hablo enserio, lo se porque da la casualidad que Andrés Felipe invito a mi amiga Tiny.
—Usted me regala un besito de esos labios carnosos y yo le bajo el puto sol si quiere. Se lo juro por mamá fina.
Me acerque lentamente a el quien al notar mi intención se acercó con rapidez uniendo sus labios con los míos, era la primera vez que le correspondía un beso no pensé que sería tan tierno y encantador, u lengua recorrió el interior de mi boca robándome el aliento, entrelace mis manos en su cuello mientras la suyas recorrían mi espalda de manera inquieta, me aparte lentamente dejándolo deseoso de más.
— ¿Estoy invitada? —pregunte coqueta.
—Después de este beso mi amor, pídame lo que quiera incluso mi propia vida se la doy —dándome un beso —. Paso por usted el sábado a eso de las tres de la tarde.
— ¿Cómo así? Andrés Felipe invito a Tiny desde el viernes —tomando su mano para juguetear con sus dedos.
—Tranquila que de la cama al sillón y del sillón a la cama tendrán a Tiny el viernes —soltando una carcajada.
—No sea corroncho Sebastián.
—Mamacita eso es lo que va a pasar, debe tener algo muy especial aparte de ese cuerpazo y esa carita de ángel que trae la Tiny para sacar del inframundo al Diablo. Créame llevábamos mucho tiempo en busca de una mujer que le bajara ese mal humor y le diera un poco de diversión, habíamos fallado con todas, pero de repente llega Tiny con su virginidad y lo intereso. No lo culpe le gusto probar carne fresca y después de estar tanto tiempo en castidad, quiere recuperar el tiempo perdido. Aconséjele que se porte bien, la tratara como una reina si algo tenemos los Hidalgo es que somos caballerosos.
—Nos vemos el sábado —dándole un beso, se porta juicioso, mire que la tigresa es mi mejor amiga.
—El día, que usted me entregue su cuerpo princesa yo le juro por ese cielo azul —señalando —. No vuelvo a tocar otra mujer en mi vida que no sea usted.
—Cualquiera le cree —mirándolo fijamente —. Por algo le dicen el perro.
—Luciana, lo que yo siento por ti es real, el amor que siento es real, solo que usted me desprecia.
— ¿Te estoy despreciando? Incluso nos besamos y tendremos una cita de fin de semana.
—Deje que le baje las estrellas, créame princesa no se va arrepentir, la voy a tratar como una reina, como se merece, no solo a usted, a su mama a sus hermanas.
Sus palabras despertaron ternura, dándole un abrazo genuino que el respondió de forma cariñosa susurrando mi oído lo mucho que me amaba.
Baje de su camioneta y camine por varios minutos analizando mis sentimientos hacia él, aunque lo he despreciado su presencia despierta en mi algo que no sabría explicar, un sentimiento que he tenido reprimido por muchas razones, miedo, pudor, soberbia. El sabor de sus labios lo tenía tatuado en mi mente, repetía en mi imaginación su lengua fría entrando a mi boca una y otra vez, a distancia vi a Tiny salir de la tienda, apresurando mi paso para alcanzarla.
—Amiga —gritando —. ¿Qué cree? El sábado estaré con usted en la fiesta que se celebrara en la finca del mal, sebas me invito.
—Le dije que no era necesario Lucí, con mi desgracia basta
—No sea tonta, nosotras somos como hermanas, jamás dejaría que pase por momentos difíciles sola.
— ¿Por qué trae esa cara de felicidad? ¿Qué le regalo?
—Nos besamos —comente sonriente.
— ¿Está feliz porque beso al perro? Cuente, ¿usted qué es lo que siente por ese man?
—Sinceramente amiga. Ese hombre me habla y la piel se me pone chinita. No dejo de pensar en ese beso, además siempre que habla de ayudarme no es solo a mi si no a mi mamá a mis hermanas, un hombre que piense en el bienestar de la familia de uno es un papacito ¿sí o qué?
—Siempre he pensado que sientes algo por él.
—Pero no sé qué es lo que siento exactamente. Quiero averiguarlo —entre risas.
La acompañe a su casa.
— ¿Cómo esta doña Ofelia? —saludando a la abuela de Tiny.
—Bien hija, me da gusto verte. ¿A usted quien es que le está mandando tantos regalos Tiny? Allí en la cama le deje otros paquetes que enviaron hoy. No estará haciendo tonterías ¿no?
—No señora, ¿Cómo cree? Vamos Luciana —tomando mi mano y dirigiéndonos a su habitación.
La pobre tenía el corazón acelerado, en su cama había varios paquetes y bolsas de regalo.
—Son de ¿Andrés Felipe?
—No lo sé, pero mi abuela no es tonta. Este man me va meter en un problema con mi familia Lucí, a mi abuela le da algo si se entera d lo que paso con mi virginidad —hablando muy bajito, mientras abría una de las bolsas.
Tome la nota que cayó en el piso escrita a puño y letra.
«Esta es la ropa que quiero que uses el fin de semana».
—Tiene buen gusto ¿no? Está linda la ropa.
—Tengo la impresión amiga que ese hombre quiere algo oscuro conmigo.
—Bueno sebas dijo que llevaba mucho tiempo sin querer nada con ninguna mujer, quizás solo está recuperando el tiempo perdido. Eres muy hermosa amiga cualquier hombre moriría por ti.
CONTINUARA.
NOTA DEL AUTOR:
NO OLVIDEN DEJAR SUS LINDOS COMENTARIOS CHICAS, PARA QUE SE VENGA EL MARATÓN DE FIN DE SEMANA .....