CAPITULO 6
TINY
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Viernes por la mañana (casa de Tiny)
Ayudando a mama en la cocina.
—Mamita, este fin de semana mis amigas y yo iremos a una fiesta en una finca, es como una excursión.
—Su abuela me ha contado de los regalos que está recibiendo —sin mirarme a la cara, picando las cebollas para la comida —. Usted ha sido criada para bien Tiny, no le hemos dado lujos, pero le hemos inculcado valores y le hemos hablado de la putrefacción de la sociedad de este barrio, ¿acaso usted cree que yo no sé a qué se dedica Diana?, también sé que la pobre cuenta con una familia patética, pero usted no —volteando su cuerpo —. Míreme a la cara Tiny Echeverría y dígame una cosa ¿usted se ha ido a la finca de los Hidalgo? Y no me mienta porque la conozco. Yo es que no me trago ese cuento del préstamo estudiantil del banco ¿sabe porque? ¿Vos pensas que soy estúpida?, fui al mendigo banco y no dan préstamos para estudiantes —alzando la voz.
—Mamá, cálmate, no hice nada malo —con voz quebrada.
—Míreme a la cara, y dígame cómo fue que consiguió esa plata.
—He luchado mucho por conseguir mi sueño de irme a estudiar lejos, no me resignaba a perder mi beca por no tener el dinero para pagarlo, porque es que sé que usted no tiene la plata.
—¿Entonces que hizo la señorita? ¿Irse con su amiga proxeneta en busca de un narcotraficante? Usted donde tiene la cabeza Tiny, acaso no me ve todos los días trabajando para darle lo poco que puedo, esa gente es peligrosa, su abuela no lo va a soportar. Usted no va a ir hoy a ningún lugar, ya p**o el mendigo dinero ¿ahora que quiere?
—No puedo decir que no —rompiendo en llanto —. ¿Usted cree que esto es fácil mama? Le pido que no se meta, porque la vida de todas en esta casa está en riesgo.
—¿De qué me estás hablando?
—Le vendí mi virginidad mamá, eso era el plan, pero algo salió mal y el desea seguir viéndome. Por favor no le cuentes nada a la abuela, en dos meses me voy de este barrio y de este país mamá. Puedo soportarlo.
—¿Te has convertido en la puta de un narco? —Secando sus lágrimas, mientras se sentaba —. Recoja sus cosas Tiny, la mandare con su tía Andrea a Bogotá, no permitiré que esto suceda, la cuide de toda esta mierda y usted va y la caga por dinero.
—Mamá no la voy a poner en peligro, menos a la abuela —tomando sus manos, que soltó inmediatamente.
—Lo hubiera pensado antes de irse a meter con esa gente, ¿acaso usted no sabe que este barrio lo manipulan los Hidalgo?, no me importa morir protegiendo a mi hija. Suba a recoger sus cosas.
Respire profundo consumida en una vergüenza y atrapada en el miedo que me generaba conocer el destino de mi familia después de esta apresurada decisión tomada por mi madre, enviarme a casa de mi tía Andrea en Bogotá quizás no sea la idea más congruente en estos momentos, ¿Cómo reaccionaría Andrés Felipe?. Les envié al grupo de amigas de w******p, mi nuevo destino y las razones por las cuales mi madre había decidido sacarme esa misma tarde de calero. No tardo diana en enviar la invitación de una video llamada grupal.
—¿Doña Catalina se volvió loca? Tiny usted se va sin ir a esa cita y la matan.
—¿Crees que no lo sé? Prefiero que me mate a mí, y no a mi mamá o a mi abuelita
—Habla con doña Cata amiga —hablaba angustiada Mabi —. Nosotras también estamos en peligro con toda esta situación.
Mi mama grito desde la cocina que me diera prisa, por lo que tuve que abandonar la conversación no sin antes decirles cuanto las quería y extrañaría.
Saque mi maleta, mientras empacaba mis cosas pensaba en las consecuencias de mi partida, no dejaba de alucinar con la posibilidad de estar cometiendo el segundo error de mi vida, el celular guardado en aquel peluche sonó, el corazón palpitaba tan fuerte que temí que se partiera en dos par de lágrimas escaparon sin aviso de mis ojos, la respiración se agito faltándome por momentos el aire para respirar, tome la llamada en silencio.
—¿Una maleta tan grande para un fin de semana? —mire a mí alrededor de forma desesperada —. No querrás cometer una estupidez de la cual te arrepentirías toda tu vida. ¿Te comieron la lengua los ratones? Usted que dijo yo me largo a Bogotá y este man ni se entera, hable pues —gritando.
—Fue decisión de mi madre ¿cómo sabes todo esto?
—Nos vemos esta tarde —cortando la llamada.
No entendía como era que sabía sobre mi viaje a Bogotá pero me asuste demasiado. Me lance a la cama con una almohada en la cara intentaba minimizar esas ganas de gritar, no podía creer la mala suerte con la que últimamente me estaba identificando, ese nudo en la garganta que me impedía respirar de manera correcta me agobiaba, todo esto era mi culpa lo sabía pero no quería poner en peligro a las personas que amo. Escuche voces, saliendo lentamente de mi habitación con el temor latente de que la abuela haya regresado de la compra y mi madre decidiera contarle mi estupidez, me sorprendió mucho más la voz de mamá fina en una conversación poco amena con mi madre quien se caracteriza por ser directa en sus comentarios sobre todo si se trata de mí.
—Mi hija no es ninguna prepago señora
—Querida, eres una mujer trabajadora, tranquila, encantadora. ¿Hay necesidad de poner en peligro a la familia por un capricho del patrón? Estoy aquí porque soy defensora de la justicia, la paz, y tranquilidad de nuestra hermoso calero, mi hijo no conocía la existencia de tu princesa, fue ella que se le metió en la cama en busca de dinero, ¿Cuál es la quejadera? Vos sabes cuales son las normas de este barrio, vos conoces que mis muchachos no buscan mujeres a ellos los buscan las mujeres. ¿Andrea esta en Bogotá no? —lanzando una nueva amenaza —. No hagamos de esta unión una tragedia querida, hoy pasaran por ella a las 4:00 pm, haga lo correcto Catalina, por la familia y sobre todo por su hija.
—Sus hijos son unos monstruos ¿sabía usted eso?
Ella soltó una carcajada que retumbo nuestro pequeño hogar.
—Mis hijos han trabajado duro por obtener una vida dichosa, no han tenido que venderle el cuerpo a nadie por busca de plata para cumplir sus sueños, no sea boba Catalina, agradezca que uno de mis hijos se fijó en su niña, le p**o la universidad que usted no tenía ni como ponerle un dólar.
Salió de nuestra casa, mientras mi alma se rompía en mil pedazos, mi madre me miro con esos ojos color ámbar, llenos de dolor, y decepción.
— ¿Estas feliz? Esa mujer vino amenazar a su abuela, a su tía, a su mama y a usted, por su culpa ¿Qué dijo? Me acuesto con el diablo y me largo forrada en billete. Esto no funciona así Tiny maldigo el día que usted puso ante su familia su puto sueño de irse a Harvard —encerrándose a llorar en su habitación.
Corrí a la mía y me senté en el rincón, mi madre tenía razón me había llevado por delante a toda mi familia por mi capricho de estudiar una carrera universitaria en Harvard, que egoísta fui. Siempre estuve frente a la realidad las personas como yo n tienen derecho a cumplir sus sueños porque somos pobres.
Ella entro a mi habitación y se sentó a mi lado dándome un abrazo, llorábamos en silencio
—Lo siento.
—No, usted solo estaba desesperada por la oportunidad que yo no le podía brindar, lo siento hija, tus sueños no son una tontería —acariciando mi rostro —. Solo quedan dos meses para que vueles lejos de calero, mereces una vida hermosa, deseaba tu felicidad, lejos de los Hidalgo estarías segura, rezare hija para que sea la última vez que tengas que ver a ese hombre.
La abrace fuerte, la tristeza inundaba mi interior, sentí culpa y dolor por mi madre y mi familia. Dormí un poco antes de arreglarme para irme a la finca del mal. Mis amigas me dejaron mensajes deseándome suerte, Luciana estaría conmigo a partir de mañana. Una camioneta con Tyson y otro de los hombres de confianza del diablo pasaron por mí, nuevamente me hicieron cubrir mi rostro con aquella funda negra, desprendiéndome de mi teléfono celular mientras durara mi estadía en la finca.
Al descubrir mi rostro, quede perpleja, tenía frente a mí una belleza natural, era una finca hermosa, me abrieron la puerta del auto, camine tras Tyson adentrándonos en la hermosa mansión, me impresionaba lo hermosa que era, lujosa y acogedora.
—El patrón le hará compañía en unos minutos, puede esperarlo sentada en uno de los sillones, si desea algo de tomar María está a su plena disposición. Permiso.
Camine hacia uno de los ventanales que remplazaban las paredes de planta baja, desde allí se podía ver el jardín conectado a un hermoso lago, mis ojos se perdieron en la belleza y la inmensidad del atardecer que se asomaba tras aquellas aguas. Sus manos apartando mi larga cabellera dando un beso a la altura de mi hombro izquierdo.
—¿Te gusta?.
—Es una vista preciosa, nunca había estado en un lugar tan bonito.
Sus manos envolvieron mi cintura al mismo tiempo que rozaba su nariz en mi cuello.
—Hueles delicioso —volteándome impregnando su lengua dentro de mi boca.
Respondí el beso con cierto temor, esa sensación que causaba el hombre que tenía frente a mí era aterrador.
—Tu madre opina que soy un monstruo ¿Qué opinas tú?.
Esa pregunta me asusto más que el beso por lo que uní nuestros labios nuevamente esta vez abrazada a su cuello en busca de una respuesta positiva que lo hiciera olvidar las preguntas incomodas.
continuara...
NOTA DEL AUTOR.
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