El cartel de los hermanos Hidalgo

CAPITULO 9

CAPITULO 9

LUCIANA

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Sábado 4:00 pm “Finca del mal”

—Que hubo princesa ¿le gusto la finca? —Tomándome por la cintura —No me va hacer sufrir ¿esta noche si dormimos juntos? ¿sí o qué?

—Miren a este ¿Qué dijo? esta pelada es la prepago del sábado pues.

—Princesita, vos sabes que yo te respeto, yo a vos la amo a lo bien.

—Entonces espere que vayan dándose las cosas, no me gusta que me presione sebas.

—Vos sabes cuánto llevo esperándote lucí, 10 años ¿sí o qué? No pongas en dudas mi integridad, a lo bien, deme méritos. Yo por vos espero lo que queras.

Lo mire sonriente, me derretía su forma tan tierna de hablarme y hacerme saber que podría seguir esperando por mí. Le di un abrazo.

—Es bacano escucharlo hablar de sus sentimientos, pero es difícil no saber si son reales, usted sabe que solo me habla de eso pero no demuestra nada mijo, puro Bla, Bla, Bla

—Vos te escuchas, deje de hablar pendejeras, que me veo como un idiota tras vos todo el tiempo como perro faldero, ¿vos todavía dudas de mi amor?.

—Que pecao, ofendí al señor, ¿vos sabes cuantas mujeres en el barrio hablan de las noches que pasan con usted? No mijo, tan tonta no soy.

—Mírame Luciana, a lo bien, ¿vos queres que le demuestre mi puto amor?, porque vea yo no tengo problema.

—Para aceptar una relación con usted, quiero estar segura de sus sentimientos sebas.

—Parame bolas, Mírame a los ojos —acercándose a mí —. A vos yo la amo, se lo demuestro, pero demuestre usted también cual es la vuelta conmigo.

Tome con delicadeza su rostro, dándole un beso apasionado, que el respondió encantado. Tomo mi mano y entramos aquella gran mansión, me enamore de la casa y su decoración, busque con la mirada a mi mejor amiga, quien estaba en uno de los jardines con la esposa de miguel Alejandro encargándose de la decoración, sin duda sería una gran fiesta.

—Que más pues ¿bien o no?

—Amiga —abrazándome —. Mire le presento a mona.

—Tu eres Luciana, sebas no hace otra cosa que hablar de ti, me da gusto al fin conocerte —Dándome dos besos en las mejillas.

—Conoció a mi princesa —besando a su cuñada —. Es hermosa ¿sí o qué?.

—Es mucho más bonita de lo que describiste, me da gusto que al fin me la presentas.

—Mis dos cuñadas son una belleza ¡Ave maría!

Tome a Tiny y me aleje un poco.

—Que finca más bonita parce, ¿Andrés Felipe? ¿Cómo se porta con vos?

—¿Vos que crees? Teniendo relaciones mija, para eso me trajo.

—Hay amiga que pecadito verla con esa cara, falta poco para que se largue de calero.

—Lo se amiga. Me aferro a eso ¿usted qué? La veo muy contenta mija.

—Le estoy dando una oportunidad que demuestre lo que siente, porque aja puro Bla, Bla, Bla, y el man no demuestra nada.

—Dicen que ese lago está lleno de cocodrilos, migue Alejandro me comento que allí lanza el patrón al que le estorba. Espero no terminar allí.

—Dios la proteja Tiny, no diga bobadas, vos te iras a los estados unidos.

Escuchamos una algarabía, era la entrada triunfal de mamá fina con su particular atuendo atigrado, su maquillaje bastante cargado con sus siempre labios rojos, era una mujer pintoresca, siempre usaba look de animal print, sus cabellos cortos abombado era otro estilo que no abandonaba, atrevida y muy cautelosa, por algo era la matriarca de los integrantes de uno d los carteles más peligrosos de Colombia. Venía en compañía de su última pareja, un chico del barrio bastante joven que solía trabajar como plomero, hasta que su suerte cambio cuando empezó una relación con la señora, era callado, además la odiosa de la hermana menor Ámbar, la llamada princesa del cartel.

—Gracias por venir Luciana, no sé qué haría sola con toda esta gente, la única con la que me siento cómoda es con mona, vieja para cariñosa.

—Amiga, le dije que no la dejaría sola.

Mamá fina nos pegó un grito para que nos acercáramos a la mesa, donde se empezaría la celebración en familia, con una deliciosa comida.

—Como están mis yernas hermosas ¡Ave maría! pero que niñas más bonitas —abrazándonos.

—A si estaría su pobreza que decidieron vender sus cuerpos —. Que pereza —comento Ámbar.

—Respete —dándole un pellizco mamá fina —. Miren a esta tan boca sucia, se disculpa.

—Lo siento chicas —con una sonrisa macabra.

Andrés Felipe quien faltaba en la reunión se hizo presente.

—Vos cuando es que va aprender que su mamá se le recibe como una reina en la puerta de la casa.

—Cucha —abrazándola —. Usted sabe que es la reina de todas las propiedades, pero su hijo trabaja mucho.

—Miren a este, ¿Qué dijo? le regalo a la cucha una camioneta último modelo y la tengo contenta, vos no compras a una madre, usted a mí me respeta, que bastante que me costó parirlo.

—Cuchita, entendelo paso la noche ocupado —mirando a Tiny, bromeo Juan David —. Es la primera vez que el man se levanta a las seis de la mañana, el patrón siempre está camellando a las 4:00 am.

Era un momento incómodo para Tiny, igual para mí estar rodeadas de una familia a la que siempre despreciamos por su trabajo y su reputación no era fácil para ninguna de las dos, pero el destino nos tenía preparada otra historia en nuestro diario, que empezamos a escribir a partir de hoy en el cartel Hidalgo.

—Familia a ustedes que les parece que acá la princesita Luciana, cree que debo demostrar mi amor sincero, y bacano por ella ese que siento hace cientos de años. A lo bien ustedes ¿Qué opinan?

—No pues mija, acaso vos sos ciega. Este man esta es tragado por vos —Comento juan camilo —. Lo veía por el barrio saltando paredones pa poder verla mija, su papá que en paz descanse un día lo persiguió por todo el barrio, si no es por Andrés Felipe ese cucho lo mata mija.

—¿Vos si sabes que mi muchacho te quiere para bien Luciana? Mija no sea pendeja que el amor se acaba. Yo si te quiero como yerna pues.

—Vos sabes Luciana, solo queres escuchar a los hermanos hablando pendejadas que este man hizo por vos, que son muchas mija, vea el cree en el matrimonio, aproveche que aparte de mi es el único.

—¿Vos son idiota? Andrés Felipe se casó primero que usted y me tuvo un nieto hermoso que en paz descanse mi angelito, a ver cuándo mona y vos nos dan esa alegría.

—Tranquila cucha que practicamos mucho, ¿verdad mi amor? Que pronto vos me darás esa alegría de ser padre de un pelaito que lleve ese rostro suyo —besando sus labios.

El rostro de aquella rubia se puso pálido, fingiendo una sonrisa, asintiendo con respuesta positiva a un tema que parecía ser bastante incómodo para ella.

Diccionario paisa:

Cucha: mamá

Camellar: trabajar

Pelada: chica, muchacha.

Pereza: fastidio

Bacano: bueno o excelente.

Tragado: enamorado.