XII

1505 Words

Desperté a su lado. Bueno… más bien él despertó sobre mí, específicamente, su cabeza sobre mi pecho. Ayer lloró. Lloró hasta que no pudo más, hasta soltar la última de sus lágrimas contenidas. Anoche habló de ella, habló de sus amigos, de cuánto los quería. Confesó el miedo que sentía, no lo deseaba, detestaba la idea de ver a su amigo en silla de ruedas o a Ángela tumbada en una cama luchando por sobrevivir. Se odiaba por no estar allí en el peor de los momentos pero, ¿acaso él podía hacer algo? Mi hermoso hermano no podía asimilarlo, ¿decía que no la amaba? Parecía todo lo contrario. Suspiré y observé su rostro. Dormía en paz, podía sentir su respiración profunda sobre mi piel, sentirla me hacía estremecer, ¡demonios! ¿hacía cuánto que esto no me ocurría? Supongo que los tres mese

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