Narra Mateo. A la mañana siguiente, los dos nos comportamos como si nada hubiera cambiado. Megan me llevó café que dejó con cuidado sobre mi escritorio. Repasó mi agenda y confirmó que tenía dos reuniones fuera de la oficina. —He ordenado que redacten un acuerdo esta tarde. Deberías leerlo—dije entregándole una carpeta. —De acuerdo—respondió. —He hecho una lista de las cosas que me gustan. Puedes repasarla. Y tenemos que hablar de lo que hay en ella. Asegurarnos de que los dos estamos al día de los detalles—mencione, ella asintió con la cabeza y tomo el sobre que le ofrecí. Después le di uno más pequeño—.Tu primer p**o—agregue. Ella se quedó quieta, con los dedos por encima del sobre de aspecto inocente, sin llegar a tocarlo—.Tómalo. Está todo especificado—añadí, pero pese a mis pala