Capítulo II

766 Words
Narra Mateo. A la mañana siguiente se me ocurrió una idea, pero no estaba seguro de cómo ponerla en práctica. Sali del departamento a tomar el elevador. Cuando llegó ingrese. —Buenos días Mateo —me saludó la señora Martin de una manera seductora como siempre lo hacia, a pesar de tener como sesenta años seguía con esa chispa hormonal, llevaba cargando a su gato. —Buenos días Señora Martin ¿ como esta su esposo?—pregunte. —Esta descansando todavía, ya no tiene la juventud de antes, ya todo lo cansa—dijo en un doble sentido. Por suerte en ese momento, el elevador se detuvo había llegado al lobby, ella me ponía incomodo. —No vemos señora Martin—le dije saliendo de prisa. *** Minutos después llegue al trabajo. Cuando estuve a punto de ingresar a mi oficina me detuve al ver a mi hermano Derek sentado en las sillas de espera. Se puso de pie en cuanto me vio y me dio un abrazo. —Que sorpresa ¿Qué haces aquí? —le dije —Estaba en la ciudad y decidí venir a verte hermano. —Vamos a mi oficina —le dije, él me siguió y una vez dentro, cerré la puerta. —¿Cómo has estado? ¿ Como te va en el trabajo?—preguntó. En ese momento le conté lo que mi jefe había decidido hacer para el puesto de Director General—. ¿Qué harás al respecto? —He soñado con ese puesto durante estos cinco años, he pensado en mentirle sobre que tengo una vida personal ejemplar, no se quizás contrate a alguien para que finja ser mi novia o algo parecido. Derek me miró con expresión maliciosa —Dado tu historial, esta mujer tiene que ser diametralmente opuesta a las mujeres con las que te has relacionado, sobre todo en los últimos tiempos—mencionó mi hermano, él me conocía muy bien—.Más sensata, agradable y afectuosa. Real. —Lo sé—dije. —¿Vas a mentir y a fingir para conseguir ese puesto?—quiso asegurarse. —Sí, mis intenciones tal vez no sean muy honestas, pero mi presencia va a ser un buen empujón para esta empresa siendo yo el Director Ejecutivo. —¿Y la mujer? ¿Alguna idea sobre quién va a ser tu afortunada pareja? Negué con la cabeza. —Ya se me ocurrirá alguien—respondí. Llamaron a la puerta y, acto seguido, entró la señorita Olson dejó en mi escritorio dos postres y dos taza de café recién hecho. —Señor Jones le traigo algo más—le preguntó a mi hermano. — Gracias Megan pero no—agregó tomando su café de prisa—. Tengo que irme, mi hermano esta ocupado con un proyecto muy importante—agregó. Ella asintió y salió de la oficina. Mi hermano menor quien era uno de los ingenieros mas importante del pais se levantó de la silla y se abrochó la chaqueta—.Mateo. Esa mujer es muy atractiva es precisamente el tipo de mujer que necesitas para relacionarte con con tu jefe. —¿Relacionarme? —interrogue. Derek rio entre dientes. —¿Crees que va a aceptar una breve presentación de tu vida personal? Si decide darte el puesto querrá relacionarse con tu pareja... en más de una ocasión—contestó. No había meditado la cuestión tan a fondo. Creía que podría convencer a alguna conocida para que me ayudara una noche, pero Derek tenía razón. Necesitaba mantener la fachada un tiempo. Al menos hasta que le demostrara mi valía a mi jefe. Derek titubeó al llegar a la puerta—.Creo que la señorita Olson no está casada. —Eso salta a la vista. Derek—respondí. —Estás ciego, Mateo. Tienes la solución delante de las narices—me dijo. —¿De qué estás hablando? —Eres listo. Piensa—arrojó—. Estaré un par de días en la ciudad, luego te llamo para que nos veamos en otro lugar—dijo. Luego se marchó, dejando la puerta abierta. Tome el pedazo de empanada le di un mordisco con más fuerza de la necesaria. —¿Qué rayos me ha sugerido mi hermano?—me pregunte. Algo empezó a tomar forma en mi mente y miré hacia la puerta. No podía estar hablando en serio. Solté un gemido y dejé la empanada en el plato, porque acababa de perder el apetito. Lo había dicho totalmente en serio, mi asistente no podía ser mi pareja falsa esa era una locura ¿o no?
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