Capítulo 8

1614 Words
A  mi nunca me enseñaron ninguna religión, el único culto que hasta ahora había presenciado, fue el de unos brujos que parecían dementes  bebiendo  alcohol y rociando con la boca, a una cantidad de imágenes de piedra sobre una mesa con algunas velas prendidas, que al final terminaron todos borrachos y provocando un incendio que les quemo todo el altar, frustrando así, mi plan de robarme una cruz de oro que tenia en el cuello, la imagen mas grande. Ahora este mago triste, me pone de rodillas ante un cuadrúpedo sonriente con alas doradas practicando conmigo, una especie de bautizo, en el cual no participaba mi voluntad. Temí que en su locura me bañara con alcohol y provocara un incendio, pero en una ligera inspección sobre el inmenso altar, vi con alivio que no había ninguna botella de licor, aunque parece que el licor estaba, en la habitación donde se cambio de vestidura, porque de allí salió como un borracho muy hablador, a soltarme un discurso incomprensible sobre espíritus que no estaban por ninguna parte, como sus ayudantes personales para obtener riquezas; en su ignorancia no sabe que uno de los espíritus que lo ayudan, es ese espíritu de maldad que llena su corazón y el  batallón de espíritus  engorilados de sus esbirros, que amedrentan al pueblo de aguas  Claras  dejándose robar impunemente; aunque era su problema, aquello en lo que el quisiera creer o no cree, pero si era un problema que me involucrara a mi sin querer.-aunque en verdad yo no había hecho nada; todo lo había hecho el-  Dos de esos engendros” espirituales” me dieron una golpiza en un calabozo que casi me pasan al mundo de los espíritus. Don Páscuale volvió de su estasis o borrachera; me sonrió y me dio una palmadita, y me dijo: Lo has hecho muy bien Sebastián; -aunque en verdad yo no había hecho nada, todo lo hizo el-. Cuando entres a este lugar -continuo Don Páscuale- debes hacerlo con reverencia para que no se altere el reposo de los espíritus -mientras el espíritu inquieto de mis pensamientos, que nunca reposa me decía: Esos espíritus deben estar drogados con tanto incienso -Siguió diciendo- iré a la ciudad de Canoabo, a entrevistarme con un mensajero espiritual muy importante y si es posible vendrá conmigo para comunicarse, con el gran espíritu de las profundidades; el es un gran iluminado  y según le indique el gran espíritu, quizás se quede entre nosotros algunos días; hay que estar preparado para atenderle; no te necesitare mas por el día de hoy; puedes irte. Me retire a la habitación,  luego retire el almuerzo y después de haber comido, me acosté ya mucho mas tranquilo y comencé a hacer un inventario mental de todo lo ocurrido durante esta mañana;  hoy  Don Páscuale, me había sorprendido con una insospechada faceta, verlo vestido de sacerdote y presentándose con entera sumisión ante unas figuras hibridas de animales, inventadas por alguna mente enfermiza; pero que para don Páscuale tenían el poder de doblegar su altivez y arrogancia, era algo verdaderamente impresionante. Otra vez tenia razón mi maestra Franshesca, al decir que era un burro cargado con dinero; me había impresionado su talento e inteligencia para hacer una fortuna doblegando a un pueblo, y manipulando, para salirse siempre con la suya, pero hoy también   me había impresionado, mostrándome al ignorante, que ya mi maestra había visto en el; sin duda las cosas espirituales o del mas allá eran su punto débil  mi maestra Franshesca, era una mujer  muy educada, le gustaba mucho la lectura  y tenia un porte delicado; parecía muy frágil, siempre me preguntaba que hacia ella en un mercado; siempre sonreía como si nada le afectara en este mundo, ella siempre me decía; tienes que aprender a leer, porque leyendo aprendes, a ser libre, y aunque tu cuerpo este en prisión; el poder del conocimiento, te elevara sobre cualquier circunstancia, y eso te hará vivir en libertad; mucha gente vive cautiva de su propia ignorancia, el ignorante, construye su propia prisión y le entrega la llave al opresor, pero el opresor también es esclavo de su maldad, y oprime porque de alguna manera busca llenar un vacío que solo puede llenar la libertad, y un día aunque tenga riqueza y poder, descubrirá que el arquitecto de su ignorancia, le construyo su propia prisión. No se si lo aprendió de algún libro o era su propia conclusión, pero siempre terminaba puntualizando: si algo o alguien tiene poder sobre ti; es porque tu se lo has dado.  Aquellas imágenes de piedra donde se fusionaban dos animales, eran la propia imagen de Don Páscuale; por un lado era, un ave de rapiña que extendía sus poderosas alas sobre un pueblo que le temía y por otro lado, era una especie de puerco, capaz de dejarse llevar al matadero, si una de esas imágenes inertes, emitiera alguna voz pidiéndole su vida; todo el poder que tenia subyugado a un pueblo, era transferido a unas figuras que no tenían vida, que lo subyugaban a el, su propia imaginación, era el artífice de una extrema sumisión a cosas invisibles e inexistentes que el mismo les daba vida, ubicándolas en unas hipotéticas profundidades y que solo se manifestaban atreves de revelaciones o mensajes telepáticos, solo perceptibles por personas dotadas de una gran “iluminación“, de quienes recibía las instrucciones del “mas allá”, las cuales ponía en practica,  ciega e incondicionalmente.  Claro esta, que estos “iluminados “, tenían en el, a la gallina de los huevos de oro y nunca “recibirían” una orden, que atente contra la vida del de su fiel creyente, además de que contra eso estaba blindado a través de pactos que solo pondrían en peligro su vida, si no los cumplía y en eso el era, un fiel cumplidor. El conocer, esta faceta en Don Páscuale y verle tan débil como cualquier mortal, por alguna razón, me hizo sentir mas tranquilo y pude dormir una noche completa. Muy temprano, aun oscuro, me despertaron ruidos de puertas y voces de los sirvientes de Don Páscuale que se estaban preparando, para salir a cumplir sus actividades de vigilancia y atropello; espere un rato, a que se fueran, para evitar, encontrarme con los esbirros que me habían golpeado. Tome un baño, retire el desayuno y me prepare a esperar nuevas ordenes, seguramente ya Macario tenia instrucciones para mi; como a las ocho se presento, y me llevo a otra puerta que no era la del santuario; Macario abrió y me que indico pasara; al entrar, vi a Don Páscuale de espalda, sentado frente a un escritorio en lo que parecía su oficina de trabajo; estaba revisando algunos documentos y al notar mi presencia, se volvió y me dijo: buenos días Sebastián, siéntate y espera a que me desocupe, porque tengo algunas instrucciones que darte, - volviendo a lo que estaba haciendo- yo me senté y me dispuse a esperar; Don Páscuale se estaba dirigiendo a mi, de una forma mas familiar ;estaba tratando, de que bajara la guardia, y de ganarse mi confianza  En mi mente, habían muchas preguntas que aun no tenían respuesta; Don Páscuale, estaba disponiendo de mi, como si fuera su mascota, mi voluntad, estaba suspendida y el “si” era mi único derecho de expresión, además de mover la cola para “mi amo”; me hubiese gustado, levantar la pata y orinarle los zapatos. Una hora mas tarde Don Páscuale se levanto de su escritorio, tomo un asiento y se sentó frente a mi diciéndome: -Ayer te Conte el motivo del viaje a la ciudad; los espíritus me fueron propicios y pude encontrarme con el gran iluminado, quien me a dicho, que se aproximan acontecimientos muy importantes, en los que estamos involucrados –mejor dicho; en los que tu me estas involucrando- pensé. Mientras el continuo: - y me manifestó la importancia de venirse conmigo para afinar los preparativos, según las instrucciones del gran espíritu. Hoy le tenemos como nuestro huésped en un aposento del santuario, donde podrá concentrarse para recibir las revelaciones del mas allá –me extraño el termino “tenemos”, como si yo fuera parte de alguna sociedad con el y pensé en el matrimonio de nuestros espíritus. Continúo diciendo: -y cuando el lo considere necesario, tu le acompañaras como su asistente, las veces y el tiempo que el determine; ya fuiste presentado a los espíritus y para ellos no será extraña tu presencia; tendrán días de retiro, que nadie debe interrumpir y tu serás el puente que nos comunique en esos días tan especiales. El gran sacerdote, estaba delegando en mi, responsabilidades, en las cuales, al parecer los espíritus no le permitían estar; ayer me había dicho que yo haría por el, cosas que el no podía hacer y quizás esta era una de ellas. Ahora Don Páscuale,  me estaba involucrando en eventos de” gran iluminación”, donde presenciaría manifestaciones del mas allá, y yo en el mas acá, seguía preguntándome, porque tenia que ser yo el escogido para esto; a  esos espíritus les estaba haciendo falta un iluminado en el mas allá, que les dijera, que yo estaba obligado a estar allí, y que yo me cagaria en su altar, si Don Páscuale no me matara por eso,  que me importaba un rábano, el reposo del fulano gran espíritu y que a menos que sea adicto al incienso, podía reposar mas tranquilo en su profundidad del mas allá y que a mi lo único que me interesa es que me dejen en paz en el mas acá, para  tratar  de escaparme de esta maldita fortaleza.
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