Capítulo 16

1516 Words
Siempre lograba hacerme sentir mejor; tenía un optimismo contagioso, que hacía que las cosas parecieran más fáciles, y lograba derrumbar, cualquier resistencia a creerle; era un hombre muy convincente. - ¿Te has impuesto alguna meta en tu vida Sebastián? - pregunta el iluminado. -usted sabe que si- le respondo – mi meta es escapar de esta prisión-. -Él sonrió y volvió a preguntar: ¿Por qué razón viniste a caer aquí? -Porque quería ser rico- le respondí. - ¿Querías? -pregunta-; ¿Don Pascuale te hizo renunciar a ser rico? -. -No – le respondí-; pero primero debo salir de aquí. - ¿Qué me dices, si te digo que puedes lograr las dos cosas al mismo tiempo? -pregunta. -Que estas drogado y delirando- intervino mi pensamiento. - Eso sería imposible- le respondí. - ¿Qué significa el siete de julio para ti? pregunto. - Solo incertidumbre, porque no sé lo que me pasara ese día- respondo. - Cambiemos esa visión tan incierta, por una más optimista y segura- me dice. -Este brujo, se emborracho en su dormitorio –volvió a intervenir mi pensamiento - Soñar despierto no me salvara la vida- respondí. - Pues la visión que yo te ofrezco, te dará la libertad y te hará rico en esa misma fecha; ¿te gustaría? -me dice. - ¿A quiénes tengo que matar? - pregunte con ironía - A nadie- me responde. - Algo tengo que hacer, me imagino- le dije. - confiar absolutamente en mí, y seguir mis instrucciones- me dice. -Otra vez el tema de la confianza, quizás te lanzara por un precipicio para seguir probándote; o tal vez te cuelgue por los testículos para creerte – dijo mi pensamiento, tratando de tranquilizarme. - ¿Tú crees Sebastián, que yo hice algún truco en el pozo del manantial? - me pregunto - Si –le respondí. - Si es así, ¿te lanzarías conmigo al pozo, confiando en mí, que hipotéticamente para ti, tengo un truco para salir? -  me pregunto. - Por supuesto que no –le dije. - Hasta ese punto, debe llegar tu confianza en mí- me respondió. - Ya te lo había dicho antes- me dijo el pensamiento- piensa mal y acertaras. Después de mi padre, en la única persona, en la que había depositado alguna confianza, era en la maestra Franshesca; ahora un recién llegado a mi vida, me pedía confianza ciega e incondicional, para salvar mi vida; eso es imposible aprenderlo, solo escuchado palabras; pero aun así no tenía más alternativa. No le respondí nada y después de un largo silencio, el iluminado me dice:  - Tendrás que seguir actuando con Don Pascuale como si en verdad creyeras lo que te dijo; incluso si es posible, debes mostrarte más sumiso, como agradecimiento a “tanta bondad”- - Me parece tan repulsivo-le dije- que, aun fingiendo sumisión, me siento humillado; con gusto lo evitaría, si pudiera hacerlo-. -Tienes un enemigo aún más grande que el mismo Don Pascuale –me dijo. - ¿Otro? - pregunte sorprendido. -Si Sebastián- me dice-; el odio que llevas en tu corazón, puede hacerte más daño que Don Pascuale- - El arruino mi vida, casi desde que nací y ahora quiere acabar con mi vida misma-le dije. -Reconoce, que el odio que llevas, puede destruir tu vida y apártalo de ti- me dice-   porque puede volverte más malo que el mismo Don pascuale. -Llego la maestra Franshesca - me dice el pensamiento. -Tú decides  de que o de quien hacerte esclavo, y a eso le dedicas toda la fuerza de tu vida- siguió diciendo el iluminado-; tú has decidido atarte a Don pascuale, atravesó de los lazos del odio y si supieras que en cien años lo puedes destruir, gustosamente te atarías a él por cien años, y pasarías cien años más tratando de sacarlo de tu corazón; solo cuando descubras que te volviste igual a él, y solo allí, tendrás la oportunidad de ser libre, cuando veas a otros en las mismas condiciones que tú y cepas que más que dignos de castigo, son dignos de lástima porque no saben que son esclavos, y que el odio, es como tomarse un veneno, para que otro se muera. - ¡Ahora, si parece iluminado! - exclamo mi pensamiento, impresionado ante esa irrefutable verdad. Nuevamente, me impresionaba el iluminado, por eso siempre se veía feliz, porque no permitía que nada, le amargara la vida; aunque lo que dijo, es una verdad monumental, quizás no ha vivido lo que yo he vivido, porque de ser así, quizás pensaría de otra manera. Parecía, que había pasado más tiempo dentro de la fortaleza, que fuera de ella, mi mente siempre ha estado aturdida; aun no sé, si  aquel evento en la plaza, solo fue casualidad en mi destino o fue, producto de una componenda maquiavélica, en la que ya había sido elegido para algo que escapaba a mi comprensión; trato de hacer conjeturas, para tratar de entenderlo, pero no encuentro nada especial en mí, que llame la atención y que pueda ser útil para algo o para alguien; solo soy un vulgar ladronzuelo, que no sabe hacer otra cosa, y sin embargo , hoy estoy aquí, como una rana entre dos serpientes compitiendo para ver quien se lleva la presa y la rana dice: hopa yo solo pasaba por aquí, en la charca hay ranas más gordas, pero las serpientes dicen: no, es a ti a quien estamos esperando; y la rana se pregunta:¿ Y yo que hice?...esa pregunta a parido mil preguntas, y mientras más respuestas busco, más preguntas nacen.  Hoy me han ofrecido, libertad y riqueza, a cambio de confianza; pero mi confianza también la mato Don Pascuale, en una pequeña finca, y ahora estoy entrenando, para aprender a confiar, como si ese fuera un musculo escondido en alguna parte del cuerpo; hoy ha sido un día de promesas y consejos, pero en la cama tengo una almohada llena de preguntas, que esperan mi cabeza para invadirla. En la habitación, pasamos muchos momentos en silencio, ya que, entre las conversaciones, el iluminado se mete en sus libros, en los que más que leer, parece que reflexionara, pues cuando aparta el libro de su vista, ya tiene algo preparado para decir. -Conviene, que realices alguna actividad- dice el iluminado, poniendo el libro que leía sobre la mesa- para que te distraigas y tu mente descanse un poco de tanta presión; hablare con Don Pascuale para ver que puede hacer a este respecto. -Tu también deberías ponerte más creativo para evitarme estar con ese mal nacido- intervino el pensamiento en mi defensa. -Esta noche tendré una reunión con Don Pascuale y no sé si terminemos temprano, ve a tu habitación y mañana veremos que nos trae el día Aunque no tenía ningún deseo de estar cerca del sacerdote, el iluminado tenía razón; estar desocupado, solo me traía más preguntas que no me solucionaban nada; esto no solucionaría mi problema, pero despejaría mi mente. Me despedí del iluminado y Salí del santuario; aún faltaba mucho para anochecer, entre a mi habitación , dejando todo abierto, saque la silla y me senté en la plazoleta solo a tomar aire; de alguna manera el iluminado me tranquilizaba, y aunque me hablaba de cosas extrañas en las que no creía, también me ofrecía alguna esperanza de libertad y vida y me hacía sentir que ya no estaba solo, increíblemente me sentía más confiado estando con él; en medio de tanta incertidumbre, más que creer, quiero creer que me está ayudando. -Estando en estos pensamiento, llegaron varios hombres de Don Pascuale, que ya estaban libres de sus actividades y me saludaron cortésmente y con respeto; unos minutos después , sacaron una mesa y varias sillas, y me invitaron a jugar cartas; no teniendo más nada en mi agenda, les dije que aceptaría con agrado, pero no tenía dinero para apostar; ellos convinieron en hacerme un préstamo colectivo , y me senté con ellos a jugar; permití que me ganaran, hasta que ya , me quedaba muy poco , y  ya más confiado, comencé a hacerles trampas , y mi capital fue aumentando hasta que los deje sin nada, luego les dije que les haría un préstamo y distribuí mis ganancias entre todos, y continuamos jugando, hasta que los volví a dejar sin nada, ellos sabían que les hacía trampas pero no podían descubrirme; allí termino el juego, luego les devolví todo el dinero ganado, diciéndoles , que no necesitaba dinero en la fortaleza y desde ese momento comenzamos a tener cierta amistad; ellos no conocían, los pormenores de mi cautiverio, ni siquiera Macario, tenía acceso a este tipo de informaciones fui a mi cuarto, y viendo el número siete en la puerta, entre pensando en mi cumple años numero diecisiete, el cual no sabía, si estaba llegando o había pasado, ya que había perdido la noción del tiempo durante mi encierro. -No te preocupes, de todas maneras, no pensabas celebrarlo y probablemente ya no cumplas más- dijo mi pensamiento, tratando de hacer que olvidara mis problemas.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD