═══════ ≪ •Mía• ≫ ═══════
Lo observo por la ventana, parezco una obsesiva por él... Y tal vez así lo es, pero al menos estoy tras la cortina y sé que no me ve. No puede hacerlo.
—¿Si sabes que toda tu sombra se ve, verdad? —mi hermana tira de mi cabello y yo me agacho de inmediato.
—¡Cállate! —ella me mira burlona y yo suelto un bufido tapando mi rostro sintiendo como poco a poco se va sonrojando.
—Eres tan tonta.
Mi hermana mayor, Laura, me lleva dos años y aunque a veces es demasiado fastidiosa e irritante, la quiero igual. Sé que si en algún momento me llega a pasar algo ella estará conmigo y yo con ella, aunque finja que nos odiamos, sé que no podríamos hacerlo.
—Baja a comer, papá te ha estado llamando desde hace rato.
Salgo de la habitación corriendo y bajo las escaleras con mucha velocidad, cuando llego al primer piso salto y enrosco mis piernas en mi papá. La mejor persona que he podido conocer en la vida.
—Hola pequeña hija mía —le encanta jugar con mi nombre, soy consciente de que papá tuvo más influencia en mi nombre para siempre decir que «yo soy de él»
—Hola papá.
No había visto a papá desde hace una semana ya que él y mamá habían tenido que salir del país por asuntos de trabajo, lo extrañé demasiado.
—Resumen de los desastres hechos —me dice bajándome al suelo y dándome un fuerte beso en la frente.
—Me porté como un ángel.
Él entrecierra sus ojos hacia mí y yo sonrió en grande.
—¿Entonces porqué Logan acaba de decirme que estabas actuando extraño?
—Yo... Ni siquiera sabía que había estado acá, no me vió, no lo vi, no sé qué es lo extraño que dice cuando ni siquiera hablamos.
Claramente supe que estuvo allí, estuvo allí cada día de la semana, 7 días, 168 horas y un montón de segundos y en ningún momento me crucé por su lado porque estuve evitandolo. No puedo verlo sabiendo lo que siento.
—Bien, mamá está en la oficina, ve a verla.
No lo tiene que pedir dos veces, voy directa a la oficina de ambos y abrazo con fuerza a mamá.
—Pensé que te habías olvidado de mí ya que no venías a verme.
—La que llega siempre saluda —ella rueda sus ojos y retira las gafas del puente de su nariz.
Mamá es hermosa, he visto fotos de ella de joven y está prácticamente igual, tan solo unas cuantas canas y pocas arrugas al rededor de sus ojos, pero sigue siendo tan hermosa como cuando papá la conoció, al menos eso dice él y yo le creo.
Dicen que soy muy parecida a ella, pero yo me veo mucho más parecida a papá y mi cabello es mucho más oscuro que el de ellos junto a la piel pálida que tienen ambos. Mis ojos son lo único diferente y a veces mi hermana bromea diciendo que soy adoptada porque todos ellos tienen los ojos café, mientras yo los tengo verdes.
Recuerdo bien en clase de biología sobre los genes y sé que puede ser común que mis ojos sean verdes aún cuando mis padres los tienen marrones, soy una Clark y siempre lo voy a ser.
—¿Cómo les fue? ¿Si invitaron a los tíos para navidad?
—Si cariño, dijeron que vendrían y que esperan verlas pronto, tus primitos están tan grandes y hermosos.
Tío Aidan tuvo dos niños, uno tiene ocho y el otro doce. Tía Adiele tiene una niña de 14 años.
—Genial.
Mamá me observa con atención y cierra el libro que estaba ojeando.
—Dime que pasa.
A veces odio que sepan leerme tan bien, no sé cómo lo hacen, será algún don que llega cuando oficialmente se vuelven padres.
—No me pasa nada, solo estoy muy feliz de tenerlos de nuevo acá, estaba aburrida sin ustedes.
—No quedo nada conforme con tu respuesta, pero te daré espacio para que me puedas contar cuando tú sientas que es el momento adecuado ¿Vale?
—Si mamá, pero no será necesario, de verdad estoy bien.
Ella asiente y yo me miro en el espejo que hay en una de las paredes de su oficina, miro mi cuerpo con atención, me gusta, pero no tengo mucha personalidad para mostrar tanta piel, aún así me enfoco es en mi cabello, siento que es hora de un cambio.
—¿Cómo me vería con el cabello de otro color? —pregunto a mamá mientras observo mi cabello largo y oscuro.
—¿Rubio? —hago una mueca, no creo que el rubio me quedé, hace algún tiempo tuve varios mechones rubios y aunque no quedaban mal, tampoco me hacían sentir con el autoestima por las nubes.
—He visto uno caoba, me gusta come se ve y siento que al yo ser tan pálida quedará bien. Ahora que ya no sé qué hacer, creo que es un buen momento para hacer el cambio.
Hace dos meses fue mi graduación del colegio y aún no sé qué es lo que quiero para el resto de mi vida, siento que es una decisión tan pero tan importante que no quiero meter la pata y hacer algo que no me gusta o que en este momento puede gustarme y en el futuro no.
—Hazlo mi amor, si es lo que quieres entonces vamos, yo también quiero un nuevo corte.
—¡Vamos ahora mismo!
Ese ahora mismo se convirtió en una hora después de que almorzamos en familia y luego papá —un poco rehacio a mi decisión de cambio de look— decidió llevarnos a todas a una tarde de chicas.
Es un hombre bendito, todos los hombres que conozco siempre han dicho que quieren un hijo hombre, excepto él, papá ama tener a sus mujeres y desde que tengo uso de razón, no lo he escuchado decir que quiere un niño, o tal vez es porque Logan y los mini demonios de Emmanuel y David.
Entonces mientras papá nos espera leyendo una revista de moda, mamá, mi hermana y yo recibimos un masaje de piernas, manicure, pedicure y yo un cambio de color.
—También me gustaría un corte, como hasta por acá —pongo mis manos a la altura de mis hombros y veo como los ojos de mamá que salen de órbita..
—¡¿Qué?!
—Es un muy buen cabello para donar —dice la chica y yo asiento moviendo mi cabeza de arriba abajo.
—Eso quiero.
—¿Estás segura?
—Lo estoy, mamá.
Hay que cerrar ciclos y esa es una buena manera de empezar.
El primer corte me tiene con el corazón acelerado, pero entonces mientras el cabello comienza a caer mucho mejor me voy sintiendo y la sonrisa es verdadera en mi mente, papá no ha visto que ahora tengo el cabello demasiado corto, se va a morir cuando me vea, siempre le ha gustado mucho mi cabello.
Mi hermana y mi mamá ya están listas y hermosas y están a mi lado viendo mi transformación, mi hermana graba todo con su teléfono y yo realmente me siento muy feliz.
El cambio de color toma otro tiempo más, pero cuando terminan conmigo y me veo en el espejo, sé que he tomado la mejor decisión del mundo.
—Te ves hermosa —me dice mamá y mi hermana le da toda la razón.
—Es cierto, no creí que quedarías bien, pero si.
—¿Gracias? —ruedo mis ojos pero termino riendo.
Paso mis manos por mi cabello y es bastante impactante sentir lo corto que está, ahora mis dedos se deslizan con facilidad y no tardo un montón en hacerlo. El color es lo que más me ha encantado.
—De verdad me gustó mucho, muchas gracias.
Soy muy sincera con la chica que me ha atendido, sé que hay quienes van y mienten sobre estar felices cuando no obtienen lo esperado, pero realmente yo estoy muy satisfecha con el resultado.
Mamá camina hacia papá y amo la manera en la que él le dice cuán hermosa está y aunque seguramente él la vea igual que siempre porque realmente mamá no se hizo un gran cambio, parece que le dijera que se ha hecho un cambio extremo. Son demasiado hermosos juntos.
Entonces, papá hace lo mismo con Laura y luego él me ve, sus ojos se abren demasiado y niega con la cabeza, no sé qué es lo que está pasando por su cabeza y siento que me odiará por verme así, no le afecta en nada, pero no estoy comprendiendo su actitud.
—¿Mía? —pregunta él como si no me reconociera, muevo mi cabeza confirmando y siento sus brazos alrededor de mi cuerpo —. O mi pequeña, estás hermosa, realmente hermosa, ese color de cabello te queda increíble y ese corte, oh dios mío, eres muy hermosa.
Río con los ojos llorosos y un nudo en mi garganta, Trevor Clark, mi padre, siempre tiene ese no sé qué que me vuelve muy sentimental.
—Te amo mi chiquita mía.
—Y nosotras te amamos a ti —dice mamá y todos nos abrazamos.
Amo a mi familia.