Sabía que esto era una maldita locura. Solo había dos cosas de cómo termina una aventura, odiándose o amándose. Pero no quiero ninguna de ellas. Sawyer me mira esperando mi reacción y fue la que quise desde la primera vez que lo vi. Me acerqué y me puse de puntillas para llegar a él y acerqué mis labios a los suyos y él me atrapó con su boca. En el momento en que unimos nuestros labios todo en mi quedó olvidado. Me dejé llevar por la sensación de su suave beso, jugueteó con mi labio inferior y que luego se volvió más necesitado hasta el punto de dejarme sin aliento. —Hasta tus labios son tan deliciosos—me susurro entre besos. Pensé igual, obvio no se lo iba a decir. Sawyer se separó de mí y me miró con mucha determinación. Me empezó a desnudar y tuve un momento de vacilación, pero recor