Apretó sus puños con tanta fuerza como pudo, y tensó su mandíbula cuando uno de sus propios guardaespaldas tomó a Catherine entre sus brazos, Luke había dicho que la fiesta sería para todos por lo que incluso ellos tenían derecho a escoger una prepago. En un principio quiso mandar todo al carajo, tomarla de la mano y salir de ese lugar para exigirle una explicación, después de unos segundos su razón hizo acto de presencia y pensó las cosas, en lo arriesgado que sería. Pondría al descubierto a su esposa, Serkin haría muchas preguntas donde saldrían a relucir sus hijos, los cuales no pondría en peligro por nada en el mundo, no sabía con quién más tenía contacto, o si incluso alguien más los vigilaba a la distancia, tampoco podía matarlo cuando Catherine estaba ahí, era todo una maldita locura.
Como fuera tenía que aparentar aunque estuviera muriendo de celos, Edwin sufriría su furia y las consecuencias por haber tocado a su esposa como lo hacía en ese momento, Catherine no había dicho nada, estaba concentrada en su trabajo, sí, acariciaba coquetamente el cabello de Edwin mientras él la sostenía fuerte de su cintura y la pegaba a su cuerpo, mientras no dejaba de mirar hacia su dirección. Marcus no estaba libre de pecado, ya que una de las chicas estaba sentada sobre su regazo mientras una de sus manos se mantenía en sus muslos, por un momento pensó ver en sus ojos un poco de enojo, tal vez celos, pero lo descartó de inmediato cuando Shay desvió la mirada hacia Edwin y le sonrió con descaro.
La chica sobre sus piernas reía y besaba su cuello, no sentía absolutamente nada y menos teniendo al amor de su vida en frente suyo. Había olvidado por completo a Luke, quien era lo bastante ambicioso para tener a dos chicas, cada una a un costado de él, ya estaba ebrio y lo bastante caliente para seguir esperando.
—Dale Marcus, escoge a la o las que quieras que yo invito. —D'monte torció el gesto y empujó con sutileza a la chica en su regazo.
—La quiero a ella. —Señaló a Catherine. Por un momento, la rubia pensó en replicar hasta que recordó que estaba en su trabajo y tenía que hacer lo que le ordenaran. No era así como imaginó que volvería a ver a Marcus de nuevo, esto era tan vergonzoso para ella que no tenía donde esconder ese sentimiento y más cuando él la miró con decepción.
Shay tomó el lugar de la chica sobre las piernas de Marcus, esta vez el azabache no reparó en poner su mano donde le complacerá, primero acarició sus muslos hasta su redondo trasero, haciendo que el cuerpo de Catherine recordara sus caricias, tanto que se erizó por completo, su otra mano subió hasta su nunca donde la empujó hacia él, besándola con decisión y con algo de brusquedad, acto que hizo que la rubia se quejara sobre su boca, no le importó, quería que la tratara como una cualquiera, eso haría. Estaba tan furioso con ella, aun así, no podía dejar de lado el hecho de que estaba besando a Catherine después de tanto tiempo, sus deliciosos y llamativos labios seguían siendo tan perfectos como los recordaba, podía notar como se mantenía renuente ante su contacto, pero apenas coló una de sus manos debajo de su prenda tocando su piel desnuda, se dejó llevar. Había perdido la noción de todo e incluso su cometido, su mente estaba nublada ante el reencuentro, en como deseaba hacer suya a su esposa, entonces paró toda acción y la separó de él, se miraron a los ojos, ambos estaban abrumados por lo que estaba sintiendo en ese momento, Catherine mantenía los labios entre abiertos, rojos e hinchados con un visible rastro de baba que iba de su boca hasta la de D'monte.
—Que sorpresa, aún me recuerdas. —Dijo Marcus señalando sus bragas mojadas. —Catherine se mordió el labio con desdén y se acercó a él con cuidado.
—Lo mismo digo —exclamó sintiendo el prominente bulto debajo de sus muslos.
—No necesitan hacer esto aquí. —Luke y todos miraron la escena sin escuchar lo que se habían dicho, todo había sido tan intenso y caliente que hasta los mismos espectadores pudieron sentir la química y la lujuria que desprendían sus cuerpos—. Jace, guíalos a una habitación —ordenó mientras le guiñaba el ojo a D'monte.
No lo pensó dos veces antes de tomar a Catherine de la mano y seguir al guardaespaldas de Serkin, no haría lo obvio, ya que a pesar de que se moría por estar con ella no era ni siquiera el momento ni las circunstancias adecuadas, necesitaba una maldita explicación. Cuando Jace los dejó pasar a una de las habitaciones de huéspedes, lo bastante lejana de donde estaba Luke por fin pudo destaparse.
—¿Me quieres explicar que hace la madre de mis hijos vendiéndose como prepago? —Marcus no pudo aguantar más, la tomó por los hombros exigiendo una respuesta. Catherine enmudeció ante su actitud, no tenía ningún derecho a reclamarle.
—Contesta... —siguió diciendo, pero entonces las ganas de besarla de nuevo surgieron, estuvo a punto de acercarse más a cuando en un movimiento rápido y ágil ya se encontraba sobre el suelo, sometido por la rubia—. ¿Pero qué mierda?
—No te atrevas a tocarme de nuevo. ¿Entiendes? —Catherine habló severa sobre su nuca. Marcus no entendía como pudo terminar así—. ¿Entendido? —Preguntó de nuevo jalando más de su brazo.
—Está bien, está bien —dijo apresurado. Catherine lo soltó y se alejó lo suficiente de él, su identidad había sido comprometida. —¿Qué carajo está pasando?
—Tengo que salir de aquí. —D'monte pensó que hablaba sola, sin embargo, en realidad no lo estaba haciendo—. ¿Qué si hay algún problema?—. Observó de soslayo a su esposo y entornó los ojos llevando una de sus manos a su oreja—. La hay.
—Disculpa. ¿Con quién estás hablando? —Catherine alzó la mano para que se callara y escuchara nuevas indicaciones.
—Está bien, eso haré. —Sacó de su oreja un pequeño chícharo y lo botó por algún lugar de la habitación, miró a Marcus antes de sacar un arma que llevaba escondida en una de sus piernas y apuntarle con ella.
El azabache abrió sus ojos en demasía, no entendía nada en absoluto, pero la mirada decidida de Catherine le dejó saber que no estaba jugando en lo absoluto. Alzó sus manos, se encontraba con la guardia baja.
—Lo siento Marcus...