Capítulo 1

2364 Words
Los cuatro se encontraban en el despacho, cada uno haciendo su trabajo, Marcus revisaba los movimientos bancarios de Luke de hace quince años, buscaba indicio de alguna transacción después de su supuesta muerte, junto con Sasha mientras Joseok trataba de averiguar si su rostro coincidía con la identidad de alguien. Víctor se encontraba en una de las esquinas, su mirada estaba concentrada en el portátil en frente suyo, ya que Frack había sido el encargado de seguir de cerca al sujeto misterioso, llevaba una cámara y micrófono oculto, todo se estaba trasmitiendo en vivo mientras se encontraba en una discoteca muy famosa en el centro de la ciudad. Víctor alzó una mano llamando a todos en la habitación, esto se estaba poniendo interesante... Frank vigiló desde lejos a su objetivo, conocía a Luke desde hace mucho, era un tipo de pocas palabras, mal encarado y con olor a tabaco, nunca le agradó si se lo preguntaban. Los D'monte y Serkin iniciaron una sociedad en ese entonces, el padre de Marcus tenía la mercancía mientras Serkin contaba con el transporte para distribuirla por mucho más países. Pero como en todo negocio, la codicia era un mal enemigo para ambas partes, Serkin jamás lo admitió, pero todos sospechaban de él cuando la guerra contra los Milani se desató, la familia contraria tenía mucha información sobre los D'monte, como eran horarios de embarcaciones, las direcciones de las casas de seguridad y bodegas. Pero la verdadera masacre empezó cuando mataron al pequeño Christopher y Luke desapareció. Marcus lo culpó al instante, ya que solo él estaba enterado de la salida de su hijo de ese día, después de que el padre de Catherine lo recogiera de la escuela, lo pondría a salvo al subirlo a un avión con destino a España donde la tía de Marcus lo esperaría, por desgracia eso jamás pasó. Los Milani mataron a sus padres, eso lo orilló a tomar una decisión que hasta ese día lamentaba, al menos el sacrificio había puesto fin a la guerra, después de eso todo fue en ascenso convirtiéndose en el hombre más poderoso del Nueva York. Todas las piezas encajaban respecto a Serkin. Frank tomó de su copa sin quitarle la vista, ahora la pregunta era si se trataba del verdadero Luke y por qué había regresado después de tantos años. En ese momento lo averiguaría, bebió de un solo trago todo el alcohol y se dispuso a ir hacia él. Acercándose lo mayor cerca posible sin levantas sospechas. —Sé cuidadoso —Víctor dijo sobre el parlante. —No me subestimes —respondió Frank observando cuantos guardaespaldas llevaba Luke consigo. La tecnología de su cámara era extraordinaria, ya que podía tomar fotos en alta resolución gracias a su sensor CMOS de 24.1 megapíxeles. —Joder, claro que es él —Marcus exclamó furioso—. El hijo de puta aún mantiene el tatuaje de dragón sobre su mano. Las imágenes fueron claras y no hubo duda alguna. —¿Cómo pudo sobrevivir por tanto tiempo sin dinero cuando su cuenta sigue intacta desde hace años? —preguntó Sasha. Habían buscado, pero nada parecía fuera de lo normal. —Pudo empezar desde cero en otro lugar —Víctor musitó. —No lo hizo —Joseok interrumpió atrayendo la atención de todos—. Les presento a Fredek Ivanov. —Les mostró la foto de Luke que una revista Rusa había publicado hace algunos años—. El maldito cambió su nombre. Según la información es un importante CEO en Rusia desde el 2001, diez años antes del acuerdo con los D'monte. —Todos se quedaron impactados. ¿Qué significaba esto? —Entonces tal vez Luke Serkin no sea su verdadero nombre o tal vez el falso sea Fredek Ivanov. ¡Ay! —Sasha se tomó el cabello, confundida. —No me importa como se llame ahora o en el pasado, es él y se va a arrepentir de haber regresado. —Sus ojos se oscurecieron—. Frank ¿Sigues ahí? —Afirmativo. —Espérame en ese lugar, iré para allá. —Tomó de nuevo su arma. —Espera Marcus. Pensé que habías entrado en razón, así no se hacen las cosas. —Sasha miró a Víctor, después de ella, el único que se atrevía a decirle algo era él, necesitaba que interviniera. —No te preocupes. —Palpó su hombro—. Usaré la cabeza, de eso puedes estar segura. Ahora escuchen con atención y les diré lo que haremos. —Los miró serio y los aludidos asintieron. . . . ⚜ . . . D'monte bajó de su auto, se acomodó su traje y le entregó las llaves al valet parking mientras miraba expectante la entrada de la discoteca, la cual estaba atiborrada de gente que esperaba entrar, Marcus se hizo espacio entre ella hasta entrar al lugar seguido por algunos de sus guardaespaldas. No quería llamar mucho la atención pero era difícil cuando era el dueño de la ciudad. El hombre fornido encargado de la discoteca lo guio hasta el área VIP entregándole una carta para que ordenara lo que quisiera, todo iba hacer parte de su plan. A la distancia divisó a Frank quien estaba expectante a cualquier señal y ambos asintieron cuando se miraron. Todo parecería mera coincidencia, el encuentro estaba a la vuelta de la esquina y tenía que admitir que se encontraba ansioso, aunque sabía que no podría matarlo al instante. Todo lo que hiciera a partir de ese momento definiría el comienzo de su venganza. Pidió una copa para esperar pacientemente, se situó en una zona que lo dejara a la vista de todos, mientras estaba sentado con las piernas cruzadas y la mano extendida sobre el respaldo del sillón de color rojo, con su mirada fría, mirando a la nada. Tuvo que esperar unos insufribles quince minutos, la paciencia no era una de sus virtudes, hasta que uno de sus guardaespaldas se inclinó para susurrarle que el pez había mordido el anzuelo. Marcus sonrió ladino y asintió, antes de que Luke pasara con otros dos de sus guardaespaldas observándolo con precisión, D'monte lo miró igual al levantarse de su asiento, fueron unos segundos, hasta que Serkin soltó una sonrisa y abrazó efusivo a Marcus, el azabache le respondió, era el momento de actuar. —Muchacho... tanto tiempo sin verte. —Siguió sonriendo, le dio unas palmadas sobre su mejilla, como signo de saludo. —Cuándo me dijeron que estabas vivo no pude creerlo, no pensé que fueras tú en realidad, ni tampoco pensé encontrarte aquí. —D'monte señaló el lugar. Estaba reteniendo las ganas de molerlo a golpes ahí mismo, tanto tiempo había esperado ese momento, sabía que solo prolongaría su muerte para hacerla mucho más insufrible. —Iría a verte en cuanto me instalara, pero antes quería pasar un tiempo visitando mi ciudad... Marcus frunció su mirada fría. Era momento de dejarle en claro quién era el nuevo jefe. —¿Tu ciudad? Creo que desconoces como han cambiado las cosas aquí. —Alzó su barbilla—. Te fuiste sin dejar rastro cuando la guerra con los Milani se desató. —Lo hice para protegerlos. —Se escudó Luke—. La DEA estaba pisándome los talones, tuve que huir para no implicarlos a ustedes. Sabía que podrían con los Milani más no con la maldita policía A pesar de que no le creía ninguna de sus palabras tenía que admitir que era muy bueno para aparentar las cosas, su semblante era sincero, pero negó, sabía lo que había hecho e iba a pagar por ello cuando menos se lo esperaba. —Mi padre creyó en ti y al menos tengo que respetar su legado —Levantó su mano como saludo. Serkin no dudó en tomarla, soltando una risita. También le tocaba aparentar muy bien si quería que esto funcionara. —Pero tengo que felicitarte, eres un digno sucesor de tu padre, has hecho prosperar el negocio y es por eso que he regresado. —¿Vienes hablar de negocios? —Serkin asintió. Marcus señaló el asiento a su lado, lo escucharía por simple curiosidad, después de eso su sentencia estaría escrita. —No podemos hablar aquí. —Miró desconfiado a su alrededor—. ¿Por qué no revivimos los viejos tiempos?— Sonrió y Marcus recordó los momentos que compartió con él. Luke fue su amigo, pero al ser mayor lo sintió como el padre que siempre quiso que fuera el señor D'monte. Marcus fue un adolescente que solo quería divertirse, el alcohol y el sexo eran una buena mezcla para eso y Serkin le dio todo en bandeja de plata, por eso es que entendió cuando musitó las anteriores palabras y su rencor fue mucho más fuerte, en verdad pensaba que había aprecio entre ambos. Con el paso del tiempo y la experiencia, descubrió que en su mundo no existía tal cosa, a menos que demostraran su lealtad con hechos. —¿Qué tienes pensado? —Marcus lo miró serio y Luke sonrió ladino. —Ay una fiesta esperándote en mi casa. —¿En tu casa? Pensé que te quedabas en un hotel. —Frunció el ceño. —Marcus, creo que olvidaste con quien estás hablando, siempre mantengo mi perfil. —D'monte lo sopesó. Ir con él podrían significar dos opciones, que estuviera diciendo la verdad y tener el escenario perfecto para liquidarlo o que, fuera una trampa y que supiera lo que había planeado, pero... ¿Cómo lo sabría? Miró de soslayo a Frank, seguía con la guardia en alto, hace mucho que no se arriesgaba así y su sangre empezó a bombear más de lo normal, nada como la adrenalina del peligro. Le dio una señal a uno de sus guardaespaldas, este se inclinó de nuevo para escucharlo decir lo que haría a continuación, solo para que los demás estuvieran atentos. Podía prever a su hermana maldecir ante su decisión, para su mala suerte no podía estar ahí para detenerlo, se puso de pie y asintió ante la invitación. —Espero que no me decepciones —dijo socarrón. —Tengo a las mejores prepagos para ti... Marcus sonrió ante la expectativa y lo siguió hacia la salida, siempre en compañía de sus guardias. Luke se subió a su 4x4 mientras él, tomó su Audi junto a tres guardaespaldas, siguiendo a Serkin. Enseguida su celular empezó a sonar, sin ver, sabía de quién se trataba, así que la puso en el alta voz. —No sé que estés pensando, solo recuerda que no por querer vengar a uno de tus hijos, olvides que tienes a otros dos que te aman. —No planeo morir, Sasha. Luke cree que somos tan amigos como en el pasado, solo quiero recordar viejos tiempos y después... —Su mirada se intensificó apretando el volante—. Terminaré con él. Escuchó como su hermana resopló frustrada. —Cuídate —musitó resignada—. Y ustedes, más vale que cuiden de mi hermano, lo quiero en casa sin ningún rasguño o yo misma me encargaré de cortales las pelotas. —Marcus soltó una risita. —Los dejaste mudos del miedo, hermanita. —Que bueno que mantengas tu sentido del humor en estos momentos —exclamó irónica. —Debo colgar. —Se puso serio cuando se sintió más cerca del peligro—. Estamos a punto de llegar... —D'monte —habló Víctor. —Frank estará cerca por si se presenta cualquier imprevisto. —Sí. —Marcus se puso serio al aparcar en una casa enorme y luego colgó. —La tenías bien escondida, maldito —musitó para sí mismo, esperando que el portón eléctrico se abriera para dejarlos pasar—. Estén atentos. —Miró a sus guardaespaldas sobre el espejo retrovisor. Los tres sujetos asintieron con sus rostros serios—. Pueda que hoy sea una noche sangrienta. Condujo hasta el interior de la residencia, como era de esperarse, Luke era demasiado excéntrico con sus gustos, se encontraba un grupo de músicos tocando en una esquina, su gusto por la música clásica lo llevaba a querer escucharla en vivo, mientras unos meseros llevaban bocadillos en charolas, la soledad no había sido buena con él. Los guardaespaldas sonrieron cuando incluso a ellos les ofrecieron aperitivos. Marcus no dijo nada al respecto, sería bueno saber a través de ellos si lo que consumía no tenía nada fuera de lo normal. Serkin señaló el amplio sofá color n***o cerca de la enorme piscina, el panorama era espectacular, ya que la residencia estaba ubicada en una de las colinas más exclusivas, podían apreciar las luces de la ciudad en todo su esplendor. Uno de los meseros se acercó a él y le ofreció una copa de champán y bocadillos, optó por solo tomar la copa. —Pero no seas modesto —dijo Luke—. Vamos a divertirnos, ponte cómodo que en un momento vendrá la diversión. —Rio. Tomó uno de los canapés de la mesa de centro y se lo comió con decisión, se veía entusiasta. Marcus desabrochó el botón de su saco y tomó asiento de la misma forma que en la discoteca. Miró de nuevo el paisaje y respiró profundo, recordando la vez que llevó a Catherine de paseo al bosque y contemplaron algo parecido, fue en ese momento que le dijo que estaba embarazada de Diego, no imaginó ser más feliz en ese momento. —Señor, ya llegaron... La voz de uno de los guardaespaldas de Luke lo hizo regresar a su realidad, lo miró curioso y a su vez este le regresó el gesto sonriente en el momento en que vio a varias chicas entrar. Eran prepagos, pero entonces todos sus pensamientos y acciones se vieron arrasados y superados por la conmoción de ver a su aún esposa, entre ellas. Ambos se miraron con estupor, ninguno de los dos esperó ver al otro en ese lugar, y cuando Marcus empezó a escudriñar su cuerpo, el cual cubría con solo ropa reveladora y tan malditamente provocativa, la idea de que Catherine estuviera vendiéndose de nuevo lo llenó de tanta rabia, que no le importaba hacer un maldito escándalo en ese momento, y sacarla de ahí.
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