Viene un hombre caminando hacia donde nosotros, noto que Robert se pone nervioso, no comprendo, Robert que tiene que ver con aquel señor que por encima se nota que es de muy buena familia.
—Robert que bueno encontrarte, sabía que estarías destrozado puesto que mi hija es una mujer que no se puede olvidar fácilmente, yo sabía que estabas enamorado de ella, bueno, aunque muchas veces lo dudé salió siendo la realidad —aquel hombre solo habla, aun cuando Robert no le entiende nada.
—No puedo opinar exactamente lo mismo señor, porque precisamente el sentimiento no es mutuo. Todos sabemos que Xiomara está mejor sin mí, así que no me busque problemas; porque precisamente ella lo aceptó así fuera a la fuerza. —Robert me está haciendo entender, que solo yo debo ser la mujer que lo marque.
—Veo que estás bien acompañado, espero que solamente sea una amiga tuya porque tan rápido cambiar a mi hija no sería de un caballero, sé muy bien Robert que varias veces te he dicho que te apartes, sin embargo, esta vez estoy suplicando por ella; estoy pasando por el peor momento de mi vida en el cual presiento que puedo perder a mi hija —habla el hombre, que por un momento siento que me está coqueteando.
—Nada de eso, no tengo que darle explicaciones a usted señor, dígame que busca dejé de simular que le agrade porque los dos sabemos que usted nunca me aceptara —habla Robert, me quedo mirando admirando la valentía que él tiene.
—Es algo muy urgente, sabes que si no fuera así jamás perdería el orgullo contigo, Robert voy a suplicar que me acompañes. No tengo problema que vayas con la chica que te acompaña. —El hombre guiña uno de sus ojos siendo muy directo, Robert se da cuenta y se le nota los celos que empieza a sentir.
—No, ella tiene muchas cosas por hacer, lo más coherente será no molestarla más. —Robert me da la espalda, no espero ni un solo segundo y me voy, no perderé mi dignidad y menos estando delante de otras personas.
Llegó de nuevo a mi casa, mi mamá me está esperando en la sala y ya debe estar preparada para una larga conversación la cual no voy a aguantar.
—¿Qué quieres? —Abro mis ojos.
—Deja de hablarme así porque yo soy tu madre. —Ella se levanta y llega hasta donde mí, levanta su mano y me da una gran bofetada.
—¡Estás muy mal! Recuerda que tú dependes de mí, porque, aunque constantemente trates de expresar lo contrario soy yo la que te da dinero. —Quiero que ella vea que, si soy indispensable, no como ella que en nada me contribuye.
—Ahora no me salgas con esas cosas, ese muchacho no es para ti, me lo agradecerás cuando estés comprometida con el profesor, porque yo acabo de tomar la decisión de que él será el hombre definitivo para ti, es muy adinerado y por más de que busquemos otras personas ninguno lo superará. —Ella me está diciendo parte de los planes, los cuales me dejan demasiadas dudas.
—No voy a hacer nada de eso mamá, nada me asegura que tú no te vas a meter entre ese hombre y yo, me di cuenta que el profesor y tú sintieron algo extraño puede que esté interesado en ti y no en mí. —Quiero que ella entienda que resolver nuestra vida también es su responsabilidad.
—Posiblemente eso es cierto, pero te aseguro que nada haré —ella dice dudando, haciéndome sentir muy insegura.
—Total todavía no he decidido hacer las cosas que tú dices y este golpe créeme que jamás te lo voy a perdonar, no tengo porqué soportar esto. —Me cruzó de brazos, pero eso a ella le da risa.
—Algún día dejarás de ser tan ingenua Alison porque de amor nadie vive, solo ruina traerás a tu vida y más con ese muchacho. —Ella tiene una revista de vestidos de novia, en realidad está muy acelerada organizando las cosas.
—Ya lo soy, sabes que jamás había sentido algo tan bonito por un hombre, es que con todos es llegar a la cama, para luego sacarles el dinero y dejarlos obviamente, ninguno de ellos me ha hecho falta, pero con Robert es diferente, con él estoy cómoda y aunque no esté vestida de una manera sensual el así me hace sentir. —Suspiro al terminar de hablar, definitivamente si me estoy enamorando.
—Cuando las mujeres dejan que su corazón sienta, todo se convierte en un desastre, así que no quiero escuchar más esas barbaridades de ti. —Ella me agarra la cabeza, intentando meterme toda su información a la fuerza.
—Definitivamente en la última persona que puedo confiar es en ti, no debí haberte hablado de él. —La observó, lo hago sin miedo de nada.
—No me importa que me cuentes las cosas porque todo es patético escucharlo, tú nada pensabas hacer, pero como siempre las cosas te salen mal hija, supongo que unos cuantos segundos después y te encuentro desnuda en la cama con ese hombre. Jamás dejarás de parecer una puta Alison. —Ella me empuja, aprieto los puños de mis manos solo para contener las ganas de golpearla, no lo puedo hacer ella es mi madre.
—Yo no soy una mujer así y por más de que hubiera seducido a Robert, él no me hubiera tocado —grito y caminó hacia ella, enfrentándola así sea con solo palabras.
—Claramente que es porque no le atraes, tal parece que hasta ser mujer te queda grande Alison. —Ella se va, pero yo haré que recapacite, al menos eso espero.
Ya debería haberme acostumbrado a estar sola, pero no lo he hecho continúo con la esperanza de conseguir una familia, no sé en qué momento mi mamá me metió en la cabeza que es tan importante el dinero, que ni yo sé cómo hacer sin todo lo que tengo.
Por lo menos supiera donde vive Robert, lo buscaría para evitar que vuelva con Xiomara, pero es lo que va a pasar y para él sería lo mejor, aunque mi corazón no lo acepten él merece ser feliz, aunque lo ideal sería que fuera conmigo.
A quien quiero mentirle, no lo puedo hacer yo misma estando sola, la mentira se convirtió como algo normal, pero la verdad siempre está en la punta de mi lengua, es que prefiero que Robert siempre me vea con otros, pero yo a él sin ninguna mujer a su lado.