Capítulo 12: Mal

1095 Words
Robert Entró a la casa de Xiomara yo solo, no comprendo qué es lo que quieren demostrar porqué ganas de regresar con ella no tengo, subo directamente hacia la recámara de ella haciendo lo que su padre me encargo. Abro la puerta y ella realiza un sonido que hace que ella levante su cabeza, me doy cuenta que está muy mal. —Sabía que ibas a venir a buscarme, lo nuestro no tiene fin, sabes que solamente estoy suplicando para que tú me perdones, porque si me dejaste es porque soy la culpable. En tu mirada se nota que todavía estás enamorado mí amor, ven hasta aquí. —Xiomara levanta su brazo lastimado, no entiendo qué está pasando. —¿Fuiste tú la que hizo esa locura contra tu cuerpo? ¿Xiomara dime la verdad? Tú no eres así, no me digas que cambiaste ya, sabes que, aunque ya no exista nada no te quiero perder, quiero verte triunfar y que cumplas todos los sueños que siempre me cuentas, —llegó hasta donde ella está, tocando con mis manos las heridas que todavía están votando dolor. —Lo hice porque me hiciste entender que yo lo merecía, que debo arrepentirme de formarte una escena de celos por todo, así que ya estoy entendiendo las cosas. —Ella arrugó su frente, está a punto de llorar. —Xiomara jamás fue mi intención que tú pensaras eso, sabes muy bien que las mujeres son lo más valioso para mí y tú haces parte de ellas. De hecho, tienes un lugar muy importante en mi vida, si necesitabas hablar me hubieras dicho —digo, no entiendo en que le puedo ayudar yo. —Lo único que me hacía falta era tu amor, pero ya llegó como si fueras un milagro. Robert no podemos llevarle la contraria al destino, mi amor si ya te divertiste con alguna mujer no te preocupes que yo te perdono. —Ella saca su pierna, pero lamentablemente jamás sentiré ganas de tocarla. —Sabes que no hay nada que salvar ya, yo también te he hecho mucho de menos, pero por más de que extrañemos, no podemos vivir en una agonía no puedo hacer todo lo que tú me pidas porque estoy enamorado de otra mujer y lo sé porque mi corazón me lo dicta. —Yo sonrío, sé que soy un idiota no lo debo hacer delante de Xiomara la hago sentir peor, pero Alison me está enloqueciendo, aun cuando estar con ella es un reto me mandaré como si nada. —Concuerdo con una parte de lo que tú dices, pero no con todo, que estés ilusionado con otra mujer es algo pasajero porque Alison es una mujer de muchos hombres, por encima se le nota a ella —Xiomara habla, me está fastidiando como nunca. —Sé muy bien que no te agrada, pero sabes que es ella de la que hablo, Alison es estupenda, ella me está haciendo soñar por primera vez. —Sonrió, nuevamente término exaltando a Allison delante de Xiomara. —Todo eso me lo hice porque tú me dejaste, pero para que no seas tú el responsable, acepta que regresemos eso será lo mejor así no tienes que cargar con culpas mi amor. —Ella se sienta, está tratando de colocarme a mí una venda en los ojos para que mi mundo sólo sea ella. —Sabes que no es lo correcto ser así Xiomara —hablo. —De nada me ha servido tener educación y modales, porque mira hasta dónde llegamos. Solo me toca ser inteligente, que sepas que solo yo haré brillar tu vida. —Ella muerde su boca, solo está soportando lo que conlleva no ser querido, quizás yo pasaré a tener el mismo lugar que Xiomara, pero en la vida de Alison. —Para tu vida sí así que aplícalos. —Ya me siento sofocado con todo el control que siento de ella hacia mí. —Yo me puedo convertir en una mujer perfecta, porque si tú me dejas, terminaré con todo y posiblemente terminaré siendo polvo nada más. —Ella ya está llorando, cometí un error al siempre besarla con dulzura sin sentir algo. —Xiomara tú ya lo eres, pero para otro hombre lo serás más, cada palpito que da tu corazón es muy valioso; yo puedo contratar a un psicólogo sé que no tengo mucho dinero, pero reuniré lo que sea para que tú estés bien y termines por sanarte —hablo emocionado creyendo que funcionará. —De lo único que puedo estar enferma es de amor, yo me humillé ante mi papá para que te trajera, sé qué hace un momento parecía emocionada, pero fui yo y se me nota porque yo te adoro Robert. Estaba pensando que a ti te toca muy difícil trabajas demasiado, mi amor así que eso puede cambiar y quiero que tú estés en la empresa de mi papá, él te va a pagar hasta el triple porque si su condición es que tú seas millonario, aunque me toque sacrificar toda mi herencia lo vas a hacer. —Ella me toca mi mano para colocar encima un anillo. —Sabes muy bien que para proponer matrimonio algo se debe sentir, por eso mismo no te lo puedo aceptar —expresó. —Bueno ya más adelante será, lo voy a guardar muy bien, aunque me gusta que estés pensando en eso, porque esto solo era un antes. —Ella mete el anillo dentro de su busto—. Pero sabes que se ve muy mal rechazar las buenas voluntades. —Ella se quita el tendido y está desnuda, jamás en todos los años de relación la había visto así. —Cúbrete no quiero que sientas que soy un pervertido —hablo, estoy intimidado, pero no es de una manera agradable. —No puedo creer que no te hayas dado cuenta que es lo que quiero que seas, a ver tú no me puedes cambiar por el cuerpo de Alison, el cual debe estar tenaz, sabes que muchas personas comentan cosas de ella y qué mal que tú no pongas cuidado, por algo lo dicen en cambio de mí nunca pasaría eso. —Ella tiene su boca llena de saliva, alcanzó a percibir tanto. —Por eso mismo quieres parecer una santa entonces no hagas eso. —Tiro el tendido dejándola a ella muy cubierta, jamás me había comportado tan patán—. Lo siento mucho, pero eres solo una amiga para mí. —Busco irme, pero ella empieza a entrar en un estado de pánico.
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