En los brazos de ella

Capítulo 10: Todo esta destrozado

Alison

Ahora nadie me saca de este problema en el que ni yo entiendo cómo seguir, no puedo seguir si continúo pensando tanto en Robert.

—Vete ya mismo de mi casa Robert —hablo, no quiero que él llegue a consolarse, entre los brazos de esa mujer, Xiomara jamás lo merecerá tanto como yo.

—Eso es lo que quieres que yo haga, es lo más ilógico que te he escuchado ¿Me puedes decir qué requisito hay que cumplir para conquistarte? Aunque no me lo debes responder, tu altivez lo dice todo, solo te importa el dinero. —Él se ve muy desanimado.

—Para mí no es de esa manera, no tengo como responderte lo que yo quiero, porque simplemente me toca hacer otra cosa, es por eso que te deseo que seas feliz. —Voy con impulsó a salir, hasta que escuchó unos pasos y algo peor no me podía suceder, que venga mi mamá termina por ser fatal.

—¿Estás esperando a un hombre? —Robert ahora sí busca salir, pero encerrado es que debe estar. Sé muy bien que, si mi mamá lo conoce, no tardará nada en destruirlo minimizándolo como lo peor.

—A nadie ¿estás tratando de insinuar que soy una mujer fácil? —pregunto.

—Jamás lo haría, pero tus palabras dijeron demasiado. —Él demuestra que ya está cansado y no quiero que esto pase, lo que más anhelo es que Robert no se canse nunca de insistir.

—Precisamente es mi mamá la que llegó —hablo.

—Perfecto me encantaría conocerla, aunque ella debe ser muy parecida a ti —Robert está hablando, me da tanta angustia ni le colocó atención a él.

—¿Alison estás por ahí hija? Quiero que me traigas buenas noticias de tu nueva conquista —dice mi mamá, yo salgo afanada, sé que Robert se dio cuenta, sin embargo, no puedo dejar que mi mamá hable más de la cuenta.

—Aquí estoy mamá, pero este no es el instante adecuado para tocar esos temas. —La observó, las dos nos entendemos muy bien y ella sabe que tenemos una visita inesperada.

Robert termina por asomarse, él tiene una gran sonrisa la cual debe de ser fingida.

—Hola, imagino que tú eres un conocido de mi hija, Alison como siempre teniendo tan buenos gustos —mi mamá habla exactamente cómo lo hace con cada multimillonario que conozco y ella lo deja como una opción para que termine siendo mi esposo.

—Sí, precisamente lo soy, pero con ganas de ser algo más que un conocido, porque Alison es la mujer más bella que he visto. —Robert no deja de verme, por mí quiero que él mienta porque ser honesto solo lo obligará a no estar conmigo.

—¿Pero dime de qué empresa vienes? Aunque eres demasiado joven, me imagino que puedes ser el heredero de una gran fortuna —dice mi mamá.

—¡Ya basta mamá! —expreso bien alto.

—Para nada me incomoda a mí, no soy absolutamente nada de eso, estudió en la universidad con Alison, precisamente yo lo hago con una beca que me gané con mi esfuerzo —Robert habla orgulloso de lo que ha hecho, sin embargo, para mi mamá él ya empieza a ser una piedra en el camino.

—Ya entiendo todo, Alison tienes muchas cosas por hacer, deja de sembrar ilusiones a este muchacho porque absolutamente nada le podrías cumplir a él. —Mi mamá intenta continuar por su camino, pero las palabras de Robert no la dejan.

—Soy un hombre que se puede esforzar mucho trabajando. —Robert respira, me da frustración y demasiadas ganas de llorar, aunque defenderlo de nada servirá aquí únicamente cuenta la voluntad de mi mamá.

—No sé muy bien cómo es tu nombre y en verdad ya no me interesa saber, total no te seguiremos viendo más. —Mi mamá está menospreciando a Robert, la persona que menos merece pasar por algo así.

—Mamá déjalo, él no está haciendo nada. —Me estoy enfrentando a ella, de hecho, por Robert lo continuaría haciendo.

—No la que tiene que hacer eso eres tú, por algo él está ilusionado contigo porque no le dices todo hija, es que con los bolsillos vacíos jamás aceptarías a un hombre. —Ella está exhibiendo lo que yo menos quiero, ahora siento que jamás tendré un lugar más seguro, al que Robert busca ofrecerme.

—Por lo que veo lo que más persiste en esta casa es el interés —dice Robert.

—Por fin algo coherente espero que no tenga más que decir, Alison ha hecho sufrir a demasiados hombres, así que uno más no cambiará para nada su vida, entienda que si ella lo está aceptando es porque usted le conviene, pero no como pareja, tal vez como mensajero para que cumpla sus caprichos. —Mi mamá me voltea a ver, requiere que sea yo la que echa a Robert.

—Algo me dice que Alison solamente es una víctima suya, se nota que usted es la que planea la vida de su hija. Espero que te des cuenta que hay cosas más valiosas Alison, como te dije hace un momento me enloqueces y eso no cambiará. —Robert estira la palma de su mano, pero yo solamente se la cierro dándole la espalda.

—Mejor piense. —Mi mamá se sienta cruzando la pierna. Robert nos mira a las dos y sale de la casa, me quedo pensando hasta que recapacito y es que no lo puedo dejar marcharse teniendo una mala imagen mía.

—Alison ve hacia la vida de sueño que estás creando, —él empieza a correr, mientras que yo lo hago persiguiéndolo.

—¡No entiendes que eres importante para mí Robert! Las desilusiones solamente no te las llevas tú, constantemente las tengo yo y ahora que te conocí a ti todo me hace dar miedo es que me voy dando cuenta que estoy sola —gritó y luego de alejarnos unos metros él se frena.

—¿Entonces por qué no renuncias al destino que supuestamente tienes? Todo sería sencillo, en vez de estar fingiendo con otros hombres, porque seguramente son demasiados, eso es lo que me hace entender con tantas joyas… Precisamente tuve la desgracia de tener está vida. —Él me está invitando a hacer una locura, confieso que sin dinero no podría vivir.

—Eso es muy precipitado para contestar —hablo, la verdad es que me hace falta sentir que me aman de verdad, porque nadie lo ha hecho.

—Como no, probablemente. —Él respira, toma aire e intenta irse, pero sus pies no lo dejan.

—Tú me encantas Robert. —Soy honesta.

—Las mentiras nunca se te acaban, por lo menos no alcancé ni a besarte, porque me imagino que quedaría más idiota. —Él cubre su rostro y termina llorando, jamás había notado que un hombre lo hiciera.

—Ni yo comprendo cómo logró decepcionar tanto —acepto mis fallas, pero no sirve con él.