Capítulo 15: Evitar que el corazón palpite

1218 Words
Alison Sé que no debo estar celosa, esto simplemente es algo diferente que me está pasando, sin embargo, no me puedo controlar del todo. —¿No comprendo que se te olvidó decirme? —actuó bastante odiosa. —Solamente quería que supieras que no pienso regresar con Xiomara, ella ya no hace parte de mí —dice Robert, aunque mantengo seria por fuera, por dentro no dejo de gritar de la emoción. —¿Por eso no pierdes el tiempo? Sí porque me di cuenta como coqueteabas tú con mi mamá, definitivamente no tienes nada diferente a los demás hombres, simplemente alcanzas a ser hasta peor que los demás. —Frunzo involuntariamente mis hombros. —Creí que solo era yo el que estaba ilusionando contigo, pero definitivamente somos los dos, los que no podemos evitar que el corazón sienta. —Robert me toma las manos, este instante ya está descontrolado para mí y solo deseo besarlo. —Es que eres solo tú porque yo no. —Me quedo en silencio, observándole ese brillo de los ojos que me tiene cada vez más fascinada. —Siento que nunca me había enamorado porque todas las expectativas que tenía tú me las cambiaste. —Él levantó una de sus manos la cual terminó sobre mi mentón. —Necesito que te marches, entiende que será lo más coherente, solo trato de no lastimarte y tú te atraviesas en mi camino complicando más las cosas. —Le quito la mano y él la baja hasta mi cintura, todo para juntarme hacia su cuerpo. —No tienes que decir cosas que te puedes arrepentir. Alison te estoy amando como jamás lo imaginé y eso me da temor, aun cuando sé que tú estás igual; deberías dejar de obedecer a tu mamá, créeme que así lograras ser feliz —él dice. Tomó de la mano a Robert y lo llevó directamente hacia mi recámara, él no parpadea por admirarme. —¿Cómo sé que no me vas a despreciar? Porque perfectamente sé que te quiero sentir. —Colocó seguro en la puerta. —Estaría loco si lo llego a hacer. —Él acaricia mi espalda, lo hace con tanta dulzura, es tan diferente a todos los que simplemente buscan desnudarme y luego darme unas cuantas penetradas para así darme dinero. —Supongo que soy yo la que solo está pensando en locuras. —Levantó la tira de mi camisa. —Tienes miedo de besarme, porque sabes muy bien que no podrás despegarte de mí —él susurro muy cerca de mí. —Llegará el momento en que te partiré en mil pedazos —respondo, aunque él no me está preguntando. —Dicen que por amor se aguanta, entonces no adelantemos el tiempo porque este es nuestro momento Alison. —Robert se lanza y me besa, toda su fragancia de frescura entra en mí, haciéndome levantar en mi mente del suelo como una tonta. —Robert —digo suspirando. —Entiende que yo te puedo amar de todas las formas, aun cuando te deseo porque eres la mujer más sensual que he conocido, también te respetare inmensamente Alison. —Él besa mi frente y busca irse. —Sé que te estaba pidiendo eso, pero en verdad no es lo que quiero. —Lo jalo con fuerza, pero él me quitó con delicadeza. —Tal vez parezco un ridículo, es más lo debo ser, sin embargo, solo quiero que vayamos a pasos sin tener un acelerador. —Robert me da un tierno beso. Me quedo aquí sola, sintiendo que, aunque nada soy de él, desde ya le estoy haciendo daño con mis mentiras. Suena la puerta y me he acercado emocionada, sabía que Robert regresaría muy rápido. —No me imaginé que fueran a terminar tan rápido, porque supongo que estaban teniendo sexo, total para eso es lo único que te sirven los hombres, bueno también para sacarles dinero, pero con lo pobretón que es Robert; antes tú serás la que terminaras manteniéndolo. —Mi mamá se ríe, ella está apareciendo en un momento de felicidad que tengo para dañarlo, pero no la dejaré. —Él me respeta —digo. —¿Cómo lo sabes hija? Cuando esas palabras son tan desconocidas para ti, el hecho de que no te haya seguido la corriente solo explica que no le gustas —ella habla tan normal, cuando ni me conoce siendo mi madre. —Él me estaba diciendo la verdad en todo y eso no lo dudo, además no creas que siempre me tengo que comportar como una mujerzuela. —Le demuestro que estoy molesta. —Dices eso aun cuando sólo seduces a los hombres, admite que tenías tanta prisa todo para sentirte más mujer. —Ella se va, pero no dejaré que no escuche la verdad. —Entiende que algún día dejaré de ser un objeto, porque mi vida no será tan arruinada como la tuya. —Levanto mi ceja. —Eres tan estúpida para no darte cuenta que busco que precisamente seas exitosa, pero te falta tener más cerebro para planear. Ahora recuerda que soy tu madre, así que mídete niñita. —Ella se contiene de golpearme. Mi mamá seguramente podrá meterse en todo de mí, pero aquí dentro de mi pecho no puede, sencillamente porque tiene un candado el cual difícilmente puede abrirse, no obstante, como algo sorprendente Robert está metido. Ahora no sé cómo salir de estas locuras en las que me meto, simplemente tengo que ser muy cautelosa para que Robert no se dé cuenta que me involucraré muy pronto con nuestro profesor. Ya le quiero ver las expresiones a la estúpida de Xiomara, porque mientras yo aquí estoy sonriendo ella debe estar ahogándose entre sus lágrimas, lo cual es solo un triunfo más para mí, las dichas absolutamente nadie me las puede quitar. Sentir esas caricias solo me hacen querer tocar fondo con Robert, y sé que lo debo llamar de esa manera porque es arruinar todo mi trabajo por amor. Apenas abre la puerta para salir de mi recámara ahí está mi mamá, ella como siempre imponiéndose. —¿Qué quieres? —pregunto. —Solucionar las cosas contigo, sabes que eres mi hija lo más hermoso que yo alcanzo a tener en la vida —habla mi mamá. —Esas cursilerías a ti te suenan tan patéticas —expresó la verdad. —No me digas eso hija porque yo no quiero que discutamos, —ella me abraza como muy extraña vez lo hace. —¿Acaso me quieres convencer de algo? —digo porque de inmediato pienso en Robert. —¡De nada! porque tú misma puedes darte cuenta de mis intenciones, la idea no es que Robert cumpla con su cometido de separarnos. Yo estoy dispuesta a soportar verlo de vez en cuando contigo, pero imagínate cómo serán en unos años, si tú lo permites, sería capaz de con sus miserias acabar con tu belleza y eso no es lo que queremos —ella expresa angustiada, yo siento que es así. —Sabes perfectamente que desde muy niña soñaba con llegar al altar, y lo quiero cumplir —habló con confianza, porque presiento que ella me la está brindando. —Me encantaría verte así, pero con un hombre poderoso no con cualquiera. —Ella me consiente mi espalda, haciéndome pensar.
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