PALITO DE CARNE

1552 Words
KIRON En cuanto abrí los ojos, lo primero que vi fueron los rostros de los chicos, y posteriormente una habitación blanca. Sin que me dijeran, sabía que alguno de ellos me había traído a la enfermería, ya que lo último que recordaba era haber estado peleando con el rogue y después nada. —¿Te duele algo? –Preguntó, Eidan, acercándose a mí al notar que me había despertado. —Me duele el orgullo. –Solté, sin más, volteando los ojos mientras intentaba pararme de la cama, haciendo tronar mi cuello. —Creo que nos duele a todos. –Respondió, encogiéndose de hombros, haciendo una mueca por el ligero movimiento que hizo y en donde pude notar su herida, esta todavía no sanaba y sabía que tardaría por lo mínimo una semana o dos antes de que cerrará completamente. Por eso mismo teníamos que cuidarnos cuando un oscuro nos atacaba, no importaba de que clase fuera, ya sea una bruja, duende o un lobo, todos eran iguales en cuestión de las heridas. —Considero que deberías estar tú en esta cama más que yo. –Alce mis cejas al verlo y después a los chicos que se encontraban con unas ligeras heridas y moretones en sus cuerpos desnudos. —No duele tanto –Resoplo al notar mi mirada. —Mejor dime tú como te sientes, ¿te molesta la cabeza? —Estoy bien, para serte sincero no me duele nada… Solamente fue el golpe del momento, pero ya estoy mejor. –Murmuré con voz ronca. —¿Cómo está el abuelo?, no se espantó, ¿verdad? —El abuelo está bien, diría que mejor que nosotros –Dijo, André.—Ese viejo roble no se espantaría con algo así, él fue el más tranquilo en ese momento, se nota que fue el ex-sheriff de Grainspyn. —Sí, ese es el abuelo –Sonreí pensando en él y como nos había enseñado a disparar a los chicos y a mí, aun sabiendo que somos hombres lobos. Ciertamente, todos tuvimos los mismos entrenamientos por si alguna razón no pudiéramos transformarnos, la tía Sara y Mía, junto con la abuela, nos enseñaron a ser cazadores, Nuna nos habló sobre las plantas que podrían acabar con un lobo o cualquier tipo de ser mágico en nuestro mundo y también preparar remedios caseros con hierbas. — Y… ¿En dónde está? –Pregunté, ya qué se me hacía raro que no estuviera con nosotros en la habitación, de hecho ninguno de nuestros padres se encontraba y eso por lo regular solamente era cuando estaban ocupados con la manada, pero al ya no estar activos, no podía entender el que no estuvieran aquí hechos unos locos por lo que nos pasó. —Se fue directamente hacia la mansión, nuestros padres prepararon una cena para Ginge. –Explicó, Eidan, al percibir mi duda sobre donde estaban todos. —Le pedí de favor al abuelo que le dijera a Nuna que nos trajera algo de ropa para ir, así que no creo que tarde en traérnosla. —Eso espero… No sé ustedes chicos, pero yo ya me siento un poco incómodo de estar completamente desnudo por mucho tiempo. –Dijo, Axel, con una sonrisa de lado. — Tú desde cuando tienes pena de mostrar tu cuerpo. –Le respondió su hermano dándole un pequeño empujó de hombros, donde se encontraban sentado los dos. —No es pena, todos tenemos lo mismo si se trata del palito de carne es más prevención a que no se enamoren de mí. – Axel respondió sin quitar todavía su sonrisa traviesa, encogiéndose de hombros. —Como puedo decirles que no. —Qué asco el imaginarme qué me gustarás, no porque sea homofóbico, sino más bien tu persona, yo tengo clase y tú no eres mi tipo de hombre. –Dijo Thiago con burla, parándose de donde se encontraba sentado para ir al lado de André, que estaba cerca de la puerta con los brazos cruzados. —Deja tu el tipo de hombre, pero quien diablos le dice a su parte masculina palito de carne… Y aun así no todos somos iguales, en mi caso yo le digo anaconda por una razón. –André se echó una mirada a sí mismo para posteriormente cajarse de su tamaño. —¿Anaconda?, el mío es trompa de elefante –La comisura de Axel se estiró igual que sus piernas, dejándonos contemplar todo, haciendo qué apartáramos la vista con unas carcajadas. —Hay por favor si se ve que tienes frío, como puede ser trompa de elefante. –André bufo ante su respuesta sin quitarle la mirada. —Hablen todo lo que quieran, pero nadie se compara con mi manguera. –Eidan se unió a su plática, tirándole la almohada que tenía atrás de él y de mí a Axel, pegándole en la cabeza, logrando que los chicos y yo nos riéramos, nuevamente. —Pelen todo lo que quieran, mi macana es la que les gana a todos. –Hablé después de reír, ocasionando qué los chicos se burlarán de mí. –Oigan, no porque sean los Alphas les tendremos que decir mentiras –Dijo Axel, aventandole dé nuevo la almohada a Eidan. —Ya en serio, Nuna se está tardando con nuestra ropa –Se quejó.—¿No lo habrá olvidado el abuelo? —El abuelo podrá estar viejo, pero no olvidadizo. –Soltó, Alex mirando de reojo a su hermano gemelo. —Te puedo apostar a que tiene mejor memoria que tú. —Apuesta aceptada. –Contestó, Axel, confiadamente, mirando a su hermano con una ceja alzada. —No te humilles, Axel. –Dijo Thiago, negando con diversión mientras miraba a los gemelos. —Déjalo, yo si quiero observar el como se humilla. –Lo codeo André con una sonrisa de lado. Todos en la habitación sabíamos quien es el que perdería la apuesta. —Dime… ¿Cuál es el tema del ensayo que entregaremos de la semana que viene a la otra cuando entremos a clases? –Preguntó, Alex, ignorando a Thiago y André. —... ¡Demonios!, lo haces a propósito –Un leve sonrojo apareció en las mejillas de Axel cuando se dio cuenta de que no se acordaría de la respuesta de tan fácil pregunta, logrando que todos nos burláramos de él. No era un secreto que entre los dos gemelos Axel era el más olvidadizo de los dos. El sonido de la puerta nos interrumpió callándonos al instante, André que estaba cerca la abrió despreocupadamente, pensando que del otro lado estaría Nuna con la ropa, sin embargo, no era la ninfa que estábamos esperando, sino otra de cabello color rubio que todos conocíamos, parada enfrente de nosotros con la boca abierta por nuestra desnudez, pero más por la de Eidan. Sin perder más tiempo, André aventó la puerta hacia su rostro cerrándola rápidamente y se volteó para vernos. Todos nos tapamos lo más posible, nuestras partes íntimas con almohadas y yo con la sabana que tenía abajo de mí, una cosa era estar desnudo frente a lobos y lobas, pero las ninfas era otra situación un tanto delicada, ¿por qué Nuna mandaría a Náyade si sabía que estaríamos indispuestos?, antes de que André volviera abrir la puerta nos miró de reojo para comprobar que es tuviéramos decentes. —Solo dame la ropa, Náyade –Le murmuró, André, por un pequeño espacio qué había dejado entre la puerta y él, sin abrirla completamente. —Claro, Beta –Dijo ella con un hilito de voz, pasando por el hueco todas las prendas qué había traído y una bolsa que me imaginaba era nuestra ropa interior. —¿Está seguro que no quiere que pase?, porque también traje los Dolce y Gabanna para que los usen esta noche. –Preguntó, tratando de meter su cabeza por la pequeña abertura de la puerta para poder observar a Eidan desde su lugar, sin embargo, André no la dejo. —No, el calzado déjalo afuera –La voz de André adquirió un tono de voz duro al notar que Náyade seguía de necia al querer entrar a la habitación. —Nosotros horita lo metemos, si es todo entonces ya te puedes retirar. –Sin más que decir, le cerró nuevamente la puerta en su rostro, generando que se escuchara un sonido fuerte al cerrar. Todos ya sabíamos como era Náyade y el que estuviera obsesionada con Eidan no ayudaba en mucho a su personalidad de ninfa obsesiva. —Bueno… Considero que es momento de cambiarnos para la cena. –Solté al notar el incómodo silencio qué había generado Náyade por su insistencia. Los chicos no dijeron nada, pero asintieron ante mis palabras. Esperaba que en la cena no se sentara Náyade porque si no entonces sería completamente incómoda, ella nos había visto desnudos a todos. Antes los lobos éramos más liberales, pero eso no fue para nosotros, gracias a las reglas de Nuna. Obviamente, no perdíamos la cabeza al observar a una loba desnuda y alguna ninfa, o eso nos imaginamos porque Nuna las protegía demasiado en ese sentido, sin embargo, no podía decir si era enojo o vergüenza lo que talvez sentimos en estos momentos, pero al juzgar por la expresión que tenía Eidan en el rostro, en efecto regañaría a Nuna esta noche.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD